Vaya tela. No esperaba encontrarme ante una maravilla, pero está claro que la sobreestimé con creces. Me he llevado una decepción como hace tiempo no me pasaba con una película. Normalmente me hago una idea de lo que me voy a encontrar y no suelo sorprenderme demasiado con el resultado, o generalmente me sorprendo para bien. Pero ahora, he de decir que no he visto algo tan patético desde la última película pésima que vi, "La cosa más dulce".
No aguanto los papeles que hacen los dos protagonistas. Dos gilipollas integrales con el cerebro en la polla, que no saben decir más que tacos y que son idiotas hasta la arcada. No es muy estimulante ver cómo dos niñatos hacen el gamba, se hacen pajas de dos segundos de duración, se fuman petas, se emborrachan y se ponen hasta el culo de éxtasis, y que por no saber, no saben ni follar. Dos gallitos torpes y con actividad cerebral nula, cuyas "novias" imagino que no son muy diferentes. No es de extrañar que haya tanto cuerno de por medio, porque ahí todo el mundo parece ser que folla tan mal que nadie se queda satisfecho nunca.
Y Maribel Verdú da la impresión de haberse colado en la película por error, o que en esa época no tenía nada mejor que hacer. Nunca me ha parecido gran cosa como actriz; tan sólo me ha agradado realmente en "La buena estrella", y paremos de contar.
El guión es una mierda, las interpretaciones son horrorosas, y de buena parte de la música prefiero no hablar. La fotografía no es que destaque especialmente, excepto algunos pasajes, pues casi lo único que hace es mostrar las gilipolleces de los tres petardos y las malísimas escenas de sexo. Casi todo absolutamente soez, ridículo e insoportable.
Bueno, y ya lo de la voz en off es de risa. ¿Qué pinta ahí ese narrador? ¿Para qué nos cuenta todo eso? ¿Es que se creen que somos tontos?
De verdad, no me puedo creer que Cuarón haya dirigido... esto. ¿Será que sólo pensaba en hacer un film de relleno, vacío y estúpido, simplemente para tener algo con que la compañía productora pudiese engañar a los espectadores ingenuos y sacarles la pasta, con el reclamo de que era "una de Cuarón"?
Afortunadamente, no he tenido que pagar por ver esto.
Supongo que todos los directores tienen sus tropezones, y si no fuera porque ya Cuarón se ha ganado mi admiración con otras hermosas obras suyas, pensaría que es un mediocre de tres al cuarto. ¿Es que acaso cuando hace cine patrio parece que se inventa el guión mientras se encuentra haciendo aguas mayores en el wáter, y en cambio cuando hace cine para otros países echa toda la carne en el asador? Ay, Cuarón, cómo se te ha visto el plumero...