Cerco de fuego

William Keighley fue un director semidesconocido que, sin embargo, codirigió con Michael Curtiz la maravillosa "Robin de los bosques" y, ya en solitario, nos regaló películas tan estupendas como "The man who come to dinner" o The prince and the pauper". Dirigió a Errol Flynn en varias películas y lo hizo siempre con acierto. Como un acierto es este notable film suyo "Rocky Mountain" destrozado en castellano como "Cerco de fuego".
La cinta narra las penalidades de un destacamento sudista con Flynn a la cabeza. Son ocho hombres cuya peligrosa misión es la de encontrarse con un capitán rebelde nada menos que en territorio yankee y, a través, de unas montañas pobladas de indios.
Este sí es un western melancólico y nostálgico. Esa falta de chispa y la mirada triste de un decaído Errol Flynn le vienen como anillo al dedo a su personaje. Un personaje que, quizás, al comienzo de la guerra fuera más firme y expresivo, pero después de tres años de lucha y asumiendo la derrota, se preocupa, sobre todo, de cuidar a sus hombres, que al fin y al cabo, se han convertido ya en su familia. Y, sus hombres, hartos también de tanto sufrimiento, sólo quieren recordar los buenos tiempos en conversaciones íntimas al calor de la hoguera.
Extraordinaria fotografía en blanco y negro. A destacar también la música de Max Steiner teniendo como punto culminante el emotivo final con los acordes de "Dixie".

Cerco de fuego me encantó. Narra sin estridencias un episodio que, en una guerra, no pasaría de ser una anécdota pero William Keighley, el director, sabe dotar al film de un clímax que te obliga a no despreciar ni un fotograma. La película denota una cierta amargura de lo que es en definitiva una guerra, una lucha de los poderosos que sufren los débiles. Errol Flynn está magnífico en esta historia de un pequeño grupo de sudistas que se ven atrapados por los indios, los nordistas y por la propia desconfianza de todo lo que les envuelve. En sí, los sudistas no se fían ni del que, supuestamente, es de su bando, que en teoría ha de echarles una mano que nunca llega. Los sudistas reflejan en todo momento la fatiga por el paso de la guerra y su desenlace, heróico, nos manda un mensaje clarificador, que en una confrontación tan sangrienta (la peor de todas las posibles, la guerra civil), ni los hay que son tan buenos ni los hay que son tan malos, solamente hay perdedores.

Encontrarse a estas alturas con una de estas joyas supone un gozo increíble, no ya solo para los amantes del género sino del cine en general.

Me gusta por los siguientes motivos;

Es una película que trata casi del mismo modo a ambos bandos, la Unión y la Confederación.
Las escenas de acción están muy bien rodadas.
Las escenas de noche están dotadas de una gran precisión visual.
El paisaje es otro personaje más. Se llega hasta a sentir el polvo.
En el reparto todos dan el pego como esos tipos duros. Errol Flynn, que ya estaba en su declive profesional y personal, está sencillamente genial.

Sin duda alguna es una película que animo a que la vean.

Agradable sorpresa. Película modesta pero impecablemente realizada. Buena Fotografía, con paisajes de ensueño. La música tiene el aire de nostalgia que acompaña a toda la película, con un Errol Flyn que estaba en el momento justo para actuar en esta película.
El final, impecable, te deja con la sensación de haber descubierto un gran western para los que amamos el género.

Vísperas del fin de la Guerra de la Secesión.
El ejército confederado huele la derrota. El general Lee en un desesperado intento por dar un vuelco a su rumbo, envía un destacamento capitaneado por Flynn, para que tomen contacto con un grupo de bandidos rebeldes que podrían ayudarles en la toma de California. Lugar de la cita. Una gran montaña de roca enclavada en medio del desierto, perteneciente a territorio yanqui y hogar de indios hostiles.
Soldados que, en su fuero interno, ya se saben perdedores, acuden a la misión suicida. Los bandidos no son de fiar pero, ¿quién sabe?, quizá sus intereses coincidan con los de ellos.
El caso es que, si hay una mínima posibilidad, es esa. Y es posible que todo hubiera salido bien si no fuera por...una mujer.
Es un western muy atractivo donde en un escenario mínimo, una gran roca, van a converger personajes de muy variada condición, yanquis, confederados, indios, bandidos, un personaje neutral y una mujer, por los que Keighley no toma partido, dibujando a todos ellos de una manera imparcial. Hombres que luchan por su causa, seres de carne y hueso a los que la guerra destroza por igual y que sólo aspiran a volver a su hogar. No hay personajes oscuros ni traidores, pero son enemigos unos de otros y han de defender sus intereses.
El guion es muy bueno, tiene hermosos diálogos impregnados de melancolía y nostalgia. Escenas de acción hermosas, heroicas, Personajes caballerescos, lenguaje idealizado...Flynn hace el mismo papel que en otras películas suyas pero mucho más comedido, un Flynn maduro, desencantado, triste, pero con su nobleza intacta.
La película es buena, muy buena y el espectador la va a disfrutar. Está muy bien contada y, además, es de las que sienta bien.