Mini espías 3-D

La peor película de la nada brillante saga de spy-kids. En esta ocasión podemos ver una película que se parece más a un videojuego, que encima no tiene mayor interés que haber podido verla en 3D, y que aun así no merecía ni merece verla ni por la única razón de saber cómo es ver una película en 3D.

No sé que estaría pensando Rodriguez tanto al escribir el guion como en rodar la película, ya que solo podemos observar una película con un guion pésimo y aburrido.
En cuanto a los actores, el protagonista y el villano no dan el pego, para empezar el protagonista es un niño con cara de tonto que encima no es nada espabilado, y por otra parte el villano, en este caso Sylvestre Stallone interpreta a un villano con problemas psicológicos sin sentido.
También es de destacar que no toda la película es en 3D, por lo que ir a verla por el 3D no es una buena idea.

Nada, esperemos que el esfuerzo valga la pena. Ya he dicho en anteriores críticas que la única razón para hincarle el diente a la saga "Spy Kids" era la presencia, que digo, el protagonismo de Jessica Alba como heroína, eso espero, en la cuarta entrega, "Spy Kids: Todo el tiempo del mundo" (2011). Claro que después de que Robert Rodríguez dirigiera una por año, en el 2001, 2002 y 2003 en la presente "Spy Kids 3D: Game Over", el que se tomara un parón de ocho años, hasta el 2011 indica dos cosas: que la que toca ahora es lo suficientemente floja como para abandonar la franquicia y que tampoco hay que esperar gran cosa de la de Jessica Alba, hecha con poca pasta.

Tercera parte y cada vez peor de un producto que pierde gracia pero no dinero, en cada una de las entregas. De hecho se embolsó más de 197 millones de dólares frente a los 119 de la segunda. Sea como fuere, el protagonismo se lo lleva Daryl Sabara mientras que Alexa Vega sólo aparece en la recta final. Pero aún son los Antonio Banderas y Carla Gugino, que aunque aparezcan encabezando el reparto se ven reducidos a unos pocos minutos. En fin, aventura de videojuego, tontísima e infantil, aunque a los más pequeños les puede gustar. Claro que tampoco es para masacrarla. Al menos, para nosotros, Salma Hayek está guapa y para vosotras sale George Clooney.

Es increíble sí, Spy Kids ha conseguido empeorar aún más al hacer esta... ¿pelicula? sin argumento, y completamente predecible en la que, para colmo hay como mucho 3 o 4 momentos "3D" los cuales se nota que no vienen a cuento.

Tercera y última entrega de "Spy Kids". Escrita, realizada, producida, fotografiada, montada y dirigida por el tejano Robert Rodriguez, que compuso la banda musical. Se rodó a lo largo de unos 140 días, entre el 10 de diciembre de 2002 y finales de abril de 2003, en Austin (Texas), con un presupuesto de 39 M $. Filmada en 3D, para proyección anaglífica, que requiere el uso de gafas con un filtro rojo y otro verde.

La acción tiene lugar en el interior de un videojuego, sin referencias espaciales y temporales explícitas, si bien el nivel de desarrollo del juego corresponde a 2002. Narra la historia de Juni Cortez (Daryl Sabara) y de su hermana Carmen (Alexa Vega), enfrentados al malvado Juguetero (Sylvester Stallone), que pretende dominar a los niños y, a través de ellos, a la humanidad. La acción se desarrolla en el escenario de un videojuego, por lo que adopta su formato, diseño y contenidos. No es ni pretende ser una película convencional, sino la descripción de los hechos que suceden en un videojuego. Vista con estos ojos, la obra resulta imaginativa, fresca y entretenida. Se entiende, además, el desarrollo limitado del argumento. El autor aprovecha la ocasión para rendir homenaje de simpatía al cine clásico ("Ben Hur"), de aventuras ("El señor de los anillos"), de gestas intergalácticas (Star Wars"), de animación digital ("Tron"), y a títulos de juegos como "Halo" y "Metroid", sin olvidar a las principales empresas productoras de videojuegos y consolas (Atari, Sega y Nendo). Añade un elogio de la família (extensivo a todos los tipos de familia) y de su capacidad para dar soluciones a los problemas de los jóvenes.

La música ofrece composiciones orquestales atractivas, que incluyen sonidos propios de los juegos de ordenador. La fotografía es imaginativa, sorprendente y visualmente fascinante. Son escenas destacadas la del surf sobre olas de lava candente, la carrera contra los guerreros de la carretera, luchas de robots y la escena que reúne a casi todos los actores del elenco. El formato de 3D constituye una apuesta orientada a enriquecer el mundo de las emociones del espectador juvenil. A los mayores de 60 años, les recuerda con nostalgia los éxitos que en los años 50 consiguieron películas de terror o suspense (unas 30), como "Los crímenes del museo de cera", de André de Toth, y obras posteriores como "Tiburón 3, 3D" y "Viernes 13, 3D". El guión entretiene con recursos propios de un videojuego, ocurrentes y brillantes. La interpretación recae, sobre todo, en dos personajes: Juni y el abuelo (Ricardo Montalbán). Carmen tiene un papel de menor entidad que en las películas anteriores. La figura del malvado corresponde a Stallone, con cinco papeles a su cargo. La dirección construye una historia novedosa, difícil de entender por parte de espectadores ajenos al mundo de los videojuegos.

Película de ritmo trepidante, espectacular y con amplia variedad de secuencias, personajes e incidencias, como corresponde a un buen vieojuego.

Por favor, que de las tres que había cuando era pequeña esta siempre me pareció la mejor. Si se fijan, las malas puntuaciones son en general por los malos efectos. Sin embargo, el argumento es muy interesante. Resulta que el nuevo videojuego de moda "chupa" las mentes de los niños que lo juegan. Este plan para acabar con la humanidad(no hay niños, no hay adultos que procreen) es diseñado por un hilarante Sylvester Stallone. Carmen, una de las "mini espías", cae en esta trampa, y su hermano Juni tiene que rescatarla entrando en el juego. Un excelente desarrollo de la historia, atrapante para niños(es una película para niños) y para los actuales gamers, que se sentirán identificados con algunas de las escenas.