The Night I Swam

Si El viaje de Takara hubiera sido película de animación quizá me hubiera gustado más. Si hubiera sido Ghibli me hubiera gustado, en definitiva. Parece mentira que diga yo eso. Ghibli, sí. El argumento y el estilo casi lo exigía. Pero el año es real y no de papel y tintero.

Y la licencia que vertebra la historia (spoiler) no juega en su favor. Se hace cansina.

Aburre.

Me río una vez con dos perros. Destaco ese momento jovial porque es el único momento de toda la película en que la narración tiene chispa. ¡En ese instante hay algo! Luego y antes hay un viaje y dura demasiado.

Capto lo que quiere transmitir. Huelgan las palabras, en ese sentido. Pero para eso, ya digo, animación o un corto. O que Kitano hubiera rodado El verano de Kikujiro, el retorno. Recojo firmas desde ya.