Thirteen

Thirteen es un fulminante relato sobre la inmadurez. Sobre la capacidad de querer de las personas y sobre una amistad destructiva en todos los sentidos. Quien vea Thirtten para nada espere una obra de ficción al estilo de otros títulos. Thirteen tiene su encanto ahí, en contar lo ordinario que roza lo excesivo, de marcar el cambio de niña a mujer, el diseccionar las sociedades modernas para adentrarse en el fondo del alma humana y darse cuenta, no por casualidad, que la vida es una amarga caja de sorpresas y que los trece años es una edad difícil y complicada que solo el paso del tiempo y el amor de una madre lograrán cerrar las heridas abiertas. El paso de niña buena a mala es visto como una brutal metamorfosis llena de dolor. Porque esta película habla del dolor y de maternidad. Su mensaje a lo mejor no puede ser del agrado de todos. Pero es tan brillante que ya desde el título te anuncia la película que es.. Y es que la realidad para muchas personas es así..

Normalmente desde Estados Unidos nos llegan películas de adolescentes alocados en juergas universitarias o perseguidos por psicópatas con máscara. Esta película se centra en otra vertiente de esa adolescencia, mucho más cruel, mostrándonos la vida de una chica, que pasa de la inocencia a la rebeldía. Ayudada por la chica más popular del instituto, verá como su mundo se transforma: los chicos, las discusiones con su madre, las drogas y, como no, el sexo.

Pero lo que late detrás de todo eso es lo que realmente nos quiere mostrar: la inseguridad de una edad conflictiva, los cambios que en esa etapa de la vida se producen y el peligro de afrontarlos sin una red que te sostenga y fundamentalmente la forma en que la sociedad de hoy influye decididamente sobre la creación de una personalidad: el consumismo, la obsesión por el físico, los problemas de familia...

En fin, que “Thirteen” es la antítesis de “Friends”, es el polo opuesto de “Sensación de Vivir”.

Hardwicke se manejó con poco presupuesto, esto le bastó y le sobró para hacer de esos limitados recursos una decisión estética que coloca a su obra dentro de un marco real, conmovedor y alarmante. A los trece es una peli que patea cotidianeidad y que hace fuerza exactamente allí donde debe: en el énfasis afectivo.

En principio, un aplauso para dos jovencitas que actuan como si de vivir se tratara. Es tanta la naturalidad de sus papeles que obviando las edades de ellas y el rol que desempeñan, la actuación de ambas logra un peso que muchos adolescentes jóvenes quisieran lograr en sus pelis. Drogas, flagelación y sexo, pero no estamos frente a dosis espectaculares de ninguna de ellas sino con la ración justa hacia una vida(puesto que es Evan Rachel la verdadera protagonista) que con poco ya se empieza a desbarrancar. La protagonista se desvanece, se pierde, empieza a quedar una silueta de ella como aquella noche en el jardín con las regadoras en su máxima potencia. La madre tenía su papel bien asignado pero será el cable a tierra de una "casi mujer" que pide un camino, un rumbo aunque sea aproximatorio a esos senderos vagos de un padre ausente.

A los trece transpira honestidad y conmueve desde su propuesta. Desde las falencias que todos muestran como personas, desde ese estar y no estar con su respectiva carga de frustración, A los trece se eleva por sobre la media de este tipo de pelis porque arriesga, se tira a la pileta y nada con un agua que ella misma ha creado.

Ese es el calificativo que merece esta película independiente, sobre el mundo de la adolescencia.
Es una película correcta, pero no llega a destacar, ni por su factura técnica, ni por sus interpretaciones, a excepción de Holly Hunter, ni tampoco por su guión. Aunque debo destacar una dirección bastante buena de Catherine Hardwicke. La película es una ventana, que te muestra la realidad, como se forja esta sociedad, como se va construyendo, que es lo que hacemos mal y lo que hacemos bien. Un tema bastante interesante para tratar, que está bien retratado, pero poco exprimido. Yo creo que esta obra te ayuda a reflexionar, porque muchos jóvenes y adolescentes llegan a perder por completo su personalidad, sólo, por llegar a ser populares, sin pensar en lo malo y en lo bueno. Y eso lo afirmo, porque lo he vivido en mis propias carnes.

A los personajes ya se les veía venir, pero como en todos los casos todo el mundo se da cuenta menos ellas mismas las personas que aparecen durante casi todo el rato en la película.
En este película nos muestran detalles como el maltrato infantil, por ejemplo, una de las armas de la señorita Zamora para ganarse la confianza de la madre de su amiga, o darle lo que ella necesita sin necesidad de preguntar.
Me llamó mucho la atención las heridas en la cara de la señora encargada de Evy al querer hacerse un poco más guapa.