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Amores prohibidos

Romance. Drama 30 de marzo de 1924, Beechwood (Inglaterra). El matrimonio Niven (Olivia Colman & Colin Firth) perteneciente a la aristocracia inglesa y que ha perdido a sus hijos en la guerra, se prepara para celebrar el Día de la Madre y el compromiso de Paul (Josh O'Connor), el hijo de sus vecinos, con Emma Hobday (Caroline Harker). Los Niven han dado el día libre a su criada, Jane Fairchild (Odessa Young), huérfana de nacimiento y, durante siete ... [+]
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
14 de noviembre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama de época con el sello de calidad del cine británico en este tipo de ambientaciones.

La película alterna tres etapas temporales bastante separadas entre sí. La de más peso y extensión (además de la más interesante con gran diferencia) es la etapa en que la protagonista es muy joven. Es la época de ‘Downton Abbey’ o, más a propósito, la de ‘El amante de Lady Chatterley’. En la novela de Lawrence la protagonista es una aristócrata y el amante un guardabosques. Aquí la protagonista también es la mujer, pero en este caso se trata de la criada plebeya, la amante de Mr. Sheringham (el aristócrata).

La película está bien dirigida y el personaje principal está muy logrado. La directora Eva Huson y la actriz Odessa Young consiguen que tenga un carácter propio, diferente, que transmite un feminismo pionero y auténtico.

El grueso del film transcurre en un solo día, el “día de la madre” (“Mothering Sunday”, título original). Ese domingo es el último, el final de la primera historia de amor de la protagonista, un amor intenso y vital que debiera ser alegre. Pero la película habla de pérdidas traumáticas, de sus secuelas y de su superación, así que Huson envuelve a los personajes en una atmósfera impregnada por un un halo de tristeza y fatalidad que enlaza con el otro tema subyacente: la maternidad truncada.

La joven protagonista conoce el profundo dolor que supone perder a los hijos, porque cada día lo ve en el devastado matrimonio de sus ‘señores’, que los perdieron en la Gran Guerra y nunca lo han superado. Sin embargo, ella, abandonada por su madre y criada en un orfanato, no parece mostrar ningún interés presente o futuro por la maternidad. Aunque su actitud no parece egoísta, sino defensiva.

El personaje central y el halo que le rodea son la mayor virtud de la película y también la causa de que quizás no llegue a un público más amplio, porque no es tan fácil conectar emocionalmente con una heroína distante.

El elenco de secundarios es top. Hasta tres ganadores de óscars: Colin Firth, Olivia Colman y Glenda Jackson. Por cierto, la última ganó su primer óscar hace más de 50 años con otra peli basada en una novela de Lawrence (‘Mujeres enamoradas’), en la que además interpretaba a un personaje no muy alejado del que Odessa Young interpreta aquí. Aquella mujer reconocía abiertamente su nulo interés por ser madre. Más parece un doble homenaje que una casualidad.
antonEvazquez
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18 de febrero de 2022
5 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Día de la Madre, momento en el que se desarrolla el film, amanece soleado y anunciando un drama inglés de época similar a lo que se esperaría de Downton Abbey. Sin embargo, tras unos minutos, el espectador se da cuenta de que no está ante una propuesta distinguida, sino ante un producto más parecido a Los Bridgerton que a la elegante adaptación de una novela sobre la aristocracia del siglo XX.

Basada también en el libro de Graham Swift, Primavera en Beechwood se sitúa en una localidad de Inglaterra pasada la Primera Guerra Mundial. En esa línea, no se puede reprochar la cuidada ambientación, que despierta las ganas de querer tomar un té en el salón y salir a dar un paseo al jardín. Tanto los maravillosos paisajes como los interiores contienen múltiples detalles para deleitar a la audiencia.

Fuera de eso, uno empieza a cuestionarse las incongruencias históricas y la necesidad de intercalar escenas subidas de tono que no mejoran los clichés que encarnan los personajes. Por momentos, la trama parece no ir más allá de una relación prohibida y apasionada y el público quizá queda aletargado por el excesivo metraje.

Es curioso que, contando con una larga duración, la cinta no profundice en la protagonista y quede como el típico estereotipo de escritora que ya se ha visto tantas veces.

Por otro lado, los saltos en el tiempo provocan cierto desorden. En este sentido, los flashbacks que se introducen para recordar el porqué de algunas resoluciones resultan obvios e innecesarios, y vienen a decirnos que los que estamos en la butaca no somos capaces de deducirlo si no nos lo evidencian.

