Río helado

Buena película. Al estilo que prima hoy día, lejos de los convencionalismos y los dólares de Hollywood. Otra muestra del cine independiente que explosionara tras la II Guerra Mundial en Italia, llamado neorrealismo, y del que tanto se ha mamado los últimos 60 años y en especial últimamente. Cine independiente, interesante, inquieto, inmoral. Y me quedo tan ancho.

Las dificultades de una madre de familia, con un puesto de trabajo insuficiente para sacar adelante a sus dos hijos menores y hacer frente al pago de su nueva y obligada vivienda, nos sirven para comprobar, una vez más, la capacidad de sacrificio, de supervivencia, más allá de los valores morales e incluso de la ley, de un ser humano honrado y en su sano juicio, al que las circunstancias aprietan hasta el límite.
Me ha gustado que al margen de los problemas de abandono familiar y económicos, no se hayan añadido los de drogadicción, alcoholismo o menores embarazadas, no porque no existan, sino porque no hace falta que todo sea negro, ni blanco, hay una gama infinita de matices. De este modo podemos ver una familia en situación dramática pero en la que sus hijos van a la escuela, parecen llevarse bien entre ellos e incluso tenemos al adolescente preocupado por su madre y con ganas de echar una mano. Una buena historia bien contada.

Me queda comentar el título. Como no podía ser de otra manera, el rio helado forma parte silenciosa en la peli, sabemos que está ahí, helado, y que eso no es para siempre, pero el trato que se le da es de lo más natural, incluso llegas a dejar de temerlo. Un punto extra.

7

Fuí a ver esta película esperando encontrar un thriller de asesinos múltiples y víctimas despavoridas al uso; y me encontré con ella.

El drama (que no tragedia) de una señora dura y luchadora por sacar a su familia adelante: Ray vive en una caravana a las afueras de un pueblucho fronterizo entre Estados Unidos y Canadá con sus dos hijos, su ludópata marido la acaba de dejar en la ruina y tiene que apañárselas como malamente puede con un sueldo miserable. Hasta que por casualidades de la vida conoce a Lila, una chica mohawk igualmente desesperada y en crisis como ella; que para sobrevivir se dedica al contrabando. Ambas se juntan en el negocio. Poco a poco se va forjando una amistad entre ellas que destruye barreras culturales e ideológicas. Dando por supuesto que son los problemas y soluciones comunes lo que realmente une a las personas de distinta índole. Superando barreras tan pétreas como el racismo.

Ambientación, trama, filmación: la ambientación es inmejorable y corre paralela a la historia que se narra. Se trata de un pueblo fronterizo (de cuyo nombre no me acuerdo) de la zona norte de Estados Unidos que linda con Canadá. Zona boscosa, abrupta y árida al mismo tiempo; río helado por el que las protagonistas tienen que cruzar para pasar a los inmigrantes, clima frío, tardes oscuras y lúgubres... Que concuerdan con los miedos y la inestabilidad económica y emocional por la que transcurren las protagonistas.

La trama no decae en ningún momento. Siempre sigue un ritmo sosegado y austero, pero no lento, en el que nada sobresale a lo que el espectador mismo quiera destacar. La cámara unas veces enfatiza el paisaje, entrelazando las fría tierra con los devaneos de los personajes; otras es espectadora imparcial, como cuando nos abre a las puertas a la crítica racista; otras, se acerca al primer plano, dejándonos excrutar en la intimidad del personaje, cuando éste, parece no poder guardarse más su indignación... Tienes la sensación de estar mirando por un agujero.

Película de diálogo y personajes: La creación de un guión como unos tipos tan reales como complejos por su propia verosimilitud. Aunque en esto hay que agradecer el maravilloso elenco actoral, esa mirada de Melissa Leo que sin palabras lo dice todo, Misty Upham de mujer endurecida por las circunstancias de la vida que nunca cae en la tosquedad. Ese ¡adolescente! ¡increible en su papel...! Personajes fuertes, espoleados por la vida pero no mermados en su sensibilidad, que en ningún momento se expresan "dramáticamente" a pesar de que la película lo es, (y no en pocas ocasiones directores más renombrados han tenido que caer en la teatralidad en busca de emotividades de coca-cola y palomitas). Aquí se deja atrás diálogos absurdamente teatrales o forzados.... La concesión y veracidad son protagonistas. Junto a la mirada, nunca llorosa ni incrédula; que lo dice todo: la relación va prosperando...

Magistral, y siendo una ópera prima.

