Recuerdo vagamente la versión muda que sobre la historia de Somerset Maugham hizo Raoul Walsh 4 años antes que esta con Gloria Swanson. La recuerdo mas agobiante, más claustrofóbica, algo más insana.

Esta no esta mal, y aunque más atemperados podría repetir los adjetivos mencionados, la historia es solvente, también algo excesiva, y Walter Houston está correcto sin más. Pero todo repunta cuando aparece Crawford donde sus ojos constituyen aquí el auténtico atractivo, unos ojos que atraen y te envuelven, y unos ojos que nunca parpadean, y que llegan a la sublimación interpretativa y al extasis en la secuencia del PadreNuestro, que trasforma todo y hace girar todo.

Una pena que sea un film de momentos no siempre compacto en plenitud, pero vuelven a mostrar a una actriz que puede ir de la ordinariez más extrema, a la dignidad y elegania más absolutas en una misma película, y de forma igualmente creible.