Haz click aquí para copiar la URL

Todos los hombres del presidente

Intriga. Drama En 1972, dos jóvenes periodistas del diario The Washington Post, Bob Woodward (Robert Redford) y Carl Bernstein (Dustin Hoffman), comienzan a investigar lo que parece ser un simple allanamiento del cuartel general del Partido Demócrata en Washington. Sus descubrimientos desencadenan el llamado 'caso Watergate', que provocó la dimisión del presidente Richard Nixon. (FILMAFFINITY)
<< 1 5 6 7 8 9 10
Críticas 50
Críticas ordenadas por utilidad
23 de julio de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A priori podría parecer que All the President’s Men (Todos los Hombres del Presidente, 1976) es una película más de cine político, si tenemos en cuenta que el argumento del filme gira en torno al escándalo Watergate y a los dos periodistas que descubrieron el meollo. Y más aún si pensamos en el director del filme, Alan J. Pakula, uno de los directores más prestigiosos en el cine político, que anteriormente a la película en cuestión había rodado The Parallex View (El Último Testigo, 1974) película que trataba en realidad sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy, por mucho que utilizara un argumento de tapadera.

Pero la realidad, es que Todos los Hombres del Presidente está más cerca del cine de Espías e incluso del cine negro (inolvidables las apariciones de Garganta profunda) que de una película que desengrana cien por cien la cuestión política. La película consiguió numerosos premios y galardones, entre los que se pueden destacar los 4 Oscars (Secundario; para Jason Robards, el mandamás del Washington Post, Dirección Artística, Guión y Sonido).

El filme se centra, como decía anteriormente, en el escándalo Watergate. Robert Redford interpreta a Bob Woodward y Dustin Hoffman a Carl Bernstein, ambos los periodistas reales que se ocuparon de desvelar el caso y las conexiones existentes entre el incidente y las altas esferas, incluyendo al presidente Nixon. La película que cuenta con el guión de William Goldman, se inicia en la oficina del Washington Post y a partir de ahí y de la investigación que promueven los dos periodistas se van implicando el resto de personajes.

Como decía, el filme tiene más de cine negro y Thriller que no de Política. Al fin y al cabo, los elementos políticos son marginales, y sólo aparecen intercalados en momentos puntuales de la película, como el inicio y el final del filme (con los discursos de Nixon a través de la pantalla de televisión). La película tira más por el Thriller y el espionaje. De hecho el desarrollo del metraje es muy parecido y no tiene demasiadas inclusiones novedosas. Nuestros protagonistas deben recoger todo el material incriminatorio posible, para poder implicar con pruebas a los culpables y así el filme se convierte en un recorrido de investigación. El filme se convierte en un Tour típico en el que aparecen las secuencias propias del género, entre las que se incluye la mítica escena en la que el soplón clásico del cine negro chiva información mientras las sombras ocultan su rostro.

El Enaltecimiento del periodista como héroe es algo muy propio del cine norteamericano casi desde sus principios, y en el filme de Pakula este prototipo aparece con toda la claridad. Robert Redford y Dustin Hoffman interpretan a personajes honestos, que siempre van con la ley por delante (la escena de los nombres que tiene que ser publicados es bastante significativa en este sentido, no desean hacer nada que sea ilegal) y que parecen seguir la investigación por deber moral y no por motivos de recompensa personal. Toda la película es en realidad una mitificación al estereotipo de la Prensa Libre, aquella que a pesar de las adversidades y de las amenazas de los grandes tiburones políticos acaba triunfando siempre en el mundo de Hollywood. Un mito que es propiamente norteamericano, y que tantas veces hemos visto repetido en la gran pantalla. El final es precisamente la culminación de esta moraleja, que se ve reflejada en la caída del propio presidente. Evidentemente no hace falta comentar que la ficción dista siempre de la realidad.

