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Voto de Vivoleyendo:
7
Drama Charles Horman (John Shea), un joven e idealista periodista norteamericano, desaparece de su domicilio en Santiago de Chile tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet (11-9-1973). Su mujer (Sissy Spacek) y su padre (Jack Lemmon), que se traslada allí desde los Estados Unidos, intentan averiguar su paradero y vivirán una auténtica odisea recorriendo las instituciones diplomáticas norteamericanas y tropezando con infinitas trabas burocráticas. (FILMAFFINITY) [+]
24 de septiembre de 2011
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de tener una discusión con otra persona a causa de esta película. El tema es complicado. Por un lado, se preveía que Chile se iba a convertir en una nueva dictadura comunista; por otro, llegó Pinochet y, con el beneplácito de las altas esferas de Estados Unidos, impuso una dictadura militar que no fue mejor. En cualquier caso, Chile estaba condenada a padecer terribles tiempos.
Mantener una discusión a costa de una película dice bastante acerca de la polémica que trata. Costa-Gavras toca un meollo delicado y todavía sangrante. Pasara lo que pasara en Chile, el asunto pintaba muy mal. Si se hubiera quedado Allende, muy malo; que Pinochet pisoteó a toda la nación y la sumió en el terror, muy malo. Y en todo ese conflicto... ¿En qué posición quedó Estados Unidos? Me recuerda a cuando Truman ordenó lanzar las bombas atómicas sobre Japón. Lo justificó con el argumento de que aquella acción supondría la clausura definitiva de la Segunda Guerra Mundial, y en toda guerra hay “daños colaterales”. En ese caso, dichos daños consistieron en borrar del mapa a varios cientos de millares de civiles.
En el caso de Chile, la justificación debió de ser que los daños personales serían pocos en comparación con lo que significaba librar al mundo de otro estado comunista. Después resultó que se salió de Guatemala para meterse en Guatepeor, porque supongo que será difícil imaginar un régimen más nefasto que el de Pinochet, igualado por el de Hitler, Stalin y compañía, por supuesto. Todos liderados por una inhumanidad monstruosa.
¿Cómo quedó Estados Unidos en dicha tesitura? Es lo que tiene ser una de las potencias más fuertes, que no puede mostrar una imagen de debilidad ni de neutralidad, y queda como una cabrona, sobre todo si casi todo lo que la mueve son puros intereses, así de prosaico, así de crudo. La gran potencia actúa para que nadie le tosa y para seguir perpetuando su poder. Las excusas son que se protege la democracia, la libertad y bla bla bla. Pero si la gran potencia apoya a un dictador que asesina a miles de inocentes, pasándose por el forro los derechos fundamentales... Pues ahí se ve un plumero bastante descarado.
Sí, es verdad, seguramente en Norteamérica se vivía mejor que en Chile, y al menos de boquilla se pregonaban unas frases muy bonitas e idealistas sobre que la gente era libre. Puestos a elegir, yo hubiera preferido por ejemplo a Kennedy un millón de veces antes que a Allende o Pinochet. Aunque como en temas de políticas y de gobiernos soy bastante escéptica, yo nunca pondría la mano en el fuego por nadie.
¿Hizo bien USA apoyando aquel golpe de estado? Claro que no. No se puede excusar.
La pregunta capciosa es: ¿Habría hecho bien no actuando? Supongo que tampoco.
En todo caso, ser cómplice de un elemento como Pinochet deja por los suelos a cualquiera.
Y así se podría estar discutiendo indefinidamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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