Impresionante miniserie que engancha desde el punto de arranque hasta el veredicto final. Por conocido que sea el circo mediático que rodeó la acusación contra el afamado jugador de fútbol americano y actor OJ Simpson (Cuba Gooding Jr.), la recreación de Ryan Murphy y su equipo es tan exquisita que nos tiene pegados a la pantalla en todo momento.

El programa presenta la complejidad del asunto, los fallos y aciertos de la acusación a la hora de plantear el caso, el original e imaginativo planteamiento de la defensa, así como las manipulaciones de uno y otro bando alrededor de una figura famosa. La cuestión de OJ tenía el curso subterráneo del maltrato al que se sentía sometida la población afroamericana del país. "American Crime Story" no se casa con nadie y recuerda también que ese mártir de la causa se había alejado mucho del modelo estándar de su comunidad y que vivía como un "blanco" enriquecido más en California.

Televisado y explotado al máximo por los medios, el caso sacó las miserias de una sociedad mientras las dos victimas del suceso quedaban olvidadas en un gran negocio. El reparto está cuidado al máximo. John Travolta resulta una gratisima sorpresa, así como ver a David Schwimmer como el inseparable amigo de OJ, aunque el caso le hará cuestionarse sus lealtades. Sarah Paulson da una de sus caracterizaciones más poderosas.

A destacar, dentro del excelso nivel global, el duelo entre Johnie Cochran (Courtney B. Vance) y Christopher Darden (Sterling K. Brown). Todos los detalles están cuidados al máximo y, además de su entretenimiento, hace un análisis minucioso del sistema de los jurados norteamericanos.

¿Es igual la justicia para todo el mundo? ¿Importa o no el color de la piel a un policía para determinar que alguien es sospechoso?

Una serie para crear escuela y magníficamente interpretada.