No soy una gran aficionada a las comedias españolas actuales pero Alex de la Iglesia es un director excepcional y una vez más, lo ha demostrado.

Con un elenco de actores españoles difícilmente mejorable nos sorprende con una película basada en la famosa canción de Raphael.
Lo que podría parecer una trama sin mucho interés es, dirigida por Alex de la Iglesia, una increíblemente divertida comedia.
La trama se desarrolla en un plató de televisión, durante la grabación de un programa de nochevieja que es un alucinante y falso montaje que la simula. Desde ese punto de partida, el relato se recrea con las historias entrelazadas de todos los personajes. Lejos de ser una nochevieja de festejos se convierte en una satírica pesadilla.
Es una clara crítica al mundo de la televisión, la prensa, la corrupción, los famosos y la sociedad en general. Pero llevada de forma inteligente y jovial, utilizando la exageración. Es capaz de meterse con todo y todos y no amargarte la vida como a veces ocurre con críticas demasiado duras o reales. El uso de la hipérbole es sin duda, de lo más acertado.
La elección de los actores también impecable en mi opinión. Quedé muy sorprendida por la interpretación de Raphael que pese a no tener una larga trayectoria en el mundo cinematográfico, consigue convertirse en un personaje que ni un profesional interpretaría mejor.
Personalmente estuve riéndome toda la película y ya se por qué voy a sustituir las malas comedias americanas los días de aburrimiento.
¿Mi conclusión?
Recomendada a los enamorados de las carcajadas, que son, sin duda, la banda sonora acompañante de la pieza.

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