I'll See You in My Dreams (C)

La palabra 'curioso' no debería servir ya para dar cancha a productos como "I'll see You in My Dreams", que sí, ciertamente es curioso, puesto que desde esa coletilla inicial hasta esa conclusión ocurrente a medias, tiene su aquel, pero lo que realmente falla no está en la escritura, sino más bien en una realización que peca de blanda y obvia cuando no debería ser así.

Digo yo que si uno pretende dar un tipo concreto de ambientación a un film, lo que no puede hacer en ninguno de esos casos es soterrarla bajo el típico manto de movimientos de cámara posmodernos que tanto se llevan hoy en día, y aunque no de la nota en exceso ni sea muy molesto, sí desprecia unas cualidades artísticas que, por otro lado, podrían resaltarse en caso de que la fotografía estuviese más trabajada.

Aun así, com "I'll see You in My Dreams" se otorga un singular giro a esas historias de zombies poniendo interesantes cartas sobre la mesa que, aunque no son jugadas con suficiente pericia (supongo que, en parte, por su presupuesto, que no se intuye demasiado holgado, ni mucho menos), otorgan lo que el espectador medio suele querer que ofrezca una propuesta sobre zombies.
Y aun así, la cosa nunca termina de arrancar, porque le falta esa enjudia que deberían tener productos así, porque no se declina exactamente por unos códigos de los ya múltiples entre los zombies de Romero, Jackson o la última hornada de infectados puesta de moda por el "28 días después" de Boyle, y es ahí donde termina fallando al no dar con claridad con un contraste, ni llevar con un poco más de brío esa historia a la pantalla. Pese a ello, al film de Vivas bien se le puede dar una oportunidad por su escasa duración y, aunque dando fe de lo buenas que han sido ideas como las de "Colin" o "Pontypool" no aportará nada nuevo, bien puede verse como entretenimiento gracias a su escaso metraje.

Lo del título, cancioncita al margen, debe cobrar sentido en la pretensión no declarada de generar pesadillas al respetable, algo inviable porque la cinta no da ni para un mísero escalofrío. Vivas podría excusarse en que su película intenta ser más cómica que terrorífica, pero es que aunque sea cierto da igual, dada la escasa efectividad de su sentido del humor y el nulo carisma de la propuesta, capaz de apropiarse del tono del primer Sam Raimi (y del estilo: dinamismo, tipo de plano) para vulgarizarlo hasta el infinito y más allá. La obviedad de la realización -hay sustos que se ven venir a kilómetros- es francamente alarmante.

La cosa se ameniza con algo de sexo, gore pesetero, giros inesperados (el prota revelándose hijoputa con todas las letras) y un epílogo que intenta encontrarse en la lúcida paradoja que inmortalizara el gran Richard Matheson en 'Soy leyenda' (de un modo algo chusquero, he de decir). El resultado sigue siendo bastante mediocre, pero la apruebo por incluir el primer enano zombi de la historia del cine. Sí, soy así de idiota.

Lo mejor: obviamente, su duración.
Lo peor: lo mascada que está cada idea de puesta en escena.

En el amor y en la guerra no se hacen prisioneros, pero por qué no probar el sexo con un zombi, basta ya de matarlos o rematarlos, no sirve además para nada, siempre hay más, pudiendo follártelos más si cabe si es tu ex.
La necrofilia no debería estar tan mal vista, ya lo dijo claramente Agustín González en Siete mil días juntos, sobre todo, cuando el muerto da su consentimiento visto bueno ya que ellos también tienen sus derechos, a gozar del cuerpo, del suyo y del del otro.
Hay que abrir ese melón, que nadie te lo impida, y esta es una buena ocasión como otra cualquiera, vamos, al mogollón, al bulto.

Cortometraje portugués lleno de buenas intenciones, pero con un mal resultado en su concepción. La base de la idea está bien, pero está muy mal desarrollado. El abuso y mala utilización de los movimientos de cámara, la innecesaria forma de parangonarse con Evil Dead y lo peor de todo en una historia de zombis, ser inverosímil. Cúmulo de puntos negativos para un esfuerzo notable, una producción que deja la sensación, como en muchas ocasiones, de poder haber sido mejor. Cabe destacar la canción de los créditos finales, interpretada por el grupo portugués Moonspell. El cortometraje está dividido en dos partes, aunque es mucho mejor el videoclip de la canción de Moonspell, también dirigido por Miguel Ángel Vivas.