La nana

Narración pormenorizada y ágil sin pretensiones, que nos documenta la desdichada vida de esta mujer autoanulada y con graves problemas de comunicación sin abrumarla, ni imponer nada al espectador, simple observador. Rueda la sencillez de sus quehaceres, el cercado entorno en que vive, las situaciones familiares más comunes... Y sin grandelocuentes efectos visuales ni dramatismos absurdos consigue que el espectador reflexione sobre cómo ha podido llegar a ese punto. Haciéndola a ella protagonista indiscutible pero sin olvidar, a sí mismo, al resto del elenco actoral, muy acorde con el nivel de la película, ¡ni tan siquiera del gato!, que mira con espanto los arrebatos de furia de la protagonista.

El diálogo concuerda con la historia y se ajusta bien a cada personaje. No es bello ni poético porque es una historia tan realista que acoje y molesta al mismo tiempo; su lenguaje es el de la calle. Pero las frases son tan adecuadas a la situación, a cada momento... que parece que todo lo que vemos haya ocurrido de verdad.

Hasta el papel menos destacado posee una personalidad bien definida. Quizás, incomprensiblemente, el más caricaturesco sea el de la propia protagonista. Pero la brillante intepretación de Catalina Saavedra, inolvidable, hace del exceso coherencia y de las situaciones patético-cómicas, (pues también tiene su parte de comedia), un sofocado grito de desolación.

El final es una brisa de aire fresco que se agradece tras tanta desesperanza. Verdaderamente positivo y completamente alejado del típico "happy end", que hoy en día se enmascara en tantas películas intelectualoides y profundas... Simplemente: aprende a vivir; y el motivo no es sino la conexión con otra nana completamente distinta a ella, (de los personajes más encantadores de la gran pantalla). Alejada de eternos y grandes motivos, de verdades sorprendentes y concretas... el mensaje es tan sencillo como difícil de encajar: la cotidianidad nos puede transformar para siempre, la verdadera vida se vive desde dentro.

Realmente maravillosa.

Uno puede que no esté de acuerdo con el subtexto de esta película donde vemos el mundo de una empleada del servicio doméstico en su cotidianidad. La manera como se aborda la historia y sobre todo su final la define como burguesa y hasta clasista, pero al rey lo que es del rey… es una película muy bien contado. Sencilla, pero efectiva en mantener la tensión. Sabe mostrar la humanidad del personaje principal en acciones y no en diálogos rebuscados. Sabe llevarnos de la mano de aquellos que conviven con nosotros y de los cuales apenas sabemos sus nombres. Esto es saber hacer cine señores, de manera sencilla pero efectiva. Super recomendable si saben apreciar una buena película no por los tiros ni por la sangre sino por su capacidad de conmovernos y dejarnos pensando a la salida del cine.

Película pequeña, pero notable. Casi todo el film trascurre en la casa en donde trabaja esta criada. Mujer trabajadora y fiel, casi una más de la familia para la cual trabaja. Tiene miembros del hogar a quien quiere y a quien no, pero abnegada en sus quehaceres laborales. Y no quiere que alguien venga meterse en su trabajos.
Un guión sencillo pero atrapante, que dice lo justo. Sin más ni menos, la medida justa. Un elenco aceptable, pero que donde sobresale una enorme y talentosísima actriz llamada Catalina Saavedra. La nana no sería le buen film que es, si no fuera en gran parte por la potente y excelente labor de Saavedra.

Chile y Sebastián Silva deslumbraron con este film, el cual se trata de un drama con toques de Thriller (pero algo inusual) que va describiendo los sucesos en una familia de la alta sociedad de Santiago de Chile, donde durante más de 20 años ha tenido a Raquel como criada de la casa. Esta película nos muestra poco a poco todos los sucesos que al inicio parecen banales, para luego transformarse en situaciones con cierto grado de expectación, sin darnos cuenta el film nos traslada dentro de su atmosfera sombría y oscura, realmente digo esto porque aunque la mayor parte del metraje está marcada por sucesos cotidianos y de las situaciones que acontecen vida real de cualquier familia, Sebastián Silva logra crear un ambiente lleno de suspenso y expectación, esto se da gracias a una excelente labor tras cámaras por medio del cual utiliza esta pequeña historia con personajes tan comunes, sencillos para crear una obra de calidad única.
Poco a poco somos testigos de momentos llenos de naturalidad exenta de políticas hollywoodenses y de música alguna lo que permite introducirnos más en su telaraña que se va hilando dentro de un aparente ambiente familiar. Una Historia que va de la diversión a lo trágico, de lo cotidiano a lo perverso, del humor al horror. Lo que más debo destacar es que siendo un film de carácter minimalista sorprende increíblemente como el director logra conectar al espectador en su butaca y ofrecerle muchos minutos de buen cine, manteniendo esa expectativa a cada momento sobre lo que vendrá a continuación, o que otra locura se le ocurrirá a este desenfrenado personaje para hacerle la vida imposible a quienes se le interpongan en sus objetivos.
Durante los primeros minutos del metraje la película peca de ser algo pesada, pero pronto la historia nos lleva al interior de esta casa, así somos capaces de disfrutar de todo lo que plantea el diario vivir de esta inusual familia.
Catalina Saavedra se encarga de recrear esta inusual, y compleja Raquel, donde el espectador es capaz de identificarse, odiar, amar, sentir, vivir con el personaje gracias a una magnífica labor de esta actriz que desde ya se considera su portentosa interpretación como toda una revelación, así vemos como los demás personajes son solo piezas alrededor de Raquel. El elenco respira naturalidad por los poros, aunque existen algunos personajes algo desenfocados.
Una película que se disfruta de sobremanera toda una obra para el recuerdo, de las mejores del 2009. De haberla escogido Chile como representante en los premios Oscar, probablemente hubiéranos tenido tres películas sudamericanas nominadas.
Por último, quiero definir la película con tan solo 2 letras del abecedario: "Ayayayay, ayayayay, ayayayay.."

La nana es una película importante. Y cuando digo que es importante, no me refiero tanto a que es una película importante desde el punto de vista de la historia del cine, como que es importante para las personas, como algo intrínsecamente bueno; lo mismo que es bueno e importante que haya paisajes hermosos, puestas de sol silenciosas, o señores que vayan canturreando por la calle.
Sin embargo, en relación a la historia del cine, tampoco está nada mal. Es una película de muy bajo presupuesto, cuyo resultado es excelente. La historia está muy bien contada, el espectador se siente inmerso en los acontecimientos que se narran, no hay fisuras, nada en la película distrae de lo esencial. Cada personaje está en su justo sitio, con interpretaciones frescas y verosímiles. La cámara se mueve con ligereza, y se utiliza con mucha inteligencia para enfatizar ciertos aspectos del relato.
Todo esto está muy bien, la verdad. Pero me interesa más otro aspecto de La nana. Hay algo en esta película que enamora. Diría que se trata de una película sobre el amor. Sobre tener amor en la vida o no tener amor en la vida, sin reducir el tema del amor al contexto de la pareja (se puede tener mucho amor y no tener pareja, o pareja y nada de amor), recucción esta que ha aportado tanto tocino de cielo a la historia del cine.
En La nana, al contrario de lo que pudiera parecer, no hay personajes malvados; más bien hay seres en cuya vida no ha habido nada de amor, y seres llenos de amor que muestran con naturalida su potencial transformador, que no es otro que el poder transformador del amor.
Hay que agradecer a su director la lucidez e inteligencia empleadas en la creación de esta sencilla película, y termino recomendandándola encarecidamente a todo hijo de vecino.