Irregular filme de Glenn Ficarra y John Requa, los mismos responsables de aquella comedia sustanciosa con el rimbombante título “Phillip Morris ¡Te quiero!” (2009). Sin salir de la comedia, esta vez nos presentan a otra pareja, Will Smith y Margor Robbie, que se dedican a los robos organizados.

La película está planteada con la misma fórmula que otras muchas del estilo: un experto estafador (Smith) tutela a una bella aprendiz (Robbie), en la que ve facultades suficientes para que la ayude con su negocio, y le enseña los más sutiles y efectivos trucos para robar, pero cuando todo parecía ir viento en popa surge la inevitable química entre ellos. Tenemos, pues, una comedia romántica con las estafas como “leit motiv”, pero Ficarra y Requa se han quedado a medio camino entre una buena comedia romántica y un buen thriller sobre robos y estafas.

“Focus” empieza de forma interesante pero se va hundiendo sobre sí misma, perdiéndose en una realización cansina y un guion que evidencia una gran lasitud de ideas. No consigue en el espectador despertar el más mínimo interés salvo en algunos momentos muy puntuales, pero el desarrollo general está muy lejos de conseguir algo digno de sostenerse. Además, lo inverosímil de muchas situaciones le restan credibilidad.

Intentando olvidarnos de lo evidentemente pobre que resulta el guion, el plato fuerte debería estar en la pareja protagonista, pero Will Smith y Margot Robbie tampoco logran una compenetración clara, sino que parece en todo momento que compiten entre ellos por hacerlo mejor. Una competición que gana la Robbie sobradamente, dando muestras de calidad a pasos agigantados en cada papel que hace. La vi justo el día anterior en la independiente “Z for Zachariah” (2015) y ya me dio buena impresión, sensación que no tuve en su papel junto al bueno de Will Smith, probablemente porque su personaje no me resultaba tan interesante.

“Focus” se queda como una obra sin pretensiones, destinada únicamente al entretenimiento, pero dejando la mala sensación de que eso es precisamente lo que no ha conseguido. Raspadísimo.