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Voto de kafka:
10
7,2
11.983
Intriga. Drama
José Sirgado (Eusebio Poncela) es un director de serie B en plena crisis creativa y personal, incapaz de romper con su expareja (Cecilia Roth). Inmerso en una espiral de autodestrucción, y con las drogas como acicate, José recibe noticias de un antiguo conocido, Pedro (Will More). Se trata de un extravagante joven que graba en Super 8 y cuya obsesión por controlar el ritmo de sus películas lo lleva descubrir el fotograma rojo. El ... [+]
25 de febrero de 2010
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
ARREBATO: "Furor, enajenamiento causado por una pasión, especialmente la ira// Éxtasis".
Ya no habría que hablar de "Arrebato" con respeto y admiración por suponer lo que supuso en su época (una forma de buscar una renovación en el cine español, por su afán rupturista, por su vocación de riesgo ilimitado), es que esta película denota, en su milagroso parto, un equilibrio de todos los conceptos cinematográficos, y a todos los niveles que, efectivamente, produce escalofríos y resulta del todo punto inagotable.
Dejando de lado lo pretendido por Zulueta con la película (algo de una ambigüedad absoluta, abierto, algo enigmático y mágico), hay tal hermanamiento y conjunción entre todos los elementos de la película que no cabe sino hablar de ella como de una obra única, cumbre, en la Historia del Cine: la complejísima estructura de la trama dramática, con un manejo pasmoso de los flash backs y de los tiempos narrativos, la fusión de la hermosa, tétrica y arrebatadora música con la imagen y el montaje, el uso de los colores con una fotografía igualmente arrebatadora, la comunión de un estilo y estética "underground" con una narrativa prodigiosa, de una fluidez absoluta. Esto crea una atmósfera magnética, pegajosa, insólita, irrechazable, que hacen de su visionado una experiencia que vampiriza al cinéfilo. Hay en "Arrebato" una mística coordinación entre el ingenio y el juego de imágenes, entre lo metafórico y la realidad, hay una coherencia y vértigo entre la mente y la imagen que quiere crear esa mente en el cineasta. Enormes interpretaciones.
Iván cruza al otro lado. Y yo con él. Gracias, por sentirme arrebatado, radical y único Iván.
Descansa en paz.
P.D.: Lean la crítica de Carlos Aguilar en su "Guía de vídeo-cine". Perfecta.
Ya no habría que hablar de "Arrebato" con respeto y admiración por suponer lo que supuso en su época (una forma de buscar una renovación en el cine español, por su afán rupturista, por su vocación de riesgo ilimitado), es que esta película denota, en su milagroso parto, un equilibrio de todos los conceptos cinematográficos, y a todos los niveles que, efectivamente, produce escalofríos y resulta del todo punto inagotable.
Dejando de lado lo pretendido por Zulueta con la película (algo de una ambigüedad absoluta, abierto, algo enigmático y mágico), hay tal hermanamiento y conjunción entre todos los elementos de la película que no cabe sino hablar de ella como de una obra única, cumbre, en la Historia del Cine: la complejísima estructura de la trama dramática, con un manejo pasmoso de los flash backs y de los tiempos narrativos, la fusión de la hermosa, tétrica y arrebatadora música con la imagen y el montaje, el uso de los colores con una fotografía igualmente arrebatadora, la comunión de un estilo y estética "underground" con una narrativa prodigiosa, de una fluidez absoluta. Esto crea una atmósfera magnética, pegajosa, insólita, irrechazable, que hacen de su visionado una experiencia que vampiriza al cinéfilo. Hay en "Arrebato" una mística coordinación entre el ingenio y el juego de imágenes, entre lo metafórico y la realidad, hay una coherencia y vértigo entre la mente y la imagen que quiere crear esa mente en el cineasta. Enormes interpretaciones.
Iván cruza al otro lado. Y yo con él. Gracias, por sentirme arrebatado, radical y único Iván.
Descansa en paz.
P.D.: Lean la crítica de Carlos Aguilar en su "Guía de vídeo-cine". Perfecta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Esto es "Arrebato", digamos, a un nivel puramente cinematográfico. Pero, ¿qué es esta enigmática e irrompible obra maestra para mí?, ¿qué significado la encuentro?. Yo creo, y es una opinicón que tras ver una y otra vez la película pudiera cambiar, que Zulueta pone sobre el tapete un conjunto de pasiones, de sentimientos, de conceptos y crea con ellos un juego de uniones que hacen que "Arrebato" se cierre sobre sí misma, se vuelva del todo punto inclasificable, y a partir de ahí, de esa redondez, salgan infinidad de aristas a las que agarrarse. Veamos:
1.- EL CINE: es una droga, una obsesión, es Vida, suicidio, muerte, arrebato.
