Aunque está lejos de ser una porquería, este western con tintes fantásticos no logra presentar una historia estimulante y llamativa como parecía que podría llegar a ser a priori.

Los actores cumplen mínimamente con sus respectivos papeles.
Josh Brolin es quien brinda la mejor interpretación en la piel de Jonah Hex, un individuo recio que busca vengar la muerte de sus seres queridos asesinados tiempo atrás.
John Malkovich como villano, en un escalón más abajo, nos ofrece otra interesante labor actoral. Este actor siempre cumple a la hora de dar vida a personajes carismáticos, y en este filme no es la excepción al encarnar a un bandido desalmado al que no le tiembla el pulso en asesinar a cuanta persona se le cruce en su camino para obtener sus malévolos objetivos.
Megan Fox (actriz que viene de capa caída últimamente ya que le cuesta conseguir trabajo) tampoco decepciona. Y no por sus registros dramáticos, sino por su rozagante sensualidad. Esta vez da vida a una prostituta muy astuta que ayuda a Hex, ya que está perdidamente enamorada de él. Sale muy bella en escena con su gargantilla negra y su impactante anatomía encorsetada en un sugerente vestuario.
Claro, no le pidan que salga mucho en pantalla, porque cuando tiene que actuar, allí es donde demuestra sus debilidades.

La cinta tiene un dinámico ritmo, y una historia meramente funcional como para entretener y nada más. Eso sí, al tener un montaje demasiado ágil y frenético puede que la película sea un tanto embarullada y confusa en su desarrollo.

No sé cómo será esta obra analizada como adaptación, porque desconozco el cómic. Pero como producto de entretenimiento masivo puedo asegurar que no aburre ni da asco con sus circunstancias. Aunque claro que con eso no alcanza para convencer a la mayoría de los espectadores en estos tiempos, quienes esperaban mucho de esta obra. Y mirando bien la sinopsis y la historia que hay detrás, no me caben dudas de que hay mucho potencial desperdiciado.

Siendo claro y conciso al dar las explicaciones del por qué no apruebo a esta película, debo decir que si bien no aburre ni resulta alevosamente descuidada en su narración, tampoco es lo suficientemente efectiva ni como western ni como cinta de género fantástico. Se queda corta en ambas facetas muy a pesar de que las interpretaciones, el ritmo y la presentación visual están correctas.

En fin, puede llegar a satisfacer -sin sobrarle nada- a conformistas que gusten de tiroteos y explosiones, y de historias donde un tipo duro busca vengarse de villanos despiadados, todo ello siempre enmarcado dentro de un contexto propio del lejano oeste condimentando con alternativas sobrenaturales como la ultratumba.