Curioso proyecto en el que se embarcan los hermanos Coen para ahondar en la realidad tras bambalinas en una de las etapas doradas de Hollywood. Bueno, indagación entre comillas, puesto que "¡Ave, César!" debe ser tomada como un honesto divertimento, un entretenimiento de comedia alocada que quizás defraude a quien vaya a verla con la pretensión de toparse con un producto a la altura de las mejores piezas de esta pareja de hermanos.

No es el caso. Superado ese hecho, resulta extremadamente sencillo disfrutar por el camino del eficaz personaje de Josh Brolin (excelente interpretación), un hombre que, como el señor Lobo, resuelve los problemas que provocan otros. Una historia coral donde destaca por su simpatía un George Clooney a quien los Coen siempre logran sacar (en el mejor sentido de la palabra) su lado más payaso.

Hay sellos marca de la casa como la discusión teológica de algunas autoridades religiosas cuando se reúnen con la productora para ver si el film que van a estrenar representa a Jesús de Nazaret de forma idónea. Así como el temor al comunismo en aquella sociedad estadounidense del espectáculo. Sorprende el escaso rol de Sacarlett Johansson en esta partida irónica.

Este Hail Caesar tiene ese aire disparatado que convirtió a "El gran Lebowski" en una película de culta. Eso sí, a diferencia de The Dude, aquí parece que la gamberrada no tiene hilo conductor (excepción hecha del protagonista, un gran Josh Brolin, repito) y propósito.

Un entremés donde los Coen homenajean toda una época del cine que tanto les gusta.