2.- LA HEROÍNA: es una droga, pero es otro arrebato, otro elemento que controlado supone Vida, pero que incontrolable, como la droga del Cine supone muerte.
3.- Mezclados ambos conceptos, surge la figura del Cine ya como obsesión dolorosa, enfermiza, en Will More, que se autoaniquila, se borra, se aliena por la obsesión de filmar cualquier momento de su vida y que acaba vampirizado, devorado, asesinado (género puro fantástico) por su propia cámara, por su Amor/Odio: el CINE. Zulueta busca trascender la cinefilia, al igual que busca trascender la realidad, y presenta el CINE como un monstruo y una belleza, como el bien y el mal, el todo y la nada, el principio y el fin, y ahí es dónde hay una reflexión delirante, complejísima, profundísima sobre las relaciones del ser humano y el medio cinematográfico, sobre la creación artística, sobre la búsqueda de un lugar en el mundo, de una identidad que quizás More haya encontrado "más allá", cuando finaliza su vampirización (dos detalles geniales: los fotogramas en rojo y la paulatina pérdida de voz; un final antológico) y a la que Poncela, abstraído, arrebatado, obnubilado y vampirizado también, acompaña para huir de la realidad, para "cruzar al otro lado", para ver qué hay más allá del dolor, de la angustia y de la desazón vitales e íntimas, para en un acto corajudo, asomarse al abismo de los sueños (pues estos son progresivamente destruidos en la realidad, al igual que la ingenuidad de la infancia: hay un lado infantil, de regresión, muy marcado en el film; a veces parece una sutil nana que deviene tétrica), de la Vida, tras haber sido asesinado por una vampira cámara de vídeo. Como digo, para mí, la película se cierra sobre sí misma y es muy díficil explicar con palabras las sensaciones y sentimientos que me provoca, pero, sí, efectivamente, me he sentido arrebatado, extasiado, boquiabierto, abducido por el genio de Zulueta: ese hombre que entregó todo, casi hasta su alma, en esta obra, hasta ser incapaz, envarado, de filmar nada más.
"Arrebato" me hace sentir vivo, vampirizado, durante el tiempo que dura y me hace sentir un Gregorio Samsa con las pilas recargadas para continuar la vida en este kafkiano mundo (grande Travisloock).
1.- EL CINE: es una droga, una obsesión, es Vida, suicidio, muerte, arrebato.
2.- LA HEROÍNA: es una droga, pero es otro arrebato, otro elemento que controlado supone Vida, pero que incontrolable, como la droga del Cine supone muerte.
3.- Mezclados ambos conceptos, surge la figura del Cine ya como obsesión dolorosa, enfermiza, en Will More, que se autoaniquila, se borra, se aliena por la obsesión de filmar cualquier momento de su vida y que acaba vampirizado, devorado, asesinado (género puro fantástico) por su propia cámara, por su Amor/Odio: el CINE. Zulueta busca trascender la cinefilia, al igual que busca trascender la realidad, y presenta el CINE como un monstruo y una belleza, como el bien y el mal, el todo y la nada, el principio y el fin, y ahí es dónde hay una reflexión delirante, complejísima, profundísima sobre las relaciones del ser humano y el medio cinematográfico, sobre la creación artística, sobre la búsqueda de un lugar en el mundo, de una identidad que quizás More haya encontrado "más allá", cuando finaliza su vampirización (dos detalles geniales: los fotogramas en rojo y la paulatina pérdida de voz; un final antológico) y a la que Poncela, abstraído, arrebatado, obnubilado y vampirizado también, acompaña para huir de la realidad, para "cruzar al otro lado", para ver qué hay más allá del dolor, de la angustia y de la desazón vitales e íntimas, para en un acto corajudo, asomarse al abismo de los sueños (pues estos son progresivamente destruidos en la realidad, al igual que la ingenuidad de la infancia: hay un lado infantil, de regresión, muy marcado en el film; a veces parece una sutil nana que deviene tétrica), de la Vida, tras haber sido asesinado por una vampira cámara de vídeo. Como digo, para mí, la película se cierra sobre sí misma y es muy díficil explicar con palabras las sensaciones y sentimientos que me provoca, pero, sí, efectivamente, me he sentido arrebatado, extasiado, boquiabierto, abducido por el genio de Zulueta: ese hombre que entregó todo, casi hasta su alma, en esta obra, hasta ser incapaz, envarado, de filmar nada más.
"Arrebato" me hace sentir vivo, vampirizado, durante el tiempo que dura y me hace sentir un Gregorio Samsa con las pilas recargadas para continuar la vida en este kafkiano mundo (grande Travisloock).