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Angels in the Outfield

Comedia. Fantástico Un niño que ha perdido a su padre, recibe la ayuda de un ángel para que gane su equipo de béisbol favorito, a pesar de ser el último clasificado de la liga. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
26 de abril de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un 5 de media. Sí, debo de ser de otro planeta. Bueno, o tal vez un ángel. Desde luego caído, y muchas veces fracasado. Eso sí, con la capacidad de asombro y de fantasear intacta. También de creer, pero esa es otra historia. La que nos ocupa es la magníficamente contada en "Angels in the Outfield". Una fábula tierna, bella y divertida, dirigida por el notable Clarence Brown. Y, esa es la nota que debería otorgársele a esta película: un notable. Creo yo.

Lo he dicho en muchas ocasiones: la clave para que una historia de corte fantástico sea creíble es la NATURALIDAD. Da igual que hablemos de "¡Qué bello es vivir!" o de "La guerra de las galaxias" (dos obras maestras). Si nos hallamos ante un buen director será capaz de ensamblar realidad y fantasía de manera natural, sutil y discreta; el espectador creerá. Así de simple y así de complejo, claro. Sin duda alguna Clarence Brown lo consigue. Mucho tiene que ver, por supuesto, la formidable actuación del iracundo Paul Douglas y de la adorable Donna Corcoran. No hay en el film ni un atisbo de cursilería, de sentimentalismo gratuito. McGovern gruñe, maldice y sacude cada dos por tres. Bridget no llora, ni se queja, ni gesticula con afectación. Janet Leight, bellísima, está correcta y, de entre los secundarios destaca la siempre efectiva Spring Brighton.

Para finalizar, quisiera volver a resaltar la soberbia interpretación de Donna Corcoran. Ella es el verdadero ángel. Flota, sonríe, dulcifica, convence. Si te mira estás perdido, bueno no, estás ganado. Menos los resabiados. Aquellos que hace tiempo tiraron a la basura los vídeos VHS de Disney.
el chulucu
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21 de septiembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intrascendente comedia e indisimulada apología de la fe cristiana a través de una historia que mezcla el mundo de béisbol, ángeles y huérfanos.

Paul Douglas da vida a un entrenador de irascible carácter encargado de los desastrosos “piratas” de Pittsburgh y una jovencísima Janet Leigh interpreta a una periodista que trata de averiguar las razones de las constantes y sucesivas derrotas del equipo. A la inusual pareja se les une una niña vidente huérfana y un loro parlante lo que compone el desquiciado argumento, que no resta simpatía a esta muy menor, aunque a ratos disfrutable película, suerte de parábola de la oveja descarriada, en el que unos ángeles invisibles ayudarán a ganar al equipo y, de paso, a que el maleducado entrenador deje de blasfemar (sic).

Confusa pero con aguadas pinceladas de humor, incomprensible en todo caso en una carrera tan estimulante como la de Clarence Brown que, justamente en los años 50, declinaría por completo. La actuación de la pareja protagonista salva un poco los muebles de esta sinrazón.
Gould
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29 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora a algunos les da miedo pronunciar la palabra ángel y prefieren invocar a los espíritus, al Karma, al ying y el yang, a las chacras, a las fuerzas cósmicas, a hadas y duendes, a la inteligencia emocional o acudir directamente al refranero popular, muy ducho en aplicar justicia poética como "A cada cerdo le llega su San Martín" o, como en el caso de este film "A quien ayuda, Dios le ayuda".

En cualquier caso el deporte no pocas veces se ha visto necesitado de "milagros" para conseguir alterar su mala suerte en el marcador y estoy seguro que no pocos aficionados han apelado a ellos para conseguir superarla.
En esta película, Clarence Brown rinde un homenaje al béisbol, deporte rey de los norteamericanos y, más concretamente, a los "Piratas", un equipo que realmente en aquella época debía estar atravesando una mala racha.
Ni es la primera ni la última película basada en un deporte donde el director aprovecha para resaltar la importancia de ciertos valores humanos como la camaradería, el espíritu de solidaridad, la confianza en el prójimo y en uno mismo y el poder de los buenos deseos y de la oración para obtener un bien. Brown nos acerca a estos temas a través de una fábula, un cuento de fantasía, esperanza y redención, con el relato de un entrenador en horas bajas cuyo terrible temperamento y malos modos le están granjeando numerosos enemigos, desmoralizando y desestabilizando a su propio equipo que no para de encajar derrota tras derrota.
Una niña huérfana aficionada a este deporte invocará al equipo de béisbol celestial para que ayuden a los piratas en su Liga y éstos atenderán sus plegarias no sin antes imponer sus condiciones al atónito entrenador que se verá increpado por uno de ellos para que modere su lenguaje y malos tratos si quiere conseguir que su equipo gane.
La película de corte familiar, está bañada de una suavidad no exenta de humor que discurre con mucha naturalidad y simpatía.
El tema de la fe y el milagro se encuentran hábilmente entremezclados con el deporte donde no nos falta el cínico antagonista (Keenan Wynn) que hace de cronista deportivo, acérrimo enemigo de nuestro entrenador (Paul Douglas estupendo), con quien va a coprotagonizar un meritorio duelo. Una dulce y bella reportera Janet Leigh, recién fichada por su periódico para cubrir la noticia desde otra perspectiva. Una soberbia Donna Corcoran, la niña invocadora de los ángeles y única persona que consigue verlos en el estadio y Bruce Bennett en la piel de veterano y cansado jugador que va a proporcionar un momento realmente conmovedor en el film. Unos cuantos cameos de verdaderos profesionales del béisbol como Joe Di Maggio o la aparición de Bing Crosby terminan de rubricar el sentido homenaje al béisbol y a sus figuras que pretende ser el film.

No falta el tenue recordatorio a otras películas de temática parecida, sobre todo a "Milagro en la calle 34", ya que aquí también nos vamos a encontrar a una audiencia pública en la que se pondrá en tela de juicio la salud mental del protagonista y sus creencias pero sobre todo quiero hacer ver a los espectadores que no se dejen engañar por la apariencia "diabética" a que puede dar lugar el planteamiento de semejante argumento.
La cinta se conduce con gran equilibrio y mesura, sortea hábilmente sus peligros y se muestra tolerante y abierta a toda clase de sensibilidades. Una película muy agradable y plácida.

Disney tiene un remake de esta película realizado en los 90. Siento curiosidad de ver cómo ha podido actualizar este tema.
Izeta
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