El cine estadounidense ha incluido frecuentemente indios entre sus personajes, dándoles un tratamiento escasamente elaborado y verosímil. Citados despectivamente como “pieles rojas” o incluso “salvajes”, fueron interpretados habitualmente por blancos caracterizados exiguamente.

John Ford aportó en Cheyenne autumn / El gran combate (1964) una de las primeras miradas sensibles con su realidad, poniendo de manifiesto la llegada de su ocaso definitivo.

Frozen river recoge el testigo de John Ford años después. Estamos a principios del siglo XXI, cuando los indios viven en reservas. Mantienen ya muy pocos rasgos autóctonos y han adoptado una forma de supervivencia subsidiaria de la del hombre blanco, cuya policía los vigila con desconfianza desde el límite territorial.

La directora, Courtney Hunt, da un paso más allá al situar la acción junto a la reserva Mohawk, en la frontera con Canadá. Nuestro tiempo no sólo ha confinado a la población india, sino que ha establecido otras divisorias que sitúan al recién nacido afortunado en el bando de la opulencia y al desafortunado en el de la pobreza.

Si el Río Grande dibuja la línea sur que atraviesan los “espaldas mojadas”, el San Lorenzo señala la raya norte donde confluyen inmigración ilegal, reserva india y pobreza. Porque, y esta es la aportación de Frozen river, no hace falta ser indio o haber nacido en México para ser pobre. En América, una concatenación de hechos desafortunados como la adicción al alcohol del marido, llevará a una mujer a la miseria. Entonces, para ella, desaparecen las diferencias y los prejuicios raciales. Terminará por sentirse igual a la india abocada a delinquir para salir adelante y a los asiáticos de limitadísima cultura que entran ilegalmente en su país.

La directora evita con lucidez idealizar a los miserables como seres bondadosos. Nos muestra que cuanto peores son las condiciones de vida, peor se considera al posible rival, al que sólo nos enfrenta el mismo hambre y la escasez de alimento. Sin embargo, ilumina sagazmente la colaboración inteligente entre dos seres pertenecientes a mundos diferentes, que encuentran la salvación en el acuerdo mutuo.

Lo mejor del film es la interpretación de Melissa Leo, quien realiza una transformación física admirable y transmite fielmente la angustia de una madre obligada a encontrar cada día sustento para sus retoños. Fue reconocida justamente por este papel como la mejor actriz en el pasado Festival de San Sebastián.

Junto a ella, el paisaje helado del norte de Nueva York es un personaje más. La excelente y bellísima fotografía convierte al espectador en partícipe de atravesar un río helado, vivir en una reserva india o en una caravana.

Courtney Hunt nos brinda una historia sincera. Muestra un sensible conocimiento del dolor y del necesario esfuerzo para salir adelante de las peores condiciones. La solución que encuentran los personajes es atender a lo que les une y no a lo que les separa. Bonita enseñanza.

Una película que cuenta mucho pero en la que pasan muy pocas cosas y es una pena por el tema tan importante para muchos países. Esto hace que el film transcurra sin mas que aunque no desconectes de ella no le prestas toda tu atención. Las interpretaciones son muy buenas y los personajes están muy bien detallados pero no es suficiente para levantar la película.

Pues un film más que nos muestra el poder que tiene el dinero sobre las personas, sobre todo a la gente que le falta, o probablemente a los que más se les nota.

Razones para verla:
-Las interpretaciones.
-El tema del que trata.
-Esta bien rodada.
-No llega a aburrir.

Razones para no verla:
-Pasan muy pocas cosas, y cuando suceden le dan muy poca importancia por lo que pasan desapercibidas.
-Con el tema que abarca, al final te quedas de que apenas ha empezado.
-Podía haber dado mucho más de si.
-Hay mejores opciones.

La película se deja ver, pero dudo bastante de que sea del gusto de la mayoría, hay mejores películas en la cartelera. La película podía haber dado más.

Con una serie de tópicos trillados (mujeres abandonadas, madres luchadoras, desafíos a superar, diferencias raciales y de género, parejas desparejas que no lo son tanto y mucho mas) la directora debutante Courtney Hunt ha hecho una película mas que interesante y emotiva. No se debe esperar ningún hallazgo, nada novedoso en materia cinematográfica, y seguramente tampoco era la pretensión de Hunt. Pero esta es una historia que se deja ver muy bien. Personalmente mas allá de las buenas actuaciones de Melissa Leo y Misty Upham me sorprendió muy gratamente el trabajo de Charlie Mc Dermott en el papel de hijo adolescente de la protagonista. En suma, un buen producto, con calidad superior la media del género.