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La fiesta de todos

2,8
86
Documental Documental sobre la victoria de Argentina en el Mundial de Fútbol de 1978, que se celebró en ese país y en el que participan importantes personalidades del mundo del fútbol y de la cultura. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
27 de octubre de 2014
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pasado es una colección interminable de errores que sólo merece el más completo de los olvidos, pero, lamentablemente para Sergio Renan , esta película quedara en el recuerdo de lo que un hombre de las artes no debe hacer : mostrar a un pueblo unido disfrutando de una “fiesta de todos”, en momentos en que el país era gobernado por una dictadura militar que impuso un terrorismo de estado bajo el cual fueron asesinadas y/o desaparecieron miles de personas por causas políticas. Me parece horrible a pesar que el se defiende aduciendo que por esa epoca hizo "Crecer de golpe", la película sobre un texto de Haroldo Conti, muerto por la misma dictadura. Lo siento Sergio Renan, podemos cometer muchos errores en nuestras vidas, pero uno, puede ser aquel que nos destruye....por lo menos así lo veo yo.
amilcar
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11 de agosto de 2020
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película sin contexto: Una comedia entretenida en el que mas de uno se puede sentir identificado con algún personaje de los que aparece en la misma, demostrando el fanatismo futbolero que nos caracteriza a los argentinos

Película con contexto (1978 plena dictadura): Una película de propaganda hacia el régimen dictador de Videla, que nunca se nombra los desaparecidos o el autoritarismo que se vivían a flor de piel.

Mi puntuación, sin embargo, se basa en la primer opinión, ya que en si soy solo un espectador amateur que no analiza con profundidad el cine, me quedo mas con la película, que con el contexto en el que se lanzo, tal vez por ser joven y no haber vivido la dictadura puede que influencie mi voto, pero como dije antes, solo me gusta analizar la superficie de la película no el fondo.
Martin
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10 de noviembre de 2023
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El film nace precipitadamente ante el inesperado triunfo argentino en el Mundial 78 organizado de local; nadie tenía al seleccionado argentino entre los candidatos y solo se esperaba cumplir un buen papel. Por lo tanto, la película no estaba pensada, no existía un guion preparado, ni se había apalabrados a actores ni equipo técnico; tampoco las imágenes reales fueron capturadas para una futura producción cinematográfica.

La genuina algarabía y entusiasmo que se vivió en todo el país, como todo triunfo deportivo popular, fue aprovechada por el gobierno militar. Éste, habiendo 'pacificado' el país a sangre y fuego con métodos aberrantes, y erradicando la terrible violencia existente e incontrolable por los gobiernos anteriores, buscaba legitimar su permanencia. Antes del Mundial, la máxima aspiración de la Junta Militar comandada por el Gral. Videla era mostrar al mundo un país 'ordenado' y capacitado para organizar un Mundial. Y de repente se encuentra con una legítima victoria (más allá de los mitos alrededor del 6 a 0 a Perú) que le puede redundar también en el aspecto interno.

Utiliza entonces (como tantos gobiernos de todos los tiempos y de todas las tendencias políticas) la alegría popular verdadera de la victoria deportiva y su espontánea felicidad. Porque los festejos fueron espontáneos: tanto el caluroso acompañamiento lleno de fervor y papelitos en los 7 partidos que tuvo el seleccionado a lo largo del torneo en las tribunas del Monumental y Rosario, como en los inéditos festejos por el logro del campeonato en todas las ciudades del país en esa tarde noche de domingo fría y lluviosa del 25 de junio, no fueron ni promovidos ni inducidos por nadie. Fueron genuinos, sinceros y espontáneos.

El Gobierno pensó entonces capitalizar y sacar jugo de esa alegría popular. Y una película del tema venía como anillo al dedo.

La idea tenía su lógica: el público iba a estar ávido de rememorar la épica victoria, y poder ver en pantalla grande y en colores (porque el Mundial se vio en los hogares argentinos en blanco y negro) tanto los goles como la actuación de sus nuevos ídolos: Kempes, Fillol, Pasarella, Luque, Menotti y el resto. Cabe destacar que el film fue un éxito de taquilla, como era de esperar.

