The Newsroom - Episodio piloto (TV)

A mí me pareció un piloto excelente. Echaba de menos una serie así, rápida, emocionante, con giros y con un control del tiempo magistral que sabe combinar muy bien momentos intensos con situaciones más relajas.

El principio por sí solo se merece la renovación de la serie (y la HBO ha confirmado que la tendrá). Los modos me recuerdan a Studio 60 on the Sunset Strip, ya que la tengo bien reciente y sigue un formato parecido, muestra toda la parte que no se ve de un programa de TV, el proceso de creación. El contexto de la serie se sitúa en 2010, así los sucesos que vayamos viendo inevitablemente nos sonaran.

Siguiendo con el paralelismo, las dos series empiezan con la intervención de algún personaje de peso en la parrilla televisiva diciendo lo que piensa de su país, y entonces se crea polémica. Con la excusa de mostrar las repercusiones que tiene poner los puntos sobre las íes destapando los trapos sucios de USA (un país hecho producuto) Sorkin nos introduce un McGuffin que hará que a medida que avanza la trama le demos poca importancia a lo presenciado en el principio, pero la pulla, ya la ha soltado.

Uno de los motivos por los cuales ha recibido más palos, ha sido por el perfil de sus personajes. Todos son inteligentes, rápidos, no se equivocan nunca, saben improvisar de manera eficiente, en resumen: una maravilla de empleados. Pero no sé a quién sorprende, el personaje sorkiniano es así, el mejor de cada promoción, y el guionista te los construye para tu deleite, si no te gusta lo dejas. Esto es televisión para sibaritas, nadie dijo que fuese una serie apta para todos los públicos, es producto HBO y eso se paga.

En mi blog intrepidocinefilo tengo la entrada más completa. Esto es una opinión breve para quitar las dudas y animar a verla, como mínimo el capítulo piloto.

The Newsroom se estrenaba el pasado domingo en la HBO con todos los ingredientes marca de la casa Sorkin. Verborrea inteligente, diálogos ágiles, tecnicismos accesibles, el walk and talk… Rasgos que le han valido una legión de seguidores pero también una cada vez más abultada lista de detractores. Quizá sean el motivo de las intensas críticas que le han llovido al creador de El ala oeste de la Casa Blanca por esta última propuesta. Parece que no hay novedades narrativas al frente. Sin embargo, sí existe en la serie un aliciente mayor: las noticias vistas desde el prisma de uno de los mejores guionistas de la televisión.

Sorkin logra darle majestuosidad, trascendencia, a la palabra. Lo demuestra con el inmenso discurso inicial de Will McAvoy, el presentador del canal de noticias en el que se desarrolla la serie y que pone en peligro su carrera dándole una gran bofetada al patriotismo de la audiencia. Pero también vierte todo su talento elevando a categoría de alta ficción algo tan rudimentario como el funcionamiento de una redacción.

No está mal la presentación del personaje de Jeff Daniels, con todo su histrionismo y su griterío, pero no es hasta que aparece en pantalla una alerta de noticia avisando del que será el mayor vertido de petróleo de la historia de Estados Unidos que The newsroom emprende el vuelo. Hasta ese momento ignoramos estar ante una de las propuestas más originales de la televisión. Y es que por fin una serie se atreve a retratar con nombres y apellidos, sin medias tintas, la actualidad más reciente.

Suponemos que el desastre ecológico originado en la planta petrolífera de BP será la primera de tantas noticias reales que pasarán por la redacción ficticia del canal ACN. Aguardamos impacientes para ver cómo se desarrollarán las tramas en torno a temas como la política sanitaria de Obama o la crisis económica mundial, asuntos que probablemente ocupen algún episodio de la serie. Y subrayo lo de ficticia porque si por algo se caracteriza The newsroom es por ofrecer una imagen absolutamente utópica, del todo romántica, de una profesión, la periodística, que hace ya tiempo que olvidó su función social.

¿Contrastar las fuentes? ¿Para qué, si los gabinetes de prensa lo dan todo mascadito? ¿Investigar? ¿Ah, pero no lo han hecho ya los de Associated Press? ¿Improvisar durante toda una hora de programa? Imposible, hay que amortizar el teleprompter. La gran baza de esta nueva serie de Sorkin es que aborda el periodismo desde la inédita óptica de la ciencia ficción. Toda una lección para la generación actual de informadores, que quizá con ella logremos recordar los buenos propósitos que un buen día nos enseñaron en la facultad.

Tras su paso por Hollywood con La Guerra de Charlie Wilson, La red social y Moneyball, Aaron Sorkin ha vuelto a la pequeña pantalla de la mano de HBO en esta serie acerca de la redacción de un telenoticias. Si al cóctel HBO-Sorkin le sumamos la dirección de Greg Mottola (Supersalidos, Adventureland) en el capítulo piloto tenía una pinta deliciosa.

Nadie espera menos de una serie nueva de la mano mágica de HBO. Y parece que, con este episodio piloto, va a ocurrir de distinta manera. Con una narración absorbente que va creciendo a medida que transcurren sus minutos, de menos a más, The newsroom -encabezada por un excelente Jeff Daniels-, comienza con una árida visión de la imagen que ofrecen los Estados Unidos para envolver su trama en el suspense de la caza de la noticia por un grupo de periodistas que dan lo mejor de sí mismos en más de una hora de entretenimiento asegurado. No podía ser de otra manera; sólo falta que el resto de la serie siga al mismo nivel, tal y como ocurre con tantas series de la misma firma.

Ver al periodista Will McAvoy será un placer después de contemplar este primer capítulo de la serie The Newsroom. Bajo el guion de Aaron Sorkin lo que se avecina parece ser una gran obra de la televisión de inicios del siglo veintiuno.
Asistimos a un piso en el que se produce un telenoticiero y vemos cómo se van colando los egos y las ansiedades en la vida de un equipo de trabajo. Pero de fondo también queremos ver qué hay en el manejo de la información actual. Y desde el inicio las frases y los diálogos reflexivos y críticos comienzan a dar motivos para querer seguir esta historia hasta su final.
He leído varias críticas y reseñas de lo que sucede en la historia y parece que hay una generalizada aprobación para que este sea uno de los textos de estudio para los periodistas en formación.