Archiconocido título que inicia una de las sagas más taquilleras del cine de acción, y que supuso la consagración de Mel Gibson como actor, con un registro algo menos serio que el que le dio la fama en la trilogía “Mad Max” del australiano George Miller.

“Arma letal” explota y hace suyo un subgénero muy en boga en los ochenta, y que continuó aunque de forma menos explotada en los noventa: las “buddy movies”, en las que una pareja de policías, generalmente uno más desastrado que el otro y con diferentes formas de hacer las cosas, tienen que trabajar juntos en un caso que suele estar siempre relacionado con el narcotráfico. La película de Richard Donner se permite utilizar exactamente estos clichés hasta el final, pero su ritmo frenético y la química entre Mel Gibson y Danny Glover la convierten en la verdadera abanderada de este subgénero.

El filme presenta una excelente relación entre acción y humor, formando un todo indivisible y sólido y perfeccionando la fórmula de otras películas similares hasta renovarla por completo. Gran parte del éxito de taquilla viene de la mano de las dos buenas actuaciones, aunque no brillantes, de Danny Glover y Mel Gibson, aunque éste último acabe sobreactuando en alguna que otra escena por su papel de suicida peligroso. Ellos son los que le dan la chispa a una película que, de otra forma, hubiera terminado siendo una más del montón, aunque por encima de la media.

Las escenas de acción, imprescindibles en una película como ésta, están bien ejecutadas y resultan vistosas sin ser muy espectaculares, cumpliendo su objetivo y haciendo del último tramo del filme una delicia para los aficionados al género. La fórmula de un Donner ya veterano en grandes taquillazos de cine comercial funcionó tan bien que él mismo dirigiría tres secuelas de esta “Arma letal”, que ya se escribe con letras de oro en el cine de acción.

Muy recomendable.