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Inside the Yellow Cocoon Shell

Drama Un reticente Thien debe llevar el cuerpo de su cuñada, fallecida en un extraño accidente de moto en Saigón, y a su hijo Dao, de cinco años, que sobrevivió milagrosamente al accidente, a su pueblo natal en el campo. Thien emprende la búsqueda de su hermano mayor, desaparecido años atrás, para entregarle a Dao. En el camino, Thien tiene una serie de sueños sugestivos y encuentros cautivadores que reavivan recuerdos reprimidos y deseos ... [+]
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
31 de marzo de 2024
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Desde Saigón a sus orígenes rurales

El árbol de las mariposas doradas (“Inside the Yellow Cocoon Shell”) es la brillante ópera prima del director vietnamita Pham Thien An, autor también del guion de ésta road movie con localizaciones desde Saigon a las zonas rurales de las regiones cercanas. Nacido en 1989, se graduó en Tecnología de la Información, formándose de manera autodidacta en grabación y edición de videos, dirigiendo los cortos "The Mute" (2018) y "Stay Awake, Be Ready" (2019) antes de la realización de ésta su primera película.

El árbol de las mariposas doradas parte de un argumento sencillo pero que atrapa por el aire mágico y espiritual que envuelve a sus personajes, contando con una magnífica fotografía de Dinh Duy Hung. El viaje del protagonista principal Thien (Le Phong Vu) se convierte en el proceso personal interior de sus dudas existenciales contrastadas con sus orígenes familiares.

En la primera secuencia en la lluviosa noche de Saigón, Thien habla con dos amigos sobre sus diferencias emocionales y espirituales, cuando le avisan de un grave accidente de moto. Debe buscar a su hermano mayor en paradero desconocido desde hace años, para entregarle su sobrino de cinco años Dao (Nguyen Thinh), ahora huérfano de su madre fallecida en el choque de las motos.

*Diversidad temática

Thien hace los trámites necesarios antes de viajar por carretera hasta su pueblo natal con el féretro de su cuñada y el niño Dao. A partir de éste momento la película se convierte en el viaje personal del protagonista, volviendo a sus orígenes rurales tras su emigración hace años a la gran ciudad en busca de trabajo.

El guionista y director aprovecha para mostrar diferentes temas locales de manera más o menos sutil, con referencias a episodios del pasado y de la vida cotidiana a través de las relaciones de Thien con los personajes secundarios. La trama nos introduce en el mundo rural de las aldeas del sur de Vietnam, donde el tiempo se enlentece con la sencillez de la vida, bien narrada con la calma de las largas secuencias.

El árbol de las mariposas doradas es principalmente el viaje físico y ante todo espiritual de un joven insatisfecho con su vida personal y con dudas existenciales, que en sus interacciones sociales se pone a prueba consigo mismo. A través de Thien el argumento desarrolla muchos temas como la vida y la muerte desde la perspectiva de un niño pequeño, la guerra con el Viet Cong, la vivencia religiosa, los duelos familiares, las raíces personales, la relación con la Naturaleza y la adaptación personal. De manera sencilla y sugerente mediante largos planos El árbol de las mariposas doradas consigue meternos de manera envolvente en la acción pausada pero con gran profundidad en las emociones y sentimientos.

*Maestría visual y sonora

La parte especialmente más atractiva de El árbol de las mariposas doradas es la atmósfera onírica y surrealista que las imágenes evocan creando un escenario mágico entre la realidad y las improntas del pasado. La película es muy sensorial, con una gran importancia de lo sonoro y visual, resultando hipnótica en algunas secuencias. Más allá de los simbolismos de muchos largos planos, las imágenes son cautivadoras en un ejercicio delicado de maestría visual, donde destacan la sensibilidad y la belleza. Su puesta en escena esteticista hace que disfrutemos con la ambientación perfecta de cada secuencia, de manera completa en un aquí y ahora, continuo y permanente a la vez.

La sabia combinación de música clásica occidental con temas musicales tradicionales vietnamitas logra una gran banda sonora bien puesta al servicio de la historia. Sorprende la maestría del joven director vietnamita Pham Thien An que deslumbra en la madurez de ésta su ópera prima, desde la narración pausada hasta su plasmación visual con realismo mágico.

A través de personajes secundarios el guion nos va poniendo en contacto con otras dimensiones del protagonista principal, desde un amor del pasado, su fe perdida, el desarraigo en la gran ciudad o la necesidad de estar en paz consigo mismo. La mayoría del elenco actoral no son profesionales, sino habitantes de las zonas rurales, siendo bien dirigidos consiguiendo actuaciones naturales muy creíbles.

*Conclusión

El árbol de las mariposas doradas, primera película del director y guionista vietnamita Pham Thien An, fue premiada con la Cámara de Oro a la Mejor Ópera Prima en el Festival de Cannes de 2023. El largometraje es una road movie que lleva a Thien, su protagonista principal, desde su desarraigo e insatisfacción personal en la gran ciudad de Saigón hasta sus orígenes rurales.

A través de éste viaje físico y existencial, el personaje se enfrenta a sus dudas tras la pérdida de fe y su desesperanza vital. La parte más brillante de la narración es su puesta en escena visual, con largos planos secuencia y cámara estática donde una bellísima fotografía funde lo realista con lo onírico. Los encuentros personales de Thien despiertan recuerdos del pasado y frustraciones personales en sus vivencias actuales.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez
Cinemagavia
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3 de junio de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Road movie" plena de belleza, de emoción, también de misterio, de interés a cada paso del viaje-metraje. Una película maravillosa, humana, mística también, un filme de acompañamiento pausado a un hombre joven que vuelve a su pueblo natal para enterrar a su cuñada y hacerse cargo de su sobrino. Que debe buscar al padre del niño, su hermano, desaparecido hace años.