Sin tener en cuenta todos estos fallos de guion, es cierto que se puede encontrar una reflexión sensible acerca de la pérdida y unas buenas interpretaciones por parte del conocido elenco. No obstante, no es suficiente para darle la vuelta a la falta de profundidad y originalidad del relato.

www.contraste.info
Revista Contraste
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14 de febrero de 2022
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Joven escritora, manual de uso

No podemos condenar a una creadora por tropezar repetidamente con determinados clichés, porque lo hacemos todos. Y si bien es verdad que los clichés y estereotipos son tal cosa porque dialogan y se nutren de la realidad y responden ante ella, son también señales muy luminosas de por dónde es aconsejable no aventurarnos. Lo de la escritora que ve desencadenada su vocación tras un trauma, o varios, es una verdad tan recurrente en el mundo real que se hace complicado hacer de ello una novedad en la ficción. Esta película adolece de esta dificultad.

Sin embargo, posee un pulso narrativo firme, que desprende una madurez en términos de puesta en escena muy gratificante. Composiciones extraordinarias, con una belleza plástica casi pictórica, pero huyendo del barroquismo efectista y abrazando una elegante sobriedad, deudora, entre otros, del Stephen Daldry de Las Horas. De hecho, esta herencia abarca mucho más que lo estilístico, mas esa trama de reciprocidad entre el pasado y el futuro, entre la vida real y la ficción creada, hace casi imposible no establecer dicha conexión. Es más, es que incluso la casa en la que acaba viviendo la protagonista, recuerda un poco a la vivienda de Virgnia Woolf en la película de Daldry. Y es esa, sin duda, la máxima deuda contraída de Husson y su Primavera en Beechwood , el legado de Virginia Woolf, no la casa.

*Ofelia

Existe un antes y un después en la vida de todo ser humano: entender que cuando se refiere el nombre de Ofelia, no es una alusión a Ofelia Michelínez de Mortadelo y Filemón, sino a la obra magna de William Shakespeare, Hamlet. Huelga aclarar el significado que tiene el bardo inmortal para el pueblo británico. La historia de Ofelia es la de una joven cortesana que se ve envuelta en un lío amoroso con un chico de más alta alcurnia, en su caso el príncipe Hamlet de Dinamarca. El amor entre ambos, de surgir espontáneamente, no podría consumarse por la diferencia jerárquica de sus cunas, estando condenado a escarnio de mostrarse en la esfera pública.

Es cierto que, en la obra, las intenciones de Hamlet para con Ofelia con algo difusas, pero esa trama exactamente es la columna vertebral del argumento en la película que nos ocupa. Una joven trabajadora del hogar y su amorío con un no tan joven heredero de una familia burguesa.

Alguien podría argumentar que el paralelismo entre Primavera en Beechwood (Mothering Sunday) y Hamlet, a través del personaje de Ofelia, está más forzado que las interpretaciones de los cuadros de Mondrian. Que entonces Pretty Woman sería también una adaptación de la obra de Shakespeare, que por qué no…, y hasta 50 sombras de Grey. Y tendría razón, si no fuera porque esta referencia se explicita directamente en un momento de la película. Un camarero un poco rata de biblioteca, que sale de la nada, se acerca a una mujer que está fumando en la orilla del río, y le dice: -¿va a hacer un Ofelia? Con esta frase, a mi parecer, se pierda cierta altura al evidenciar el homenaje y eliminar la sutileza.

*Virginia Woolf

La autora británica, reivindicada de un tiempo a esta parte como icono feminista, nos confirma la hipótesis. En su exaltación hacia lo inglés, la directora contorsiona los referentes para ponerlos al servicio de su narrativa, sin que pierdan su facultad evocadora. Woolf desata de forma confesa la vocación artística de nuestra protagonista, como de tantas otras escritoras a lo largo de la historia, jugando un papel preeminente en la película. Pero, ¿Cómo murió Virginia Woolf? Haciendo, según la paráfrasis del camarero empollón, un Ofelia.

De forma vicaria, la protagonista de Primavera en Beechwood (Mothering Sunday) clausura el trenzado de referentes, homenajes, diálogos realidad-ficción y pasado-presente, a través de su pleitesía hacia Woolf.

*Por favor, disparen al traductor

Este pequeño apartado se lo pueden saltar, es una humilde licencia para el desahogo.