Pero el balance de la película es pobre, ya que se advierten el apuro, la falta de un hilo argumental y los saltos en el relato; es un pastiche exagerado, patriotero, de pobre y liviano interés en los personajes ficcionados (grotescos en la mayoría de los casos), salpicados con testimonios reales de protagonistas que ensalzan hasta lo impensado la victoria y el ser nacional argentino, sus virtudes y la 'paz' lograda en pocos años, todo muy 'chauvinista'. Aunque en realidad, todo esto pareciera que no interesó en su momento, ya que la gente iba al cine solo a volver a ver y a gritar los goles...

Disiento con aquellos que ven una 'complicidad' de directores, de técnicos y actores con el gobierno de aquel entonces; yo creo que actuaron de buena fe, con interés de testimoniar esa legitima alegría popular, después de varios sombríos años de muertes, violencia e incertidumbres. Era inevitable que el gobierno saque agua para su molino, ya que fue organizador del exitoso Mundial y productor de la película. La propuesta de un film no dejaba de ser simpática y muy esperada por el público. En lo que se refiere a la 'propaganda', el 'mensaje' que se observa en el film es más bien solapado, y si bien quiere mostrar un clima de optimismo y felicidad, todo parece ser producto del equipo argentino, quedando los méritos del gobierno reducidos a la 'paz alcanzada', que no era otra cosa que lo que se escuchaba en los avisos televisivos una y otra vez en los canales estatales. Nada novedoso. Por eso la película fue denostada años más tarde, pero no en su momento. En el contexto, no agregó nada.

Su eximio director Sergio Renán, autor de grandes películas (entre las que descolla 'La tregua', derrotada en el Oscar 1974 por Amarcord de Fellini), creó este film de escaso vuelo, muy lejos de su nivel de excelencia, y siempre se arrepintió de ello. Pero en esa autocrítica, aclaraba también su negativa a la acusación de simpatía con la Junta Militar, que a mi modo de ver es injusta. Él mismo recordaba, que en tiempos difíciles de filmar, un año antes, 1977, rodó 'Crecer de golpe', con libro de Haroldo Conti, un desaparecido del régimen...

Lo cierto es que, al fin y al cabo, en aquellos días todos los argentinos festejaron: los que apoyaban al gobierno (que no eran pocos), los que se le oponían en un obligadísimo silencio, y los que eran indiferentes. Todos. Hasta varios sobrevivientes de centros de detención clandestina reconocen la insólita y absurda situación de haber gritado los goles junto a sus carceleros, lo mismo muchos de los exiliados en el mundo...

En definitiva, hoy es interesante solo las imágenes de los partidos y del evento, y los testimonios de la época. Lo cinematográfico y la ficción, aplazado.

Nota: 4 (cuatro)
marcospeliculas
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15 de septiembre de 2020
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 24 de Mayo de 1979 se estrenaría uno de los mejores ejemplos que grafican el divorcio entre las intenciones de los cineastas y la percepción del público:
"La fiesta de todos" de Sergio Renán fue concebida como una vulgar combinación entre imagenes documentales del Mundial 78 y sketches humorísticos, costumbristas de la supuesta familia argentina con el fin de arrojar una patina de liviandad y armonía en un clima de la época verdaderamente tenebroso.
Como dice Gilles Deleuze, el cine contiene en su obra una cronología absolutamente diferente a la histórica, su devenir incluso muchas veces invierte lo que para el tiempo oficial son presentes encadenándose y transformándose en pasado
"La fiesta de todos" intentó ser una comedia de la peor calaña, hoy décadas después y aflorada la verdad allí encubierta por la dictadura militar, es una obra maestra del terror, o mejor dicho, del horror.
Al ver la consecución de panfletarios y, también vale decirlo, muy mal escritos e interpretados, números ficcionales, no hay nada que produzca una sonrisa, una identificación, una veta común con ese imaginario. Todo lo contrario, la amargura, el asco, la repugnancia y una sensación sostenida de angustia e impotencia afloran a lo largo de su metraje.
Renán y Hugo Sofovich la concibieron por encargo de las sangrientas oficinas de la dictadura de Videla intentando emular una fiesta.
El tiempo la ha colocado en el lugar del aquelarre monstruoso que se merece.
darth_matu
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