"Kiss Kiss Bang Bang" está montada con mucho gusto y tiene un casting a prueba de bomba. Robert Downey Junior personifica a la perfección a un atracador de poca monta a quien un golpe de suerte lleva a probar suerte en Hollywood. Su reencuentro con un viejo amor de infancia (encarnado por Michelle Monaghan) le llevará a hacerse pasar por un supuesto detective, quien topa con un mundo de mentiras, traiciones, falsedades y asesinatos, contando como única ayuda con un investigador del que no puede fiarse del todo (Val Kilmer).

El metraje es preciso y sus personajes tienen diálogos ingeniosos, sus escenas de acción entretienen, no molestas y son más que aceptables en la cantidad de americanada por metro cuadrado. Shane Black tiene oficio y sabe perfectamente cómo rodar este tipo de situaciones, jugando con mucho acierto con su triunvirato de protagonistas, destacando los equívocos entre los personajes de Junior y Kilmer.

Sin embargo, uno no deja de pensar que la trama policial es demasiado seria para la comicidad de sus implicados, o, tal vez, que sus intérpretes están demasiado ingeniosos y vibrantes para el turbio crimen que les ocupa. Hay algún equívoco y truco sacado de la chistera en la resolución del misterio que no serían aprobados por la narración del doctor Watson, dando que pensarle a uno, en su infinito subjetivismo, que tal vez un embrollo menor hubiera sido clave para rematar con broche de oro una comedia con momentos muy brillantes.

Considero que la miscelánea de géneros la perjudica un poco, si bien entretiene muchísima y tiene un toque de originalidad que la revitaliza.