Halloween

“Halloween, el origen” tiene dos deficiencias básicas: uno, los clichés made in precuela-remake; dos, su metraje.

La precuela de Rob Zombie sobre el material original de Carpenter (y sus posteriores siete partes) carece de sentido al estar todavía vigente el filme de 1978 y sobre todo porque dudo que fuese necesario explicar el origen de Michael Myers, como lo era absurdo de Leatherface, Hannibal Lecter y compañía. El peor homenaje que podría hacer al director de “Asalto a la comisaría del distrito 13” un aventajado alumno es la primera hora / cincuenta minutos de metraje. Es ahí donde todas las carencias se multiplican en la precuela por excelencia intentando dar forma desde la infancia del sádico asesino en ese hospital psiquiátrico.
Rodar en prácticamente los mismos decorados naturales refuerza más al origen.

Lo interesante es en lo que desemboca: un homenaje slasher al material original que ni llega a los niveles ofrecidos por Carpenter en la imprescindible “La noche de Halloween”. Es ahí donde más brilla la propuesta aunque por otro lado, ¿era necesario?

Los aficionados al género estamos de enhorabuena, vuelve Rob Zombie, que aunque por debajo de sus 2 anteriores (excéntricas y maravillosas) películas (los fans de éstas disfrutamos con la escena de la comisaría) demuestra ser un maestro del terror gore. Conseguir que la ya deteriorada saga de M. Myers no fuese la típica "slasher" no era tarea facil, pero el líder de "White Zombie" supera lo previsto con creces. Geniales colaboraciones: Mosseley, Haig, Trejo, Kier, Dourif...

Una película inverosímil desde su inicio (ver spoiler), que va creciendo en su inverosimilitud a medida que aumentan los clichés del subgénero slasher.
Es bueno verla en versión original para darnos cuenta de que sorprendentemente la mejor intérprete es la chica que da vida a Laurie.
Es difícil hablar de ella sin entrar en spoilers, pero resumiendo mucho, es una película sobrevalorada en exceso por un público cada vez menos exigente por lo que veo.

Lo más importante de todo es "romper" con el espíritu de la original. Esa es la premisa que están siguiendo la mayoría de los remakes (por no decir todos) de los clásicos -para bien o para mal- del cine de terror. Y de esto Rob Zombie ha demostrado saber un rato.

Siempre hay que hacer lo contrario de lo que se hizo en el film a "remakear". Si en la original el malo es la "reencarnación" del mal, que mata sin nigún motivo aparente o que no se nos muestra en absoluto; en nuestra revisión de la historia, nos inventaremos una familia excéntrica y marginal con un hijo acomplejado, sin afectos y (lo más importante) con traumas y problemas psíquicos. Normal que de mayor se dedique a matar.

Ahora vayamos a la forma de matar. Nuestro chico, en la original, se ocultaba y escondía; se jugaba en el film con las sombras. Era un terror basado en la ambientación, más psicológico que de gritos. Se creaba la atmósfera perfecta para que nos asustaramos de verdad. Nosotros, en cambio, pasamos de todo eso y buscamos un psicópata tipo "Viernes 13", mucha sangre y muchos gritos. Se acabó el jugar con el ambiente para dedicarnos a acuchillar a todo el que se nos pone por delante.

La grandeza de La noche de Halloween residía en su ausencia absoluta de respuestas. ¿Por qué mata Mike Myers? O mejor aún, ¿quién demonios es Mike Myers? Para mí, es (o era) la representación abstracta y total del mal, un puro símbolo de rostro blanco (vacío) en el que todos podemos vernos reflejados. En cierto sentido Mike Myers somo todos nosotros.

Considerando esto, creo que cuanto menos se sepa del personaje mayor será su poder de convicción, su eficacia. Por eso me pregunto cómo un fan irredento de la saga como Zombie ha querido contarnos más de alguien que es inmortal precisamente por su férreo anonimato. El deseo de humanizar, o tan sólo de explicar, al monstruo me parece contraproducente, aunque no deja de ser sólo una opinión. El autor de Los renegados del diablo no lo cree así y se esfuerza en revelarnos qué había detrás de aquella mítica máscara. El resultado es inicialmente desalentador: una simple e hijoputesca familia disfuncional, casi una versión hardcore de Matrimonio con hijos. Lo bueno es que según avanza el metraje las razones que llevan a Myers a matar se hacen más insondables. La familia pudo ser un desencadenante, pero la profundidad del abismo en el que el personaje mira y calla parece ajena a todo condicionante externo.

Zombie acierta al retratar la psique de ese chaval desdichado como un pozo sin fondo donde sólo se escucha violencia. Acierta hipnotizando la mirada del psicópata con la sangre que emana de sus víctimas, vaciándole de emociones. El mal existe porque tiene que existir. Punto. Lo bueno es que esta conexión, necesaria, con el espíritu del Myers de Carpenter se expresa de una forma personal que incide en la confirmación de un estilo y una forma de entender el cine de terror que ya es única y reconocible en Zombie, aunque su brevedad impida ciertos excesos (los cameos: ¿para qué coño metes a Udo Kier o Sid Haig, para que nos distraigamos?) que se podían haber evitado.

Dicho todo esto, confieso que Halloween: el origen no me parece magistral, ni siquiera esa gran película que muchos aficionados ven. Aún reconociendo que es probablemente la segunda mejor de todas las que se han hecho sobre el personaje, me despierta serias dudas. Zombie entiende muy bien el género (desnuda a adolescentes y no se corta un pelo con la sangre), rueda de forma potente e incluso explora esa vena emocional y turbia que unía al asesino con su hermana. ¿Pero realmente aporta algo nuevo o destacable a la saga o al personaje? Yo creo que no. Cierto que tampoco lo devalúa, pero si no llega a rodarse tampoco hubiera pasado nada.

Lo mejor: el reparto, el estilo de Zombie.
Lo peor: algún susto de manual.