Teen Wolf (De pelo en pecho)

Seamos sinceros. Hay películas que, de haberse estrenado hoy, nos parecerían totalmente ridículas (o, para el caso, sólo aptas para estrenarse directamente en Disney +). Sin embargo, al ser ochenteras y entrar directamente en aquel peculiar estilo de cine que se hacía entonces, con aquella inocencia y aquel encanto, las recordamos incluso con bastante cariño.
Este es el caso de Teen Wolf, que sí, por cierto, inspiró la famosa serie adolescente de 2011.
Se trata de una cinta entretenida, muy simpática, reflejo de la adolescencia de aquella época, y que lanzó a la fama a Michael J. Fox, casi a la misma vez que la primera entrega de Regreso al futuro. Este es el tipo de personaje que bordó el mítico Marty McFly: el de buen adolescente, hijo perfecto, novio perfecto, pero con un puntito más canalla o travieso. En esta ocasión, además es un hombre lobo por genética familiar, y la disyuntiva ofrece momentos de lo más simpáticos y divertidos (ver la secuencia de la fiesta o los partidos de baloncesto).
Lo dicho, hoy en día podría parecernos bastante ridícula, pero para los estándares de la época, resulta muy agradable y encantadora.

Lo mejor: Su simpatía, su encanto ochentero (inigualable) y el carisma de Michael J. Fox.
Lo peor: No hay que pedir peras al olmo. Es lo que es.

Esta peli es mala y muy hortera, pero nadie puede negar que tiene su encanto ochentero.

MJ Fox -el eterno niño de Hollywood-, se mete en el pellejo de un adolescente en plena crisis hormonal -pero de las gordas-. Así que nada, para echar unas risas con los amigos o para recordar viejos tiempos que -quizás- sí fueron mejores, es para lo único que sirve esta película.

El niño-lobo le da al básquet y las encesta desde cualquier posición ¡a las chorvis las trae loquitas! ¡todas suspiran por él!

Tuvo varias secuelas -a cuál peor-, la única que vale es Teen Wolf (De Pelo en Pecho) del 85, todo lo demás es carroña ochentera.

Vista hoy día no deja de ser un producto curioso pero trasnochado aunque el guion funcione a las mil maravillas.

Junto con Gremlins y Cortocircuito, una de las pelis definitivas de los 80. Para mear y no echar gota.

No me gusta hacer sangre de un filme ochentero que en el fondo no es más que víctima de lo que la generación juvenil pedía por aquel entonces.

PERO ES QUE EL FILME DE MICHAEL J FOX (que por cierto detesta el filme en cuestión) ES MUY POQUITA COSA.

Una trama manida (menuda tontería utilizar el ser licántropo para intentar contar la historia de siempre sobre PARDILLO BUSCA IMPRESIONAR Y SALIR DE SU CUBÍCULO DE ABURRIMIENTO). Nada tiene sentido (al principio lo intenta esconder, pero luego ya reluce y A TODO EL MUNDO LE ENCANTA.

Y sobre todo el EXCESO DE MORALINA DE POCOYO QUE TIENE EL FILME ENCIMA. Que si mensajito sobre lo importante que es el equipo, lo importante del busca el interior no en lo físico, etc.

Que uno puede llegar a entender que el filme quiera dar lecciones y demás. PERO COÑO, si meten una trama de licántropos y demás que al menos le den ALGO DE VIDILLA a la película.

Pero no. Todo visto, revisto y requetevisto.

Como mucho para los amantes de los ochenta. Y no sé yo siquiera si para aquellos.

PS: Hay una segunda parte que es una COPIA DESCARADA cambiando el baloncesto por el boxeo. Para mear y no echar gota.

Es una película muy vacía y que no tiene sentido. No hay terror, no hay drama, no hay lógica. Es la chorrada más grande que jamás he visto y la película más vacía. Da igual que se hubiese convertido en un hombre lobo o en Santa Claus, esa parte de la trama no tiene nada de relevante, el resto de la trama tampoco. Eso fue para que la gente la viera y pasaran por taquilla, pero solo eso.

Simplemente es para verla como curiosidad, pues a películas como esta debemos el fenómeno de las series teen horribles que se hacen ahora. Creó escuela. Es el paleolítico de este fenómeno actual.

He leído una crítica de un usuario con el apodo de Gort que relata esto:
«Apenas me había dado tiempo a hacer un par de chistes sobre el partido de baloncesto, cuando noté que Diego le prestaba más atención a la pantalla que a mis ocurrencias. Un par de tragos al bourbon en silencio, con la mirada puesta en la pantalla, y vigilando de reojo las reacciones de mi amigo, me hicieron comprender que Diego mantenía algún vínculo especial con aquella película. (...) tenía ya claro que todo tenía que ver con la actriz morena que aparecía en la película interpretando el papel de amiga enamorada del protagonista. Reconozco mi predisposición a la especulación, pero para mí era evidente que le recordaba a alguien (...) ». Sí, parece ser una ex actriz actualmente y yo también he sentido cierta atracción por esa mujer. En una mujer la sensualidad se encuentra también en su mirada y su manera de seducir, no tiene por qué ser un cuerpo espléndido y cara de infarto. Esa actriz ha interpretado un personaje muy seductor para ciertos hombres que nos fijamos en esas cosas. Por cosas como esas tal vez soy indulgente yo también con ciertas películas de dudosa calidad.

Simpática comedia fantástica protagonizada por Micahel J. Fox.

Con una estética y ambiente totalmente ochenteros, Teen Wolf, es una película amena y divertida con un adolescente que desubre que tanto el como su familia son una estirpe de hombres lobo, aunque a veces la mutación se salte una generación.

La película en verdad es muy modesta, costó tan solo un millón y medio de dólares, y salvo las escenas de cuando Fox está transformado en hombre lobo, el resto es bastante flojito.

Fox se las arregla para caer bien con su personaje, pero el resto de secundarios no aportan demasiado, y la historia en conjunto queda como algo muy simple pues todo queda reducido a un chico que solo quiere triunfar en el equipo de basquet de su instituto, ligarse a la chica mas guapa y ser popular, como una típica comedia americana adolescente.

Es por eso, por lo que salvo las escenas cuando está transformado, y cuando va en la furgoneta con su colega al ritmo de los Beach Boys, no hay mucho mas que destacar.

Un producto de su época, de un Michael J. Fox, justo antes antes de alcanzar el estrellato mundial, y mucha nostalgia por aquella irrepetible década.