Bikini Bloodbath

Juro que hasta bien entrado el metraje pensé que estaba viendo una película porno. Esa feísima textura de imagen, esos actores de saldo, esos diálogos horrorosos... Todo me remitía al cine X de bajo presupuesto. Pero no, no es porno. Vaya mierda. Es algo peor, un espanto que explora, quizás por primera vez, los auténticos subsuelos del gusto cinematográfico: después de la serie Z debe encontrarse esta abismal oda a lo cutre, que supera ampliamente las formas del amateurismo más tosco para entrar, de lleno, en las del retraso mental grave o la estulticia disfrazada de broma cómplice.

Lo peor no es que la película sea espantosa, sino que sus responsables saben que lo es y, por tanto, no es algo que puedas echarles en cara. Háblales de ritmo, de guión, y se descojonarán en tus narices. Probablemente sólo la realizaron para verla en pandilla mientras bebían cerveza y se echaban unas risas, a modo de chiste privado. Pero entonces no entiendo porqué coño la han comercializado. Yo es que me muero de la vergüenza, de verdad. Especialmente con su sentido del humor: ahí esta ese absurdo homenaje a Ciudadano Kane (sólo se entiende como burda provocación) o ese foco de chistes de maricones que es la fiesta retard de los pavos de la peli.

La película, por cierto, está hecha con la misma plantilla con la se firmó el guión de la infinitamente superior The Slumber Party Massacre. En cierto modo vendría a ser una especie de (infra)remake o, lo que es peor, una revisión en clave cómica... olvidando que la otra también exploraba los flancos cómicos del slasher (tiene huevos, hacer una parodia de una parodia y encima hacerla tan mal). Sólo encontré algo de alivio durante la fiesta de pijamas -o bikinis- que el chef francés agua con escaso salero. Ahí su humor, rematadamente absurdo, logró hacerme sonreír más de una vez. Pero sigue siendo una mierda.

Bikini Bloodbath es, por sus propias características, una película porno pero sin el sexo. Descorazonador, ¿eh? Pues eso, a huir de ella como de la peste.

Lo mejor: dura poco y las tías están buenas.
Lo peor: todo lo demás.