Promoción fantasma

Las películas españolas, por norma general, están a la orden del día, la orden de que tienen poco presupuesto, que suelen estar orientadas al sexo y cosas similares.
Con el tiempo, esa llaga del cine patrio ha ido curándose, creándose buenos trabajos españoles, que aunque en ocasiones haya contado con colaboraciones extranjeras, el mérito sigue siendo del que sigue siendo ( películas como El Laberinto del Fauno, Ágora, El Orfanato, ...)

La zona del cine español que aún no ha sido curtida es la de la rama juvenil, solo unos poco nos quejamos de esa, el motivo es porque nos regalan cintas como Mentiras y Gordas, Fuga de Cerebros, A 3 Metros sobre el cielo, ... y muchos (sobretodo muchas) se conforman, pero yo no, ni yo ni muchos otros chavales, no nos interesan esas cintas, son banales, predecibles estúpidas y absurdas, y hoy, puedo decir que tras ver Promoción Fantasma estamos a un paso más cerca de conseguirlo.

La película es predecible claramente, pero original, está bien construida, las piezas poco a poco van encajando, te hechas unas risas y, a la par, contamos con algunos momentos de, aunque ligero, contamos con drama.
Las interpretaciones no son legendarias pero son lo suficientemente buenas como para creerte lo que está pasando.

Opino que esta cinta fue un riesgo ser expuesta, porque al menos aquí en España no se hizo nada similar, y ahora lo digo, solo espero que esta se quede corta antes futuras cintas mejores, porque podría ser el principio de algo mejor en la rama juvenil del cine español.

Digo que es originalmente divertida, porque no es sólo la típica comedia española, Promoción fantasma, va un paso más adelante presentando un guión tremendamente original y divertido, dando protagonismo a unos actores no tan típicos del cine español (aunque sí de series) y con una buena puesta en escena.
La historia, un profesor que ve espíritus y debe ayudar a unos antiguos alumnos muertos a irse al otro lado para que dejen de sembrar el terror y el caos por el instituto.
No parece una película con grandes pretensiones, sin embargo es tremendamente efectiva.
Lo mejor: El guión, los momentos de humor, los poquitos efectos especiales, la banda sonora, los actores...
Lo peor: Que no te guste la comedia española.
En conclusión: Una divertida y original película para pasar el rato, y que seguro te arrancará más de una carcajada.

Cuando se estrenó en cines, tuvo buenas críticas en general y algunas muy entusiastas de compañeros cinéfilos de diversas webs o foros en particular. Javier Ruiz Caldera nos dejó pocos años atrás Spanish Movie (con guionista distinto a los de esta), que tuvo unas reacciones similares y que luego al verla me encontré con otra comedia más de algún puntazo puntúal pero superada por gags típicos con alguno que otro buceando sobre la vergüenza ajena. Por ello, me he dirigido al visionado de esta con cautela y me alegra de haberme llevado una de las gratas sorpresas de lo que llevamos de año.

Los dos calificativos que resumen a la película son: nostalgia y diversión.

Arranca con una fiesta de final de curso con Saturday Night de Whigfield sonando de fondo. Una canción de muchas de su evocadora BSO que seguro nos transportan a muchos (y más si eres de los ochenta) a una época dorada en la que empezaban a salirte vellos en el cuerpo. No faltan tampoco expresiones típicas de la época y flashbacks varios del espectador a la época que vienen estimulados por cosas desde rebobinar un cassete con un bolígrafo a varias referencias el cine de esa década.

Con algunos de las incontables notas de humor también nos regalan una comparativa de hace dos décadas a ahora y como algunas cosas han cambiado y otras siguen siendo iguales.

Aparte de que el citado protagonista encuentre uso a su don de comunicarse con los muertos y sentirse agusto con él, la principal función de la historia es que el grupo de chavales fantasmas que traen de cabeza al colegio y como todo buen fantasma de manual, tiene su asignatura pendiente que le mantiene atado a este mundo y que tendrán que descubrir ayudados por el profe. Todos están bien, pero mención especial al chaval que murió borracho y lleva dos décadas de fiesta contínua.

Gente como Joaquín Reyes, Sílvia Abril, Carlos Areces o Alexándra Jiménez repiten del anterior trabajo del director destacando en esta ocasión si por sus papeles, sobretodo los dos primeros que ofrecen unos personajes secundarios divertidísimos con muchas de las mejores escenas de la cinta.

El guión es como decía nostálgico, divertido a la par que ágil y cargado de ingenio. Se le podrían poner algunos "peros" como alguna escena, por suerte muy puntual, en que se desmelena demasiado y roza la vergüenza ajena, siendo simplemente un par de agujas en un pajar de trabajados gags.

Tiene por otro lado momentos de discursos de esos de poner eco en el micro buscando el aplauso o alguno ñoño en los que en algunas ocasiones sorprende con salidas humorísticas inesperadas y en otros donde simplemente son lo que parecen o no acaba de encontrar el equilibrio de lo dramático entre el derroche de humor.

(Continúa en spoiler sin desvelar nada, simplemente por falta de espacio)

Veo que el chorreo de ectoplasma por la entrepierna (y otras partes) de muchos también está afectando al cerebro. Sin acritud y sin ofender, “Promoción Fantasma” no es más que una copia de las peores fórmulas del blockbuster norteamericano intentando buscar un cruce entre “El club de los cinco” y “Agárrame esos fantasmas”. ¿Lo consigue? En mi opinión, para nada… aunque como esos blockbusters tendrá cierto éxito en la taquilla, única finalidad por la que está hecha la cinta.