El título original de la película es Mothering Sunday, es decir, Día de la madre. El significado es soberbio. No sólo porque el bloque principal de la narración, cuando tienen lugar los acontecimientos que desbocan la necesidad de la protagonista de convertirse en escritora, sucede en el día de la madre, sino porque la película habla de esa generación de padres que dejaron de serlo, fruto de las casi 700.000 bajas británicas, tras la I Guerra Mundial. Esa burguesía acomodada se reúne cada domingo para acompañarse en la simulación hipócrita de que pueden continuar sus vidas como antes, tratando de ignorar la insoslayable ausencia que padecen.

Primavera en Beechwood parece más el nombre de una comedia romántica de Nancy Meyers que un retrato de la Inglaterra quebrada. De hecho, en una de esas cenas de las familias que han perdido a sus hijos, la directora hace sonar el primer movimiento del Verano de Vivaldi, el epítome de la música programática. En esta tradición musical, como en la cena, cada instrumento o grupo de instrumentos desempeñan un papel específico dentro de una narración prefabricada: un glissando de violas representa un mosquito, el pizzicato de los violonchelos es el sudor que cae por la frente… se entiende. Vale que el día de la madre suele ser en cuaresma, o sea en primavera, pero este me resulta un caso especialmente doloroso de traducción indolente.

*Conclusión

Eva Hussen ha hecho una muy estimable película, siendo su tercer título, que ya es mejor que filmografías completas de algunos directores. Primavera en Beechwood (Mothering Sunday) es el poema o canción desesperada que le escribe una joven y prometedora autora francesa a Inglaterra.

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Escrito por Carlos Acosta
Cinemagavia
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24 de febrero de 2022
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mothering sunday está dirigida por Eva Husson, quien nos sitúa en la Inglaterra de 1924. La familia Niven (Olivia Colman y Colin Firth), han perdido a sus hijos en la guerra y se deciden a celebrar el compromiso del hijo de sus vecinos (Josh O'Connor); además, es el día de la Madre, con todo lo que ello conlleva, pues los vecinos también han perdido a dos de sus hijos. No obstante, este está encariñado con la criada de los Niven (Odessa Young), y aprovecha para llegar tarde a su propio compromiso para pasar la mañana con ella.

Primavera en Beechwood no es una película de nobles y criadas, si no de cómo la sociedad impide que el amor fluya y sea libre por el bien de las aparencias, o en este caso el dinero y el estatus social. Por una parte, vemos el pesar de las familia por sus hijos perdidos, un entierro en vez de un compromiso, que además debía ser con el hermano caído. Por otra parte, tenemos la sensualidad, la desnudez, la deshinibición y la sutilidad de la historia entre noble y criada, donde dan rienda suelta a su amor y la cámara la sigue por toda la mansión. Además, contamos con la vida actual de esa criada que ha logrado hacerse un hueco en el mundo de la literatura y es una mujer de éxito, aunque la desgracia parece no abandonarla en ningún momento.

En definitiva, PRIMAVERA EN BEECHWOOD no es una película apta para todos los público, ni siquiera para los que les gusten las películas de época, pues es algo diferente. Es un filme feminista, sensible, rodado con mimo y detalle, con un vestuario impecable. El relato de una escritora tintada con los sinsabores de una vida larga y dura. Echadle un vistazo.
XuCoOo
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24 de febrero de 2022
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película diseñada para el exclusivo gozo y lucimiento de la actriz protagonista, que monopoliza toda la atención de la cámara con primeros planos, planos detalle, planos desnuda, múltiples looks y un vestido diferente por escena. No hay suspense, ni emoción, ni diálogos dignos de aplauso, sólo ella de principio a fin, lo cual juega en su contra: no es mala actriz, pero con un mejor guión hubiese lucido mucho más.

El film se esfuerza en ser una obra lírica, bella y sensible, con mucho foco en las emociones, mucha atención en los gestos, un cuidado vestuario y un aspecto onírico. Desgraciadamente la historia es insulsa, el drama descafeinado y los personajes no tienen alma.

Además de enaltecer la actriz principal, el guión es descaradamente políticamente correcto, como si hiciera falta convencer alguien que las mujeres y los negros pueden salir adelante a pesar de la discriminación histórica! Alguien lo dudaba? De hecho, se podría argumentar que películas así hacen un flaco favor a las mujeres, pues sólo las más bellas son capaces de luchar y ser resilientes.

Un drama romántico debe hacer honor a su nombre y aquí ni hay drama ni romanticismo. El film naufraga en la banalidad y ofrece un final (pretendidamente) sublime.

Sólo recomendable para fans de Odessa Young.
Jordi B
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