Haz click aquí para copiar la URL

El polizón del Ulises

Drama Un bebé irrumpe misteriosamente en la vida de tres hermanas solteras, que viven aisladas en un caserón. Al recibir la influencia del carácter de cada una de ellas, será trabajador, sensible y fantasioso. La aparición de un fugitivo, que se ha escapado de una cárcel cercana, complicará la vida de todos y, especialmente, afectará al niño. (FILMAFFINITY)
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
30 de diciembre de 2022
Sé el primero en valorar esta crítica
“El polizón del Ulises” (1987), supone la insulsa adaptación cinematográfica de la novela homónima de Ana María Matute, de 1965, con un guión de Javier Aguirre y Francisco Solanes, que suele ser referenciada en ambos campos y por error como “El polisón de Ulises”. Supone la segunda incursión del vascuence Javier Aguirre, marido de la actriz Esperanza Roy, dentro del cine vasco. El filme traslada la acción original ambientada en el Pirineo catalán al Pirineo vasco, donde como en mucho cuentos infantiles, las tramas transcurren en territorios indeterminados y atemporales.

La trama se inicia cuando un bebé es abandonado en la puerta de un caserón tras el paso de una caravana de gitanos por un pueblo, donde viven tres señoritas, Manuela (Imperio Argentina), Leocadia (Ana Mariscal) y Etelvina (Aurora Bautista). Las señoritas, que son hermanas, deciden adoptar al niño y este crece empapándose de las cualidades esenciales de cada una de las hermanas; el trabajo (tía Manu), la sensibilidad (tía Leo) y la fantasía (tía Etel). Deciden adoptarlo y lo nombran heredero, además de otorgarle los nombres de Marco Aurelio (Etel) Amadeo (Leo) Manuel (Manuel), este último como el abuelo de las señoritas, como su padre y como la propia Manuela, que es quien decide esto último y también decide que, mientras sea niño, le llamará por el apodo que ellos tenían, ‘Jujú’. Conforme va creciendo el niño desarrolla una gran imaginación, tanto, que construye en el desván del caserío un barco imaginario llamado “Ulises” con el que navega como patrón junto a su perro Contramaestre, por los mares producto de su gran fantasía. Cierto día aparece un fugitivo de la justicia y el muchacho lo oculta en la casa. La amistad que crece entre ambos va cambiar muchas cosas en la vida Jujú.

“El polizón del Ulises” (1987) queda como una obra discreta, con algunos puntos de interés. En su favor, mencionar el talento que muestra Aguirre, prolífico director de películas comerciales, entre otros, para Raphael, el grupo Parchís, María Jesús y su acordeón, o diversas españoladas de tomo y lomo… para explotar la belleza del paisaje e integrarlo con armonía en el discurso narrativo o la acertada música, estridente en ocasiones que Antón Larrauri, uno de los nombres indiscutibles del panorama musical espalñol y vasco, compone para la película. En su contra juegan unos recursos técnicos y expresivo que brillan por su ausencia, transiciones muy mal resueltas y que resultan necesarias para que, en parte al menos, el transcurrir del crecimiento del niño y el devenir del tiempo, de la magia del libro sean extrapolados a la gran pantalla. Y también resulta muy extraño escuchar doblada la voz del niño, Jujú, y su excesivo protagonismo. Incluso los planos con actores de doblaje para las escenas a caballo no están bien resueltas. En cuanto a los personajes secundarios, se nos presentan como mero relleno y colmados de estereotipos.

A pesar de sus buenas intenciones e interpretaciones, la historia no funciona tan bien en el cine como en el papel, sobre todo, y en suma, por la anodina realización de Aguirre.

Podría extenderme mucho más porque amo este libro y, por ende, esta película, si bien lo dejamos aquí. Una curiosidad del cine español que siempre ha merecido mejor fortuna.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Benito Martínez del Baño
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow