Jessica Chastain es una de esas actrices de raza que saben dar fuerza y empaque a cualquier personaje que se le presente. "El caso Sloane" le da la oportunidad de coger una protagonista de armas tomar, una destacada forjadora de opinión pública y, como decía Gorgias en su época, preguntar a su auditorio de qué quieren que les convenza hoy.

Y lo que está en juego es nada menos que la segunda enmienda, uno de los puntos constitucionales más controvertidos en la historia de los Estados Unidos, punto de arranque del problema de esa sociedad con la facilidad de adquirir cualquier tipo de armamento. Un tema controvertido y donde muchos intereses industriales estarán en juego, habida cuenta de la fuente de riqueza que da ese negocio sobre vidas ajenas.

Obviamente, Chastain está soberbia con un personaje muy complicado. Le da bastante de su carisma, algo importante, habida cuenta de que es una criatura que comulgaría con Maquiavelo a la hora de afrontar sin rubor todos los pasos que se exijan para alcanzar un objetivo. La única pena es que el guión dota al personaje de una excesiva ventaja sobre el resto de sus contrincantes, como si nadie estuviera a su altura. Eso produce cierto distanciamiento.

El ritmo de la cinta es el adecuado y presenta varios giros de interés. Las maniobras de unos y otros recuerdan por momentos al mundo subterráneo y de cloaca estatal de "House of Cards". Se consigue un intenso thriller con una actriz espléndida, pero creo que apenas se explota el potencial enorme que tiene este debate y el negocio sobre la violencia.