Extraordinario

Terrible, película llena de momentos completamente forzados, antinaturales y que llegan a dar vergüenza agena. No puedes esconder que has hecho una pelicula malísima llenándola de momentos emotivos.
La película esta llena de momentos "emocionales" forzadísimos. Abre varias historias que deja completamente abiertas y que son un total sinsentido (No hablo de finales abiertos ni nada si no que te sueltan una paranoia y nunca mas se sabe nada de eso).
La estructura de la pelicula es un completo desastre, comienza planteando una estructura que es abandonada a partir de la mitad de la película, de verdad que nunca había visto algo tan mal organizado.

PD: Si ves la versión doblada al español es muy probable que mueras de vergüenza agena con las voces de todos los personajes de la película.

Wonder tiene un problema de base, pues la película carece de capacidad de sorpresa para con la lógica del cerebro de un ser humano adulto. Osea, solo puede distraer a un infante. Un ejemplo práctico a lo descrito es que suceden cosas tales como eructos que producen humor. Dicho ésto, considero que no merece la pena ni destacar lo bueno que pueda tener, como podría ser la interpretación de la gran profesional Julia Roberts.

Odian a los niños, y a los adolescentes, y a los padres, y a los profesores.
Odian a los perros, a los amigos, a los compañeros.
Odian a los hombres y las mujeres; las escuelas, los negros, los blancos, los orientales.
Odian con desenfreno y desesperación todo lo dado. Odian al hacedor y a su entera creación.
Odian con pasión, a muerte. A lo grande.
Odian con saña. Odian la vida entera. Con todo dentro. Sin distingos ni barreras. Hasta el último átomo lo odian.
Por odiar, odian hasta el aire que respiran. Odian hasta la propia muerte que les daría descanso, que les quitaría el objeto de su odio. Odian tanto que se quedan con el verbo.
Si por ellos fuera, si pudieran, odiarían tanto que hasta la palabra odio borrarían. Y después odiarían el silencio, la nada, el antes del tiempo.
Si pudieran, destruirían todas las eras y sucesos con tal de que solo hubiera habido odio. Desde el principio. Solo. Desde siempre. Odio.
Y eso no es lo peor. Lo peor es el reflejo que nos devuelven. Lo que piensan de nosotros. De su público potencial (e impotencial: sus productos copan el mercado como si fueran corsarios, no dejan lugar al resto, a menos salas, más engendros de su imperio).
Como ellos solo viven para el odio, creen, por pura lógica y observación, por añadidura diría, que nosotros todavía más, que nosotros detestamos con más fuerza incluso, con más ahínco, de forma más tétrica y bruta. A las pruebas me remito.
Piensan que seríamos capaces de cualquier cosa con tal de que nos ofrezcan un embuste que se presente como la vida y que no tenga nada que ver con ella.
Que aceptaremos lo que sea. Lo daremos por correcto, que pagaremos, reiremos y lloraremos. Que daremos el visto bueno y callaremos.
Que aunque asesinen a sangre fría todo lo que conocemos, esa vida que padecemos o disfrutamos cada día, aplaudiremos igualmente, aunque después de cometer el crimen nefando, profanen el cadáver y lo desmonten, troceen, pisen, deformen, insulten y humillen.
Que todo nos parecerá bien porque estamos dispuestos a lo que sea para escapar, aunque solo sea por dos horas, de lo que sabemos que es la vida, de su implacable funcionamiento.
Se odian a sí mismos. Y creen que nosotros también. Que no soportamos la verdad, nada que se parezca mínimamente a la conocida realidad, a nuestros deseos y aspiraciones, a nuestra conducta y movimientos.
Si no, no se entiende esta cosa, esta suma de desafueros, lo que les han hecho a estos personajes, cómo les han convertido en títeres, cómo los han violentado hasta hacerles hablar como robots y comportarse como marcianos; desfigurados, deslavazados, imágenes distorsionadas, muy lejanas, irreconocibles, de las figuras que supuestamente representan.
Vemos a niños que utilizan palabras como farsante y expresiones como me haces sentir culpable con toda la naturalidad del mundo. Como si fueran adultos artificiales y relamidos.
Observamos continuas puñaladas traperas en forma de giros de guion imposibles, ridículos.
Sufrimos constantes subrayados, de un evidente, torticero y grueso que ofenden.
Como si todo fuera sobreactuado, como si la vida en realidad no se cociera de fondo, en las sombras, en lo que no se dice, en lo que nunca se nombra.
Baste decir que palabras como sensiblería, ñoñería, buenismo o cursilería son aquí solo chucherías.
O que aparecen novios y amigos caídos del cielo. O que todos son en el fondo hermosos y buenos. Perfectos a pesar de sus muchos lloros y destrozos.
Es una oda al odio.

Al principio tiene pinta de que va a ser una bonita y familiar historia sobre integración social y tolerancia, pero desde los primeros minutos se le notan fallos que no solo la alejan de ser un peliculón, sino incluso de llegar al aprobado por la mínima.
Empiezo con Owen Wilson, que ha hecho tan poco cine serio que es difícil creérselo en un papel dramático. No pega ni con cola.
La caracterización del niño no me parece muy lograda. Aunque no supiera que se trata del genial actor de "La habitación", se seguiría notando que lo de su cara son postizos y mal maquillaje.
Eso sí, a Julia Roberts no se le puede echar nada en cara, porque a estas alturas es una actriz muy curtida.
La película tiene que venir con un aviso para diabéticos. Lleva tanto azúcar que empalaga. Tenemos guiños a "Forrest Gump" (no se quieren sentar con él, habla de los zapatos) y a "Star wars". Si en cada película que hacen una referencia a la sagrada saga, le pagan a Disney, esta gente seguirá amortizando con creces la inversión millonaria que hicieron en su día. Estos trucos fáciles para captar la atención del espectador no son más que tonterías para ocultar lo flojo que es su guion.
Inevitablemente, toca el tema del acoso escolar, aunque en mi opinión lo hacen de forma demasiado "light" y edulcorada. Estoy completamente seguro de que los desafortunados niños que son víctimas de este problema, sufren bastante más de lo que lo hace Auggie en esta película. Esto ni es "bullying" ni nada.
Y con todas estas cartas sobre la mesa, el film termina derivando a la moda cinéfila de mostrar la cotidianedad de la vida infantil.
Aunque el niño sea tan feo, al final no se centran tanto en eso y lo único que vemos son aburridas mañanas de colegio y vida familiar. Me parecen aburridísimos estos "reflejos de realidad" que están surgiendo como churros y en los que no pasa absolutamente nada fuera de lo común.
Si te gustan las películas así, adelante. Yo, personalmente, para aburrirme con la vida normal y corriente de otros, prefiero vivir la mía antes que perder el tiempo con cosas como esta.
Me ha resultado tan tediosa que no he sido capaz de terminarla. Y es por eso que le pongo el 1 aunque a lo mejor no se merezca una nota tan baja, pero tengo por norma ponerle la nota mínima a las películas que no consigo finalizar. Y es que, llegando a lo de Halloween y muerto de aburrimiento, vi que faltaba una hora y el resto lo iba a ver su padre.
Se titula "Wonder" pero no tiene nada de maravillosa. ¡Prefiero a "Wonder woman"!