En esta tercera parte de la popular saga de vampiros adolescentes la historia se divide básicamente entre dos subtramas: la lucha contra el ejército de vampiros que ha estado reclutando Victoria (Bryce Dallas Howard), archienemiga de nuestros protagonistas, y el ya cansino triángulo amoroso que forman Bella (Kristen Stewart), Edward (Robert Pattinson) y Jacob (Taylor Lautner), es decir, las tres estrellitas de la función.

Llegados a este punto está claro que sólo quedamos dos tipos de espectadores, los (sobre todo las) fans de las novelas escritas por Stephenie Meyer y los que, como yo, usan este tipo de producciones para desconectar, para pasar el rato (en realidad creo que es para lo único que sirven).

Huelga señalar que tanto los alicientes como los defectos de Eclipse son más o menos los mismos que en entregas anteriores, sin embargo, la película que nos ocupa resulta algo más ñoña (llena de poesía barata y una voz en off realmente insufrible) e impostada, lo que provoca que sea, hasta el momento, la más floja. Y sí, los intérpretes son cada vez más y más sosos. En el lado positivo destacaría que se haga hincapié en el pasado de varios personajes secundarios a los que apenas se les había dado cancha. Lo cierto es que la película de David Slade ni molesta ni apasiona, aunque sus defectos pesan más que nunca.