Un mes de abstinencia

Que buena manera de representar lo que el tabaco puede hacer llevado por supuesto a la exageración y al extremo. Una película muy divertida que merece la pena ver.

Demuestra muy bien cómo el dinero y la codicia puede a valores de la vida cotidiana. Una película apta para todos los públicos con un guión muy sencillo.
Dick Van Dyke sin duda el que mejor actúa de toda la película.

En esta película, el poco prolífico Norman Lear consigue llevar al terreno del humor y de la psicología, el tortuoso camino de la deshabituación a una adicción tan penosa y perniciosa como la del tabaco.

La historia narra un concurso para que los habitantes de una población llamada Eagle Rock, de los EE.UU. dejen de fumar durante un mes, a cambio de una gran suma de dinero. El Reverendo de la localidad Sr. Brooks (Dick Van Dike) hará lo imposible para que a pesar de la ansiedad y el mal humor que produce la abstinencia de nicotina, sus parroquianos ejerciten la voluntad y así, hacer caja.

La obra cuenta con un ingenioso guión de Norman Lear y William Price Fox Jr., y la inestimable presencia del actor Dick Van Dike en un estupendo y simpático papel y, por destacar a otro actor principal, participa en el film el veterano cómico Edward Everett Horton, quien fallecería al poco de finalizado el rodaje.

La cinta muestra todos esos síntomas que quienes hemos abandonado el cigarrillo reconocemos en nuestra propia experiencia durante la abstinencia: la agresividad, el mal humor, la imperiosa gana de ‘tragar’ alimentos, las riñas con la pareja, la mala leche, el acuciante sobrepeso o la incoercible necesidad de dar al menos una calada a un cigarrillo: ¡una sólo al menos, por favor!

A cambio, la película muestra el enorme interés de los ciudadanos por guardar el voto de no fumar, pues si aguantan ese ‘maldito’ mes sin hacerlo van a ganar veinticinco millones de dólares (de 1971), una barbaridad. Para lograrlo, todos se vigilan a todos para que nadie cometa una falta, o sea, todos los del pueblo controlan a sus vecinos, amistades y familiares para no fracasar y ganar al fin la apuesta y la millonada. Y es que en esta comedia coral, el tema principal que se oculta por debajo de la batalla contra el tabaco, es la AVARICIA. Sí, la avaricia de personajes pintorescos e hilarantes, pero también muy ambiciosillos. De manera que el film está presidido por esta pulsión mercantilista e interesada de los habitantes del pueblo que va más allá de su inquietud por la salud: quiere la PASTA y punto.

Pero bueno, si obviamos por un momento este mensaje de la ‘avaricia’, la película es de gran actualidad hoy, cuando tanta gente desea abandonar el tabaquismo con desigual fortuna. Y es buena idea verla, porque así podrás reírte de tus conductas y tendencias desesperadas cuando dejas de fumar dos o tres días. La risa como antídoto, una comedia muy simpática y una dirección y reparto meritorios en este proyecto que pasó como de puntillas por nuestros cines. Pero nunca es tarde. Particularmente, yo recomiendo esta película. No sé si dejarás de fumar, pero te reirás de lo lindo. Y además, te ayudará a entender mejor a las personas y su codicia.