Hay cine de acción, aventuras, terror, comedia... y gracias a Edgar Wright ahora existe el ARCADE como género cinematográfico. Con Scott Pilgrim, se recupera el espíritu de los videojuegos que marcaron el final de los años 80. Con una presentación más que interesante, es extraño que una mezcla de tantos elementos dé un resultado tan satisfactorio como este film.

Porque podemos encontrar de todo: Música retro de arcade clásico, efectos que representan visualmente el sonido, peleas al más puro estilo "Dragon Ball", humor negro/humor blanco, una "Ramona" increiblemente sexy en ropa interior, un Michael Cera muy acertado, eso sí, haciendo de sí mismo por enésima vez, una historia de amor teenager, una liga/sindicato compuesto por 7 malvados ex-novios y un largo etc. Lo cierto es que si hubiese que comparar "Scott Pilgrim contra el mundo" con otra cinta de este año, sería sin duda con "Kick-Ass", porque ambas componen el tándem de películas que han supuesto un soplo de aire fresco reinventando géneros sobreexplotados.