Sin rastro

Lo primero que diré: Thomas Jane y Anne Heche no se tomaron en serio esta cinta. Cobraron el cheque y se fueron sin mirar el resultado. Parecían de fin de semana de cachondeo, en especial el primero.

Por lo demás, decir que es otro típico telefilm, en el que en cierto momento consiguen un grado de tensión e intriga, pero que resulta muy predecible y que se me hace un poco largo y lleno de lagunas argumentativas. Sumado a que los dos protagonistas tienen actitudes cómicas y extrañas, lo que hace que la trama pierda seriedad.

Por último, la historia del poli interpretado por el ex guaperas Jason Patric, tampoco sirve de mucho. Da mucha pereza ver otro policía con un matrimonio de mierda por no manejar apropiadamente las horas de trabajo, las frustraciones profesionales y la bebida. ¡Que cuenten otra cosa ya, hombre¡

A veces hay una delgada línea entre lo que es la mala actuación y lo que es un mal personaje. Si además la película es una parodia, es más difícil de entrever esa línea. Pero si es un drama, y los personajes actúan como si no lo fuera, uno empieza a pensar que quizás la dirección buscaba esa bizarrada. Bien, dicho esto, desde el inicio los padres que pierden a una hija en el medio de un camping no actúan como los padres que pierden a una hija en el medio de un camping. El problema es que tampoco se genera un misterio o tensión tales como para que el espectador quiera saber qué pasó realmente, con personajes que aparecen de la nada, subtramas que no conducen a ninguna parte, etc. Tuve que adelantar para ver cómo terminaba. No vale la pena.

No funciona nada en esta peli: dirección, interpretación, guión, banda sonora, etc etc. Tiene un pleno al planteamiento más bizarro. Desde el principio tienes la molesta sensación que los actores no están nada agusto con sus papeles... tan mal lo están pasando que se olvidan de "trabajar". No crean tensión ni queriendo, situaciones donde el drama debe tener una posición privilegiada aparece contaminada con malas formas en el guión e interpretaciones.
Cuando una peli se me pone de tal guisa, solo me queda avanzar para ver en qué termina.

No pierdan el tiempo con esto.

El típico thriller que da risa. Un guión lamentable, salvo el giro final, una dirección penosa, unos actores que no se creen lo que hacen y, de remate, un pésimo doblaje. Por poner algo positivo, es tan mala que te anima a quedarte hasta el final para ver qué otras estupideces van a aparecer en la pantalla.

Esta película nos cuenta una vez más lo que tiene que ser una de las peores pesadillas de todo padre o madre.
Y es que es una regla de oro, que cuanto más bonito sea el campo o bosque al que van los protagonistas, peor lo terminan pasando.
Me ha gustado ver a Anne Heche, actriz prolífica en los 90 a la que llevaba años sin verla en ningún sitio. Y Thomas Jane hace bien en elegir títulos como esto, no como su participación en “The predator”, una película que debería de causar depresión suicida tenerla en el currículum.
En pocos minutos empieza el problema y la investigación con un tercer actor que también andaba tiempo perdido: Jason Patric.
Tengo que decir que el doblaje no es muy bueno. Le dan muy poca emoción y se nota que no lo han hecho las mejores voces de nuestro país. Pero de eso, claro está, no tienen la culpa los que han hecho el film.
Desde luego, no es la mejor película de desapariciones que he podido ver. Pero, dentro de lo que cabe, tanto los actores como el guion llegan a ser lo suficientemente buenos como para que no aburra y queramos llegar a un final bastante sorprendente. También cuenta con varios giros y golpes de efecto, que todo buen thriller debe tener.
Pero por otro lado, no puedo quitarme su regusto a telefilm de sábado por la tarde, o lo que viene a llamarse con esa peculiar palabra: sobremesa.
Así que, al final, la clasifico como del montón, entretenida para verla una vez, aunque fácil de olvidar. Es una de tantas.