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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
7
Drama En un país regido por una corrupta democracia, donde el gobierno utiliza a la Policía y al Ejército para erradicar cualquier amenaza izquierdista, un diputado de la oposición es asesinado en plena calle cuando acababa de presidir un mitin de carácter pacifista. De la investigación del caso se encarga un joven magistrado, consciente de que se trata de un crimen político cometido por dos sicarios a sueldo. Al mismo tiempo, un ambicioso ... [+]
17 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable filme argelino de suspense e intriga política del siempre atrevido Costa-Gavras.

La trama se desarrolla en torno al asesinato de un diputado de la oposición (Yves Montand) que intenta derrocar en las urnas al régimen fascista de un país del que nunca se dice el nombre, pero se adivina. La investigación de ese asesinato y de sus responsables va por dos frentes: el de un joven periodista (Jacques Perrin) y el de un juez implacable (Jean-Louis Trintignant), ambos sin contacto entre ellos pero avanzando en sus pesquisas de forma casi ilegal en el primer caso y metódica en el segundo.

Costa-Gavras construye un envidiable ejemplo de cine político sin meterse en diálogos demagógicos y con un guion poco exigente con el espectador. No se necesitan conocimientos previos para entender la trama que se teje dentro de un marco de falsa democracia, donde los designios del país están regidos de forma apenas velada por el ejército. Las escenas son directas, de un realismo crudo que permite respirar la tensión del momento y con un sentido del ritmo excelente.

La sobriedad con que se desarrolla la cinta no sólo viene determinada por una atmósfera que conserva la inquietud y la tensión de la investigación, sino también por unas actuaciones notorias. Destaca en este aspecto el trabajo hecho por Jean-Louis Trintignant, en su papel de juez que busca la verdad por todos los medios legales a su alcance, sin por ello adolecer de garra y atrevimiento en sus métodos.

El filme gana fuerza con algunas escenas que emanan tensión por sí solas gracias a la fuerza de su realismo y la contundencia con las que Costa-Gavras las proyecta: buen ejemplo de ello son las de la manifestación en la que se ve rodeado el diputado, o los interrogatorios a los que el juez somete a los sospechosos.

Costa-Gavras parece ser el único director que se permite hablar (y criticar) sin tapujos del estado político de un país (el suyo) de forma tan directa y concisa, una libertad de expresión que el cine le da para transformar sus opiniones y miedos sobre la corrupción del poder en puros ejercicios de estilo. Muy recomendable.
Richy
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