'El profesional' es quizás la película más conseguida de una filmografía tan irregular como la de Luc Besson, y con esto no quiero decir que sea su mejor película, porque aunque me demuestren lo contrario yo sigo teniendo mis dudas. Filmada tres años antes de 'El quinto elemento', película que debería volver a ver, esta historia relacional entre una niña malcriada y una asesino a sueldo que bebe leche resulta de todo menos creíble. Un film que no es gran cosa, con un interesante y prometedor comienzo que más tarde se desinfla poco a poco, para terminar con un final bastante aceptable. Por ello la curva de interés es muy variable, en las escenas donde no hay tiros la atención decae considerablemente, sobre todo en los momentos donde se intenta explicar la atracción entre León y Mathilda, que terminan siendo empachosos y ridículos. Y es que el principal problema está en la poca imaginación de un guión torpe, con escenas que no aportan nada al espectador (una que me viene a la mente es en la que Gary Oldman cuenta a los comisarios como sucedió el asesinato), y así muchas más, y diálogos forzados cuyo objetivo es provocar el golpe de efecto en el espectador.

La poca credibilidad de un sanguinario asesino sigiloso y eficaz, que mata a sangre fría y posiblemente por placer, que se deja ablandar por una niña es un impedimento para la verosimilitud de la historia. Una película violenta que incluso llega a ser divertida e inquietante, pero también es efectista, pretenciosa y resulta entretenida ocasionalmente. El atractivo de esta cinta es sin duda el carisma de una jovencísima Natalie Portman, que con tan solo doce años ya mostraba talento dramático. Y del aspecto interpretativo mejor ni hablamos. Un correcto Jean Reno y un sobrepasado Gary Oldman, con una actuación en la que mejor no me voy a parar a analizar, componen el reparto de una película que se deja ver.