Correcta y aséptica adaptación del Best Seller de Dan Brown que agradará a los fans de la novela sobre todo gracias a la fidelidad con la misma que tiene el guión firmando por Akiva Goldsman. Lamentablemente lo que en la novela es ágil y adictivo se vuelve estático y excesivamente largo en su traslación fílmica, multiplicando por mil los defectos y las rebuscadas resoluciones provenientes de la novela. El argumento es simple pero efectivo, Robert Langdon (Tom Hanks) y Sophie Neveu (Audrey Tautou) deben resolver una serie de acertijos para descubrir al asesino del abuelo de la joven y no ser inculpados, pero ello dará lugar a una serie de asombrosos descubrimientos de índole religiosa.

La dirección de Howard es correcta aunque demasiado fría, y las actuaciones son irregulares, como si ninguno se creyese lo que sucede en pantalla, o peor todavía, como si nos les importara, caminando todo el rato de un lado para otro con cara de póquer (muy evidente durante el tramo final). Tan sólo Ian McKellen parece comprender el tono de la película. Mucho más reseñables son las escenas que rememoran hechos del pasado, las cuales se presentan con una espectacular fotografía de grano grueso y gran luminosidad, en contraste con la oscura fotografía que predomina en la cinta.

Al final tan sólo queda una correcta superproducción de aventuras (con un tono religioso más ligero de lo que podría parecer) que peca de una excesiva duración y que difícilmente obtendrá un calado similar al de la novela que le dio origen.