Película escrita y dirigida por el vietnamita Pham Thiên Ân, fue una de las revelaciones del último Festival de Cannes, en el cual, esta ópera prima logró la Cámara de Oro, que premia al mejor debut en el cine.

Toda la vida, incluida la muerte, está en el largo y continuado plano que abre el filme de Thiên Ân. Comienza al margen de un partido de fútbol en el centro de la ciudad de Saigón. Luego un bar donde la gente ve un partido de la Copa del Mundo de 2018 y un grupo de jóvenes que beben y hablan temas de fe en clave de hastío.

Thien (Le Phong Vu) es un hombre joven callado y taciturno, ajeno a la conversación sobre espiritualidad. Continúa la larga escena con una repentina tormenta de verano, y un golpe metálico y sombrío, mientras la cámara enfoca un accidente fatal de motocicleta. Pequeño alboroto de los preocupados transeúntes, y Thien que se queda quieto.

Será más tarde, cuando en un SPA, en pleno masaje erótico, se entera que la víctima del accidente de moto fue su cuñada Hanh y el sobreviviente, su sobrino de cinco años, Dao (Nguyen Thinh).

Manera ácida y a la vez sarcástica de entrar en una tragedia que señala desde el comienzo una búsqueda psíquica y trascendente con cambios de tono deslumbrantes y la perspectiva de un largo camino, manejado todo desde una confianza, firme como un noray.

Tras la muerte de su cuñada, Thien será quien cuide y guarde a su sobrino, el pequeño Dao, cuyo padre está ausente desde años atrás. El joven y el niño dejan la ciudad acompañando el cadáver de Hanh a su aldea natal. En ese lugar remoto, dentro de una comunidad cristiana, los rituales de entierro y duelo se observan con un sentido profundo y gran fervor.

Thiem tiene una reunión con un antiguo amor, una muchacha que ahora es monja en la escuela de su convento. Allí acaba matriculando a Dao. Aunque sus ideas sobre lo divino son dispares.

El director Pham tiene reservado para el protagonista, más que asuntos de redención y renovación espirituales, una compleja búsqueda de significación vital y propósito.

El entorno para esta aventura es la frondosidad de los paisajes rurales vietnamitas, donde cumplen su papel crucial las composiciones maravillosas del director de fotografía Dinh Duy Hung, que sabe pintar la verde espesura de unas florestas pujantes.

Hay algo muy llamativo para una película que dura 182 minutos, con un tempo muy lento, como que fuéramos siguiendo al personaje, sus contados diálogos, pues bien, en ningún momento resulta tediosa ni aburrida. Todo lo contrario, cautiva la historia, que es una historia en la nada hay librado a su azar.

Los pocos personajes que salen en pantalla, como un viejo excombatiente de la guerra de Vietnam (que es quien se encarga de amortajar a la cuñada), la monja, los familiares de la fallecida, y también el paisaje como otro protagonista más, todo tiene un sentido preciso y envuelve el relato.

Hay igualmente un extraordinario sonido estratificado y un rumor febril (no hay música, salvando alguna escena de karaoke) que garantiza que incluso las escenas reflexivas se sientan habitadas por un ecosistema frondoso que acompaña.

Más que diálogos humanos, hay un diálogo tejido por la participación del ganado, el canto de los pájaros, el viento, el goteo de agua o la charla de la radio. Estas fuentes tangibles conectan con la tierra, incluso cuando el sentido del tiempo de la película transcurre y se derrumba.

Una novia de Thiem, en un encuentro con él, tras apasionado abrazo y sentido beso, se aparta, permanece pensativa y le dice: "No puedo existir simultáneamente en la luz y en la oscuridad". Y parece una concepción fragmentada y elástica de una identidad espiritual.

Hay en la película misas católicas muy interesantes y devotas, parecen cantadas. El oficiante y los feligreses, separados mujeres de hombres, se entregan a una fervor absoluto y pleno. Este debut de Pham Thiên Ân es condensación de un relato realista en otro más misterioso.

Hay que pensar que el sinsentido de la muerte mueve la historia: la muerte de la cuñada, la del pajarillo que criaba en su casa Thiem o la muerte que rodea la vida del anciano que amortaja a los cadáveres.

Están los encuentros del protagonista con diversos personajes, como una anciana a la que le pregunta por su hermano y con la que tiene un sustancioso y breve diálogo en el cual ella le habla de la insignificancia temporal del dolor frente al sentimiento de eternidad y de los caminos que permiten un reencuentro con las propias almas.

A propósito del vector religioso, la cinta tiene un registro documental. Por empezar está protagonizada por actores no profesionales (Nguyen Thi Truc Quynh, Le Phong Vu, Vu Ngoc Manh y Nguyen Thinh), y nos muestra la realidad social y antropológica de una minoría católica, la misma de la que proviene el propio cineasta, y que reconectará Thien en su particular regreso a sus orígenes.

Delicada película que tiene un intenso sentido de la belleza plástica y apuesta por un cine sentimental y de la imagen. Pero también, un cine que es el último vestigio de una cinematografía sencilla, esencial, pura.

Revista ENCADENADOS: https://encadenados.org/criticas/el-arbol-de-las-mariposas-doradas-4/
Kikivall
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