Nine: Una vida de pasión

Esta adaptación del musical de Broadway, que a su vez era un remake modernizado de "8 y medio" de Fellini, nos hace viajar a la época dorada del cine musical hollywodiense y al cine italiano por excelencia. Por unos momentos, parece que estemos en la clásica Italia de los años sesenta disfrutando de unos buenos números musicales, sobretodo "Be italien", “Cinema italiano", "Take it all" y "A call from the Vatican", y de un reparto de ensueño en que sobresalen Marion Cotillard, Penélope Cruz y Kate Hudson. A mi gusto, me hubiera gustado ver alguna escena en que aparecen juntas algunos de los personajes femeninos para dar juego dramático, como la esposa, la amante o la periodista, y que la cantante Fergie mostrara alguna dote dramática dialogada además de su estupenda actuación. Sin embargo, no llega a la altura de los grandes musicales de la historia, y a veces uno no sabe muy bien por qué motivos el protagonista no consigue avanzar la producción de su novena película, al no lograr que nos introduzcamos en su mente, queriendo el espectador que los episodios de las mujeres que marcaron su vida sirvan no simplemente para conocer al director Guido Contini, sino también para que consiga avanzar su proyecto, cosa que se vislumbra al final del metraje. Además, cabe decir que aunque la idea de alternar el número musical con cada escena con que tiene relación va bien para ver ese vínculo y que de repente no nos encontremos con un corte que no viene a cuento, al resultado le falta alma al no ver de un tirón y completa cada actuación. Aún así, para los amantes de los musicales como yo, se disfruta de ver en el apartado visual, escénico, de vestuario, y en suma, uno de los mejores films de la temporada.

Una broma de mal gusto.

Un refrito de escenas de Fellini mal copiadas.

El número de Kate Hudson da vergüenza ajena.

Fatal.

Durante toda la película se te vienen a la cabeza las escenas originales de Fellini de las que están copiadas: cogen de Amarcord, 8 1/2, La Dolce Vita... el problema es que Daniel Day Lewis no es Marcelo Mastroianni, ni sus acompañantes son las actrices de Fellini.

Es algo triste que se hagan películas así.
Ni siquiera las canciones son pegadizas. No está a la altura de Chicago, ni por asomo.

Y pensar que a punto estuve de ir al cine, no se que pasó, pero se que me salvó de estar no se ni cuantos minutos (demasiados supongo) haciendo sufrir al cerebro y la vista.
Pero mi fallo fue subirme al tren, ponerme los cascos e intentar comprenderla, maldito viaje que no logré dormir, malditas las prisas que no me dejaron llevarme un libro o revista, maldita la idea de volverme un dia yo sola...¿dónde estaba ese día la típica señora que da palique para cuatro horas? Me autotorture por no saltar a tiempo del tren.

Que se puede contar de "esto": Es la típica película que si la sacan solo en DVD nadie la echaría en falta ni el cine, ni siquiera si se perdiese en el videoclub.
Pésimo el argumento, así como la unión de una escena a otra, intentando enlazar los primeros planos de varias chicas guapas deseosas y hartas de querer a un "director" ya acabado...Es que es mala desde las actuaciones hasta las canciones. Insoportable.

Tenía ganas de ir al cine, pero no de ver una película en especial. Tras consultar la cartelera, pensé: "¿Y ésta? un musical, ¿porque no nos animamos y vemos una diferente? tiene un reparto de lujo". Pero no fue buena idea, y no lo fue porque los problemas del protagonista transmitieran una angustia insoportable, ni porque las canciones fueran malas (que no lo son), ni porque fueran malas las interpretaciones o que fuera un mal día para verla. Lo que pasa es que los musicales son, a mi modo de ver, cosas extrañas que salvo contadas excepciones (7 novias para 7 hermanos, Grease o Chicago) aburren a las ovejas y a las primas de las ovejas. Insisto, no veo falta de calidad cinematográfica por ningún lado, pero fueron 110 de los minutos más aburridos que he pasado. Por lo menos aprendí una valiosa lección.

!A nadie le salen las cuentas Rob! Estabas en tu casa y alguien te habló de un tipo italiano con una película italiana, de cosas italianas y mujeres. Y tú pensaste…

- ¡Oh!, ¿Un tipo italiano me decís?.

- Sí Rob.

- Un tipo esbelto, uno de mis protagonistas, de éxito, artista y carismático, como Richard en Chicago ¿no? Porque os acordáis de Richard, supongo.

- Si Rob, nos acordamos de Richard, y sí, se parece a su personaje.

- Y hay mujeres, un montón de mujeres a las que poner lencería y hacer cantar y bailar y tralarí, tralará…

- Exacto Rob, tenemos todo eso.

- ¿Y cómo se titula la película?

- Ocho y medio.

- ¡Oh! ¿Ocho y medio me decís?

- Si Rob, tienes un grave problema de oído Rob – esto lo deduzco yo escuchando las pésimas canciones de sus películas-

- Ya lo tengo. Será mi obra más redonda y se titulará Nine, así, sin traducir, paracerá más glamurosa en todas partes. Y se llamará así porque…

- La del tipo italiano era su octava película y media.

- Ya. Bueno sí, eso está bien. Pero yo hice tres, una era un telefilm y las otras dos unas porquerías mal paridas…

- Ya Rob.

- Pero se llamará Nine porque suena que te rilas y de eso se trata… ¡De engañar con las luces, la música, el vestuario, y que la gente se olvide de que uno va al cine a eso, a ver cine!