Downton Abbey (Serie de TV)

Downton Abbey es un culebrón de flema británica. Culebrón por basar gran parte de su argumento en las relaciones amorosas en torno a giros de guión, en malo muy malos y buenos muy buenos.

Británico con todas las de la ley por su factura impecable, por su reparto, su empaque y su sobriedad. Una especie de Mad Men de la nobleza británica, aunque sin llegar a la profundidad de la americana.

Bajo estos dos pilares, Downton Abbey no engaña y, lo que es mejor, puede atrapar a gran parte del público. Herencia, amor, héroes acorralados, villanos feroces… qué más se puede pedir. Quizás menos frialdad, más emoción.

Hoy he visto el primer capítulo en Antena 3 y ya me ha bastado para ver la calidad en cuanto a actores, fotografía, vestuario, trama argumental...

Genial, es más diría exquisita, esa es la palabra.

Un regalo que sin duda recomiendo, por fin una serie en la parrilla semanal que da lo que promete y promete dar más!!!

(Y ya no me refiero tanto a la serie como a la propia cadena de televisión que la emite, que en su publicidad no fue engañosa como otra que se las da de cadena "alegre" y nos la mete doblada semana tras semana con "Ángel o demonio", por poner un ejemplo, pintando la cosa como interesante y nunca llega ni por asomo a lo que anuncian)

Tele 5, menos meterse con la supuesta tristeza de otras cadenas y más ofrecer series de esta calidad.

No tengo nada más que decir. Antena 3 estrenó el pasado 15 de marzo los dos primeros capítulos que no tuve la ocasión de ver. Pero ayer me hice un maratón para ver los dos primeros y por la noche vi los dos siguientes y simplemente puedo quitarme el sombrero ante tal obra maestra. Todo en su sitio, la fotografía, la música, actores y actrices con unas interpretaciones soberbias. No tengo ninguna pega.

Es una serie inglesa con mucha calidad en la interpretación, en los guiones, en el vestuario, en la luz, en la dirección. No hay nada que huela a cartón piedra. A mí Downton Abbey me recuerda un poco a una serie que echaban cuando yo era más chico que se llamaba "Arriba y Abajo".
La música recuerda un poco a la de Philiph Glass de Las Horas. En suma, una serie perfecta donde nada chirria. La producción es de mucho mucho nivel, aunque aquí hemos hecho series parecidas como LA DUQUESA, que comparte época y ambiente, y están muy bien, y no hemos sido tan benevolentes quizás porque somos españoles. Otras series españolas como La Señora, o La República, se van acercando a este nivel. Personajes tridimensionales, estética cuidada, historias con gancho.

Ayer vi por fin el noveno capítulo de la segunda temporada, ese que hicieron para la Navidad del año pasado, un capítulo planteado como un telefilme, por lo que era más largo de lo habitual (hora y media). Me pasaron una copia sacada de Antena 3 HD, con toda su autopublicidad incluida en medio de la emisión y el corte abrupto al final, nada más aparecer los títulos de crédito, toda una falta de respeto a la obra que se ofrece y al espectador, pero, en fin, esto es común en las cadenas de televisión españolas: ojalá un tsunami las borrara a todas del mapa.

El noveno capítulo de la segunda temporada mantiene las constantes de la serie. Impecable diseño de producción, admirable trabajo de actores, apoyado en un cásting extraordinario, y la misma simplicidad en los guiones por lo que respecta a la psicología de los personajes, de un maniqueísmo que roza el ridículo, con malos muy malos (que además fuman, sin excepción) y buenos buenísimos, que no solo no fuman, sino que siempre están dispuestos a comprender al prójimo y a entregarse a las causas más nobles sin que el frac les haga una arruga ni se les mueva la cofia medio centímetro de su correcta posición. La obra termina siendo un cruce entre la inolvidable Arriba y Abajo (aunque sin su exquisita contextualización histórica, su riqueza de situaciones ni su complejidad psicológica) y Falcon Crest o cualquier otro culebrón americano de turbulentas tramas familiares (aunque sin su descarnada mala leche). Con un diseño de producción y un cast típicos de serie española, esta Downton Abbey sería un auténtico horror, pero tal y como se presenta, con la distinción británica y el gran trabajo técnico en el que se apoyan, los guiones acaban dando apariencia de ser mucho más de lo que en realidad son y de soportar una trama que en ningún caso resulta creíble (podría señalar infinidad de errores, de olvidos inaceptables de unos episodios a otros), pero que al menos se sigue con interés.