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Voto de Furybundscope:
7
Romance. Comedia. Drama En París, el amor está por todas partes: en sus bares y cafés, bajo la Torre Eiffel e incluso bajo tierra, en el metro. Algunos de los directores más prestigiosos del mundo fueron invitados a contar una historia ambientada en uno de los barrios de la ciudad. El resultado es un caleidoscopio de imágenes sobre la alegría de vivir, sobre extraños e inesperados encuentros y, especialmente, sobre el amor. Directores (transición de los ... [+]
16 de abril de 2007
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viví malos tragos en París. Se quemó el hotel mientras dormía y estaba en la útima planta, la quinta. Otro día unos chavales lanzaron gases lacrimógenos en el metro de forma orquestada y cundió el pánico: y eso que sucedió antes del 11-S. Y en otra estación de metro del extrarradio sentí el odio latente entre las minorías abandonadas: había más tensión ahí que en una pelea efectiva de ultras. Sin embargo, el recuerdo de París permanece perenne y favorable: miles de ciudades en una, infinitos rincones y lo mejor, emociones impuestas por la singularidad de cada quartier, que te vence y sólo puedes desear más y más.

Eso es lo que, a mi modo de entender, sugiere la -en apariencia- alocada historia de Elijah Wood y la vampira. El turista explora, se acojona ante lo irresistible y se condena al fin con gusto como una víctima más, con el fin de poseer a la gran dama. Una metáfora efectiva -aunque extrema- del hechizo de la ciudad.

Cada corto otorga un adjetivo 'à la ville' hasta completar un buen retrato caleidoscópico. Sólo así entiendo la historia de 'garçons' que se marca Van Sant.

Brillan, por sobrecogedoras, 'Place des Victoires', con una Binoche increíble, y 'Place des fêtes': vaya miradas, vaya actores. La sutileza de Coixet también llega, aunque no me casó el tono caricaturesco de Leonor Watling.

Atrapa Tom Tykwer con un arrebato de siete minutos, soberbios Melchior Beslon y Natalie Portman.

Disfrutas con Buscemi y los Coen, la sorpresa de Wes Craven y la historia de los mimos.

Y acabas prendado con la historia de la humilde cartera americana: qué aluvión de sentimientos y cuantísima gracia para contarlos. Todo un contraste con la típica visión estereotipada de los pijos americanos y que, en mi opinión, lastra un poco las dos historias con cuatro grandes de la escena -Ardant, Hoskins, Gazzara y Rowlands- a pesar de su magnética presencia.

El problema de la cinta, sin embargo, es su naturaleza: 18 homenajes seguidos resulta un abuso... aunque de París estemos hablando.
Furybundscope
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