A parte del cine, me gusta mucho la literatura, siempre tengo un libro entre manos, y leer constituye una parte muy importante de mi vida. Sin embargo, a pesar de ser un lector que procura leer de todo, reconozco que tengo serios problemas a la hora de enfrentarme a la poesía, a veces oigo recitar un poema y me emociono, otras veces alguna frase de algún verso puede crear una honda impresión en mi, pero por lo general, me cuesta leer poesía, rara vez leo poesía, y casi nunca consigo sumergirme en su magia.

Pues bien, ese es el cine de Malick, su narrativa, lejos de ser una novela, contituye retazos de bellas imágenes, plasmación de sentimientos, y situaciones concretas, con un armazón poco delimitado, pero que si consigues perforar puede llegar a subyugarte (como la poesía), y este film, a mi me ha llegado, es una historia de amor en estado puro, pero directa al sentimiento y la emoción, marginando las situaciones típicas que provoca, un film que va al interior de los personajes, y film de un lirismo onírico y de una belleza tan cuidada, que hacen muy difícil que entres en él, pero que si lo consigues merece la pena.

Ya he dicho en alguna otra crítica que Malick en sus últimas películas se ensaña demasiado con el espectador, exige demasiada atención, despojarse de prejuicios sobre lo que es una narración, y sobre todo requiere tremendas dosis de paciencia, de ahí que pueda entender que mucha gente considere su cine insoportable, pero merece la pena el esfuerzo, dejarse llevar, y no rendirse durante su visionado, si lo consigues, creo que el poso que deja es duradero en el tiempo, y transmisor de bellas sensaciones.