Para empezar, el único parecido con “El club de los cinco” es que son cinco y que estaban castigados en una biblioteca y su único punto en común con “Agárrame esos fantasmas” es que salen… fantasmas. El propio director ha declarado que no es ni un homenaje ni una película nostálgica y se nota. Estos fantasmas no tienen la mala leche de los de “American Horror Story” ni se busca una vía de divertimento a “La noche del baile de medianoche” o “El terror llama a su puerta”. Es una comedia romántica blanda con tanteos fantasmales con la show movie en versión último curso que parece un cruce de “Entre fantasmas” y “Física o Química”. Esta película tiene de ambientación española lo que “Los Goonies” a “Verano Azul”. La acumulación de referencias al cine norteamericano de instituto y sus clichés son visibles: el grupo fantasmal está compuesto por un macarra (“Grease”), por el típico chico-popular-ligón-deportista con cazadora yanqui, por una empollona versión Steve Urkel, por la chica popular que se queda preñada (más “Grease” y además que en España no se veían adolescentes yendo a clase con bombo a lo “Juno” en la España de los 80) y un eterno borracho freak con vestimenta robada a “Miami Vice”.

Aparte de un rácano balón de Naranjito, localizado en plan Buscando a Willy, no hay guiños ni referencias al universo made in Spain de los 80. Incluir el ‘Total Eclipse of the Heart’ de Bonnie Tyler no es retro ni ochentero, es de ‘radiofórmula’ de M-80. Mucho más el ‘Enamorado de la moda juvenil’ de Radio Futura o mencionar de pasada a Mecano, Nacho Pop o Michael Jackson. Está claro que el homenaje si es que existe es sobre el baile espantoso del ‘Saturday Night’ de Whigfield de los noventa y traumas pasados por un beso etéreo. Los ochenta de la Súper-Pop, de la Teleindiscreta o de “V” no están presentes aquí ni en esencia ni en forma ni en contenido. Simplemente está película gustara (y mucho) a gente adolescente y fans de Joaquín Reyes y Carlos Areces. Los más viejunos tendremos que seguir esperando a otra 'promoción'.

La pregunta que me hago es por qué no han unido el cine comercial americano con nuestros ochenta y el cine quinqui. Si la película de Javier Ruiz Caldera fuera un cruce con fantasmas de “Yo, El Vaquilla” y “Verano Azul” sería una bizarrada monumental. Ahora es, simplemente, un éxito fantasma que pasará al otro lado del olvido en poco tiempo.

Modesto (Raúl Arévalo) es un profesor de instituto con un terrible hándicap: tiene el don de ver a los muertos atrapados en nuestro mundo. Este pequeño inconveniente le ha costado una docena de trabajos y muchos ahorros invertidos en el psiquiatra.

Tina (Alexandra Jiménez) es la directora del Colegio Monforte. La pobre está atormentada porque en su colegio no dejan de suceder hechos paranormales que acaban con sus esperanzas de salir a flote y con la paciencia de todos y cada uno de los profesores que pasan por sus aulas.

En el colegio Monforte viven cinco fantasmas de cinco alumnos que murieron en la fiesta de graduación de 1986: Jorge (Jaime Olías) es el ligón guaperas típico de los 80'; Mariví (Andrea Duro) es una jove promiscua que en el momento de su muerte estaba embarazada de 7 meses; Pinfloy (Javier Bódalo) murió borracho y arrastra una borrachera de 20 años; Ángela (Anna Castillo) era, cuando estaba viva, la típica empollona de clase; y Dani (Álex Maruny) el malo malote del grupo pero que en el fondo tiene muy buen corazón.

Estos simpáticos fantasmas no lo saben, pero necesitan ayuda para escapar de este mundo y el único ser capacitado para dársela es el profesor Modesto, que invertirá todos sus esfuerzos en ganarse la confianza de sus nuevos alumnos para que superen sus asignaturas pendientes antes de marcharse.

Pero debe darse prisa, porque el presidente de la asociación de alumnos, Carlos Areces en el papel de José María Otegui, anda detrás de la directora de manera inquisitorial y amenaza con echarle a la consejera de educación encima si no soluciona los problemas extraescolares.

De modo que la trama, divertidísima desde el primer minuto, nos conduce a un entendimiento necesario y mutuo entre Modesto y Tina en su lucha personal por superar sus miedos personales y devolverle al Monforte la alegría de antaño.

Pero los fantasmas no son dóciles y costará meterlos en vereda más de lo que parecía; lo que nos conduce a infinidad de escenas que bordean continuamente el absurdo más hilarante e irreverente que desembocan generalmente en carcajada general.

Una mención especial merecen Joaquín Reyes en el papel de psiquiatra hijo y Luis Varela en el de difunto psiquiatra padre. Entre ambos y junto a Arévalo construyen algunas de las escenas más divertidas de la película.

Una de las mejores comedias españolas de los últimos tiempos, bien producida y bien dirigida por Javier Ruíz (que también triunfó con Spanish Movie) y que recuerda a grandes producciones de los 80' como Los Goonies (Steven Spielberg) o Regreso al Futuro (Robert Zemeckis).

En palabras de su protagonista Raúl Arévalo "Promoción Fantasma es una de esas películas que te encuentras en la tele el domingo por la tarde y la dejas puesta, porque cada vez que la ves te ríes y encuentras detalles nuevos".