Brexit: una guerra incivil (TV)

Como siempre el actor, es notable y hace de un ente superior que nos muestra algo, esta vez la separación y el proceso de como y por qué se separo el Reino Unido, de la Unión Europea,usando datos reales y actores que no son muy buenos, quitando alguna pincelada , donde sólo esta el protagonista como base de una historia que traerá gloria o desgracia a los amigos de la libra.

Brexit: The Uncivil War

Si siente usted curiosidad por saber cómo funciona el poder oculto tras oscuras bambalinas, si desea desencantarse de una vez por todas de la política y sus execrables triquiñuelas, si realmente cree usted, curtido y escéptico ciudadano, que nada puede sorprenderle ya, le recomiendo vivamente ver “Brexit”. Descubra cómo las fuerzas invisibles del Estado nos conducen como a un rebaño de ganado domesticado sin que percibamos la mano diábolica que mueve los hilos a los que estamos inevitablemente sujetos. “Brexit” es una película que nos muestra, sin balsámicos paños calientes, cómo un sólo individuo a favor de la causa de abandonar la Unión Europea pergeñó -rodeado de un soberbio equipo de jóvenes informáticos y al margen de la viciada estirpe política- la campaña del referéndum celebrado en Reino Unido en junio de 2016.
Y el director y estratega de esta campaña fue el brillante y endiabladamente inteligente Dominic Mckenzie Cummings, una mente sobresaliente, interpretado aquí por Benedict Cumberbatch, ese magnífico y versátil actor capaz de interpretar a personajes tan opuestos como el famoso matemático Alan Turing en “Imitation Game” o al infortunado y tragicómico Julian Assange en “El quinto poder”, sin perder, en ningún caso, un ápice de credibilidad.
Por primera vez en la historia, una campaña de tal magnitud e importancia es llevada a cabo utilizando las nuevas tecnologías que ofrecen las redes sociales y dejando de lado los viejos y caducos usos tradicionales empleados hasta entonces. Una apasionante búsqueda a través de enrevesados cálculos, algoritmos y la valiosa información que contienen las redes sobre los gustos y tendencias de millones de británicos, comienza. El reto de Cummings es localizar y convencer a ese tercio de la población británica que no tiene una opinión formada, para llevarlos a su terreno y alcanzar así, como realmente ocurrió, una victoria en la que hasta los más visionarios analistas jamás creyeron.
Pero toda acción produce una reacción. La taxativa decisión que propone cualquier referéndum, divide inevitablemente a la sociedad, de ahí su arriesgada deriva. Y muy pronto, en plena campaña, Cumming tendría una clara señal de las terribles consecuencias de su osadía. El asesinato de la diputada del Partido Laborista Jo Cox a manos de un descerebrado al grito de “Britain First”, conmociona al país que no imagina el largo calvario que le espera y que todavía hoy continúa padeciendo.
Y no puedo obviar que buena parte de la culpa por la que esta estupenda película resulta excitante y endemoniadamente atractiva recae sobre Benedict Cumberbatch que, una vez más, nos muestra ese irresistible talento histriónico que lleva dentro.

Emilio Castelló Barreneche