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Voto de Vivoleyendo:
8
Musical. Drama Hedwig se sometió a una operación de cambio de sexo que le permitió casarse con un soldado americano y alcanzar la libertad al otro lado del Muro de Berlín. Sin embargo, la operación salió mal y Hedwig se quedó con esa “pulgada irritada” (“angry inch”) que da nombre a la película. En un parque de caravanas de Kansas, Hedwig decidió formar un grupo de rock. Así conoció a Tommy Gnosis, un joven que fue su amante y protegido antes de ... [+]
5 de diciembre de 2008
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Cameron Mitchell dirige y protagoniza sobrecogedoramente este musical dramático escrito por él mismo. Con ese estilo rompedor, sórdido, extravagante y saturado de imaginación en el que no se priva de experimentar con la cámara y los efectos visuales, Mitchell crea un clima emocional que es el grito desesperado de una persona atormentada en busca de su propio origen y de su destino, que intenta hacerse a sí misma y recomponer sus confusos pedazos rotos.
La electrizante música rock de Stephen Trask, con sus letras bordeando lo esotérico, la leyenda y la biografía de Hedwig, es sin duda, junto con la potencia de la fotografía y la garra interpretativa de Mitchell, el elemento estrella del que podría ser uno de los musicales más atrayentes y de más calidad de los últimos años.
Mitchell, con su lenguaje que es todo menos sobrio, nos habla de una dolorosa búsqueda interior. De aquellos que viven entre dos aguas, en la ambigüedad de no sentirse ni de un lado ni de otro, o de los dos al mismo tiempo.
El muro de Berlín, el Muro de la Vergüenza, es el símbolo del alma dividida de Hansel/Hedwig. Nacido en el lado oriental, en Berlín este, el mismo año en que aquel monumento a la vergüenza humana se erigió, Hansel siempre alimentó sueños de traspasarlo y encontrar su libertad. Pero él, en su inocencia, no imaginó cuál sería el precio que tendría que pagar por alcanzarla. Se transformó en Hedwig y perdió mucho más que un pedazo de su cuerpo.
¿Encontró la libertad, al fin y al cabo?
Su madre, natural de la Alemania oriental, un día le dijo: “Para ser libre, uno debe dejar atrás un poco de sí mismo.” Y cuánta razón tenía.
Hansel, convertido en Hedwig, pasó al otro lado en todos los sentidos, y al mismo tiempo nunca se marchó completamente. Quedó seccionada en dos, un cuerpo cercenado que encerraba un alma aún más cercenada. Estaba condenada a deambular por el mundo sin saber a ciencia cierta quién era. Pero, en realidad, ¿lo sabe alguien sobre sí mismo? ¿Nuestros sueños son muy diferentes, en esencia, de los de Hedwig? ¿Es tan descabellado desear encontrarse a uno mismo, descubrir el amor y triunfar en lo que a uno se le da mejor?
Abandonada como un perro en los Estados Unidos y pisoteada por un oportunista que se aprovechó de su extraordinario talento para la música, Hedwig vomitó su rabia mostrando una imagen provocadora y chillona, derrochando su creatividad en la composición de magníficas canciones en las que desnudaba su alma y su pasado, y tratando de reinventarse constantemente.
Arrastrándose con su banda por toda la geografía estadounidense, siguiendo rencorosamente la estela triunfal de su aprovechado ex-amante, Hedwig lleva su tormento al límite y desparrama sus dotes en baretos de mala muerte y en restaurantes donde unos resignados clientes observan sus desaforados e hipnóticos espectáculos de rock.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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