Todos los Hombres del Presidente es una película que vale especialmente por ser arriesgada y valiente, y eso es lo que sin duda más se agradece a Pakula, que haya sido capaz de entramar una película a tan sólo cuatros años vista de que se produjera el escándalo Watergate, sin embargo, también es cierto que la película es tibia en muchos sentidos. Como ya hemos dicho, los ataques políticos son mínimos. Pero aún así, lo más reprochable lo hallamos en el ritmo de la película, que es realmente soporífero. Una y otra vez somos testigos de los procedimientos de nuestros dos protagonistas, y la película se convierte en un bucle infinito en el que se repiten las mismas acciones prácticamente calcadas. De tal manera, que acabamos por ver la oficina del Washington Post por lo menos unas veinte veces en pantalla. Además, el guión del filme resulta un tanto confuso en algunos aspectos, en los que se avasalla al espectador con información con la que puede no estar familiarizado, como son los aspectos que rodearon el Watergate.

Finalmente, en el reparto nos encontramos con un Dúo de estrellas, que realizan una buena interpretación ambos, si bien es cierto que el guión no construye unos personajes demasiado interesantes, y de hecho los dos se acaban pisando un poco en el mismo tipo de papel (es lo que tiene que no les veamos en otro ambiente que no sea recopilando pruebas).

https://neokunst.wordpress.com/2015/07/23/todos-los-hombres-del-presidente-1976/
Kyrios
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como es sabido, fue en 1972, cuando dos periodistas del diario The Washington Post, Bob Woodward (Redford) y Carl Bernstein (Hoffman), comienzan a investigar lo que parece ser un allanamiento del cuartel general del Partido Demócrata en Washington. Pero sus descubrimientos van más allá, desencadenan el llamado “caso Watergate”, que provocaría la dimisión del presidente Richard Nixon.

La dirección, meritoria, por cierto, corre a cargo de Alan Pakula, con un trabajado guion de W, Goldman (adaptación de la novela homónima de Bob Wooward) y un reparto sensacional cargado de estrellas con Robert Redford, Dustin Hoffmann, Jason Robards (Oscar), Hal Holbrook (snsacional), Martin Balsam y otros.

La película recorre el que fuera gran triunfo del periodismo norteamericano, un triunfal reverso de la moneda que habla de la aversión de las cadenas hacia los medios de comunicación.

Película que, siendo ficción, se aproxima lo más posible al tipo documental en lo que se denominó en su momento el caso Watergate.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de diciembre de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Didáctica y setentera, época en la que aún se hacía buen cine, ese denuncia y cámara al hombro, donde primaba un buen guión y las buenas interpretaciones.
Luego vino el cine palomitero de efectos especiales y Hollywood se fue a dormir y a contar billetes.
Esta película narra a modo de documental los hechos que conmocionaron a la opinión pública de EEUU y que le costaron la presidencia al que por otro lado fue un presidente valiente y muy resolutivo: Nixon.
Como todo en esta vida, tienen que pasar varias décadas para que se valoren las decisiones de los políticos y su obra.
Desde luego entre los Bush, Obamas y otros ...lo han hecho muy bueno.
Pero el tándem Redfor y Hoffman funciona...aunque no cautiva, y es una pena, porque son dos grandes actores.
De cualquier forma, esta película pude verla en V.O.S (versión original subtitulada) y gana mucho en ese sentido.
Es una película de culto para los estudiantes de C.C. de la Información y de C.C. Políticas, por algo será.
Muy intersante.
Toni Badajoz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7 de diciembre de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Cuando aun estaba en la universidad solía salir con una chica que estudiaba periodismo. No puedo decir que su carrera sea la más difícil del mundo, ni tampoco que ella fuese la mejor de las estudiante. Más de una vez quedé con ella en su casa para acabar descubriendo que (¡oh, decepción!) íbamos a dedicar la tarde a que hiciese unos trabajos que dejó para el último momento mientras yo miraba el móvil tirado en su cama. Y podríais pensar que quizás era una de esas personas que está en una carrera que odia, que en realidad querría dedicarse a otra cosa, que acabó ahí por presión familiar o porque no entró en otra carrera… nada más lejos de la realidad. Realmente sentía pasión por el periodismo, por entender cosas nuevas y contarlas a los demás, por participar del debate público – aunque quizá la universidad no sea el mejor lugar para alguien con esas inquietudes.

