Esta es una película que narra con estilo, clase y sin adornos una historia de trama judicial, denuncia social y viaje interior, dentro de un sistema corrupto y de atmósfera gris.

La película tiene un sello muy adecuado, cuenta muy bien la historia, mantiene el interés, y engarza con la mejor tradición del cine liberal americano de denuncia, ningún personaje es inocente, y todas las situaciones crean incomodidad, sólo el retorno a la familia parece suponer el acto de contricción necesario para cambiar el curso de las cosas.

La interpretación de Clooney es soberbia, contenida y llena de matices, el resto de personajes acompañan bien, y en el caso de Tilda Swinton se me antoja un tanto excesivo el Oscar otorgado.

Una muy buena película, de visión obligatoria, y con unos últimos cinco minutos donde tanto el director, como el propio Clooney no pueden decir más con menos.