Cartas desde Iwo Jima

¿Que se puede decir de una película americana sobre la batalla de Iwo Jima y que toma a los japoneses por protagonistas? Un intento digno de alabanza, pero infructuoso. El largometraje, que si duda supera a su gemelo, no es más que una muestra de cómo los americanos imaginan a los japoneses -de antaño- . Estamos siempre en lo mismo. La mayoría de películas americanas sobre otras culturas parten de la perspectiva americana. No se les puede criticar mucho esto, pues no pueden remediarlo y nos brinda grandes oportunidades para aprender, como en este caso, o para gozar, como es el caso de “El Padrino”.

Así pues, pese a que la película nos sabe a poco al lado de Yamato, film que nos permite una mejor aproximación al pueblo de Yamato (Designación de Japón en la época feudal), esta obra nos dispone para un “estudio” de la evolución del punto de vista estadounidense para con sus enemigos –nipones, en este caso-; como varia la percepción que tienen de estos, des de “Tora Tora Tora” o “Primera Victoria” hasta nuestros días, y esto, señores ya vale su peso en oro

Es difícil encontrar un film bélico americano visto desde el bando contrario y respetando su cultura y su honor, de modo que queda impregnado por una especie de heroicismo hacia su patria llegando a la leyenda de su protagonista y tratando bien el resto de personajes; y es que Eastwood no está ya para grabar americanadas de nula veracidad como "El sargento de hierro", cuyo objetivo no parecía otro que el intranscende entretenimiento, ahora su vuelta al cine bélico o antibélico es la vuelta de un experimentado no sólo en el cine y da como resultado una cinta propia del canal "History" como homenaje a los japoneses caídos en la IIGM.
Con una fotografía insuperable en belleza y una banda sonora a la altura cuenta la historia de una forma literaria de tal magnitud que llega a hacer olvidar que hay que leer subtítulos durante dos horas largas, transmitiendo la sumisión de patriotismo de cada personaje y sin llegar a hacer una apología a la guerra, algo muy difícil a día de hoy y sobre todo en USA.
"Cartas desde Iwo Jima"es superior en todo a "Banderas de nuestros padres", es más dura, injusta, demoledora y amplia; por lo tanto pocas cintas como puedan ser "Apocalypse now" o "La chaqueta metálica" puedan superarla, aunque es difícil compararlas porque cada una irradia un contenido y una crítica diferente.
Creo que con esta película que me imagino verá todo el mundo relacionado profesionalmente con el cine, digo directores..., cuando vayan a "meter mano" al género se verán obligados a inyectarles algo de realismo y de crítica, espero que así sea gracias al genio Eastwood, sólo en FA le he dado las gracias en muchas ocasiones.... su lista como actor y como director no la supera nadie en la historia: GRACIAS.

Clint Eastwood es un director como pocos. Toma los mejores guiones que se encuentre y realiza filmes realistas y que se preocupan por la historia.
Vi este filme pensando que seria una película mas sobre la Segunda Guerra Mundial, y me impacto ver que se trataba de como el ejercito japones se preparaba para defender su isla de la invasión norteamericana y del realismo con que se trataba( no solo por estar hablada en completo japones)
Como punto negativo. en algunas escenas no puedes diferenciar al protagonista de su amigo( o por lo menos yo no pude) e incluso la trama se hace aburrida por un momento y pierdes el interés.
Punto positivo: la dirección de Eastwood se nota en todo momento y las escenas de guerra están bastante logradas.

Tanto Cartas desde Iwo Jima, como su doppelgänger americana, Banderas de nuestros padres, pueden interpretarse como un canto a la ceguera humana al intentar convertir una guerra en un hecho por el que merezca la pena ser recordados. Con estas dos películas nos hacemos un poco más conscientes de lo pírrica que siempre resulta la victoria en cualquier guerra ya que, con independencia quien gane o pierda, hay cosas que se pierden para siempre con cada bala que se dispara.

Merece especial consideración el tacto con el que Clint Eastwood distingue la idiosincrasia del ejército americano de la del japonés. De la misma manera, también cabe destacar el tiempo que uno y otro ejército se toman para concienciarse de la batalla perdida: mientras que el ejército nipón es consciente de todo lo que ya han perdido antes de empezar a pelear, los marines americanos necesitan el ninguneo de su bandera para darse cuenta de que su decepción fue mucho mayor que la victoria.

Clint Eastwood aquí por enésima vez vuelve a demostrar su maestría con esta excelente película, secuela de la también buenísima Banderas de Nuestros Padres pero no comparable con esta obra de arte sobre el sinsentido de la guerra.
Un drama bélico caracterizado por una apagada y a la vez excelente fotografía, unos planos perfectos que encajan a la perfección cada imagen y por supuesto un insuperable Eastwood, con siempre su dirección incomparable y perfecta.