¿Y esto a cuento de qué viene? Cuando uno conoce más en profundidad a un periodista, entiende que su trabajo es terriblemente lento y aburrido. En contra de lo que pueda parecer, es muy complicado llegar a ejercer este trabajo de manera más o menos decente, y como tantos otros oficios en los que se requiere creatividad y curiosidad, para llegar a ser bueno uno necesita sentir pasión por lo que hace.

En resumen, escribir una noticia es una tarea tediosa que sin embargo, si ha salido bien, es porque se ha realizado con el mayor de los cariños y los cuidados.

La mayor virtud de “Todos los hombres del presidente” es que muestra este oxímoron a la perfección. Sobre un ruidoso fondo de máquinas de escribir, las voces de los protagonistas nos enseñan sus altibajos emocionales: tanto la frustración ante los fracasos como los brotes eufóricos que brindan los triunfos. Este dinamismo contrasta con lo que sucede en las imágenes: llamadas telefónicas rodadas en planos totalmente estáticos, reuniones con los redactores jefes que no ponen más que pegas, viajes de puerta en puerta para no conseguir absolutamente nada. Una tarea propia del Sísifo más masoquista, desde luego; pero lejos de provocar aburrimiento, lo que de verdad causa esta película es desasosiego. Nunca sabemos en qué momento darán el siguiente paso, cuando aparecerá alguien que nos saque del bucle sin sentido en que nos encontramos. Una tensión constante invade al espectador. Así nos identificamos con los protagonistas, con su ansia de saber, de descubrir un poco más sobre qué pasó aquella noche en los “headquarters” del partido demócrata en Washington D.C. Y esa sensación, prolongada magistralmente durante dos horas y media, es para mí lo mejor de la película.

-------------------------------------------------------------
-------------------------------------------------------------

Hace poco volví a encontrarme con aquella chica, la que hacía periodismo. Estaba preparándose para entrar a un máster que ofrecía RTVE en Madrid, y mientras tomábamos un café me contó que le atormentaba esa sensación tan veinteañera de no saber si uno ha terminado en el trabajo que de verdad quiere hacer, o si la vida nos espera todavía en alguna otra parte. Es una sensación que probablemente haya experimentado toda mi generación, una generación de indecisos crónicos. Entonces no caí en hablarle de esta película que tanto me recuerda a ella. No sé ni si quiera si la conocerá o no, pero me gustaría escribirle dentro de poco para recomendársela. Quizás le ayude a encontrar un poco de luz al final del túnel.

Mientras reúno valor para hacerlo, me conformo con recomendarsela a ustedes. Espero que, si alguno está en una situación similar, también le ayude a ver un poco más allá del presente.
August Strindberg
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
28 de marzo de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Esta película la vi hace muchos años, no sé si la comprendí en su totalidad. Supongo que me gustó, pero dudo que entendiera la profundidad del problema que cuenta. Me gustaban los actores, el proceso de investigación y que triunfara la verdad. Pero, ¿comprendí que estaba en juego la democracia? ¿que se podía manipular el resultado de unas elecciones? ¿que es posible que un presidente corrupto se mantenga en el poder de forma ilegítima? Seguro que no. Es toda una lección de democracia y de la importancia del juego limpio.

Es tan actual el problema que nos cuenta, que no parece que hable de la década de los 70. Bulos, engaños, dinero negro, manejo dudoso del dinero de la campaña, manipulación de la opinión pública, espionaje... Se parece demasiado a nuestra realidad. Por cierto, toda una lección de periodismo; los protagonistas buscan la verdad aunque pongan en peligro sus vidas y arriesguen la continuidad del periódico. Esto también nos suena: las amenazas a los periodistas cuando buscan la verdad. Muy buena, no se la pierdan.
CELOFAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 5 6 7 8 9 10
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow