Fellini nos da otra muestra de neorralismo con una historia ambientada en un pequeño pueblo italiano, en el que un grupo de amigos se evade de la realidad mediante la juerga constante, evitando contraer ningún tipo de responsabilidades, que los equipare a la anodina vida del resto de vecinos.
Un film que sin ser de los más conocidos del maestro italiano da buena muestra del talento creativo de uno de los mejores directores europeos y mundiales.