El gran salto

Acabo de verla por primera vez, por eso mi crítica será desde la perspectiva de 20 años más tarde a que fuera estrenada.
No me ha gustado, no es una mala película pero resulta en algunos momentos absurda, incoherente y bastante predecible.

Quizá el paso del tiempo la ha maltratado, como a muchas otras, pero lo que he visto en el año 2015, es lo que refleja mi crítica. Un producto adocenado, con muy pocos momentos de interés para mantenerte atento a ella

Un cinco.

Reyes de la parodia, los Coen toman aquí "Cuento de Navidad", "Brazil", la fábula capriana, el drama wellesiano sobre la ascensión y la caída de hombres gloriosos, la comedia brillante y moralizadora norteamericana y, por supuesto, su estrambótica comedia de tintes negros. Lo unen todo y sale otra de sus grandes películas homenaje, película incomprendida y que aun sigue siendo injustamente vapuleada. Genial.

Revisaba ayer por la noche una de mis películas de juventud. Quería saber si los años habían desdibujado su recuerdo. Pero lo importante, las razones por las que había descubierto a los Coen al principio de los 90, seguían ahí. El dominio del lenguaje cinematográfico, la atmósfera de una fábula de Navidad, las constantes referencias al cine de los cuarenta -Hawks (Luna nueva) y Capra (Juan Nadie, Qué bello es vivir...y gran parte de su filosofía fílmica)-, todo ello aún estaba presente. Si cabe ahora veía cierta inocencia en partes de su guión, cierta artficiosidad en la puesta en escena; pero el dibujo de sus personajes, el ritmo de algunas secuencias (la irrupción en el departamento de correo, la suelta de hula-hoop por las calles, Jason Leigh en la redacción del periódico y el fantástico comienzo entre rascacielos y nieve) y por supuesto, la partitura de Kachaturian y el Adagio de su Spartacus, todos ellos confirmaron su vigencia en cada una mis sonrisas. Ya ven, será "cosa de críos..."
Si, yo tambien saltaría desde el piso 44 para volver a empezar.

El gran salto empieza con un monólogo inicial, muy típico de los Coen, que acompaña a una vertiginosa secuencia. Perfecta introdución, seguida de unos perfectos primeros y no tan primeros minutos.

Desarrollo hilarante y humor son dos de las cartas que juegan los hermanos para cautivar al espectador durante los instantes iniciales de su cinta. Poco a poco, el humor se tiñe de negro en un filme que, a pesar de su final feliz y de su constante tono irónico, es a veces punzantemente cruel.

El momento en el que la historia se centra en el irritante personaje de Jennifer Jason Leigh es bastante aburrido, y hace que, a pesar de que un peculiar romance llene de forma agradable la pantalla, nivel y ritmo decaigan considerablemente hasta una demostración suprema de maestría:

El éxito del hula-hoop.

La película despega. De ahí en adelante los Coen sacan a relucir todo su arsenal cinematográfico en un no parar de sucesos narrados con agilidad, a base de un fantástico montaje rápido que no se detiene en largas escenas y que, en su modernidad narrativa, contrasta con el clasicismo exagerado (ojo a la banda sonora) de El gran salto.

En su desarrollo, la película no hace más que subir, y no hay caídas o saltos en picado que valgan. Para cuando Joel y Ethan se toman la colosal licencia argumental de introducir elementos fantásticos en su historia, es demasiado tarde para decir "WTF?", y el momento idóneo para quedar maravillado ante tan pretendidamente chirriante, mágico, e idóneo giro de guión, que hace crecer, si cabe, esa sensación de estar asistiendo a un espectáculo al que el adjetivo magnífico se le queda corto.

Grande Tim Robbins, grande Paul Newman.

Colosal ejemplo de preciso equilibrio entre perfección técnica -menuda perfección, menudo hipnotismo- y emoción.

Ni mala ni buena sino todo lo contrario. Histriónica y por momentos pretenciosa, a pesar de sus muchas fallas El Gran Salto se deja ver y entretiene, pero no creo que aguantase un segundo visionado. No deja de ser un producto muy de los 90 y muy de los Cohen, pero de los Cohen menos brillantes.

La vi porque no tenía otra cosa que hacer y no me arrepiento, pero no la recomiendo ni la volvería a ver.

Un film vacío, muy americano, pero alejado de la sensibilidad europea. La histeria de los grandes negocios llevada a la pantalla sin mucho lustre y con bastante poca imaginación.