Mary Ryan, Detective

Interesante historia resuelta en clave de suave cine negro.
La película es blandita, sencilla y rodada con escaso presupuesto pero derrocha nobles intenciones y también un buen gusto más que notable.
Toda la peripecia tiende hacia lo Ingenuo pero posee atractivo y despierta sensación de afabilidad. La intriga se desarrolla con soltura y cada detalle se apunta o se insinúa sin cargar las tintas en ningún momento.
La protagonista, Marsha Hunt, desempeña correctamente su cometido.

Y más y más agradables sorpresas que me llevo con la serie B.
Realmente empiezo a estar tentado de meterme en ese olvidado cajón para no salir más de ahí.
68 minutos de película ( un suspiro), de un director del que no había oído hablar y autor de no más de cuatro o cinco películas y resulta que me encuentro con una cinta más que pasable, !qué digo pasable!, !divertidísima!, una trama policíaca donde la protagonista es mujer y !qué mujer! ( Marsha Hunt), que un guion inteligente no comete el error de masculinizarla ni de caricaturizarla convirtiéndola así en uno de los primeros (o el primero, no lo sé), especímenes de mujer policía más creíbles que, seguramente, se ha asomado a la pantalla.
La fecha de su realización (1949), seguramente, tenga algo que ver. La II Guerra Mundial ya hacía cuatro años que había finalizado y un nuevo modelo de mujer se imponía. Ese que había conquistado los puestos abandonados por los hombres durante la campaña y que ya no tenía marcha atrás.
Con una dirección fluida, ritmo ágil y trama interesante se nos va a relatar la operación de infiltración que realizará nuestra agente en una banda organizada dedicada al robo y venta de joyas y pieles, narrándonos, paso a paso, todos los procedimientos que empleará la policía para la consecución de su objetivo.
El relato está magníficamente construido, sin apelotonamientos, claro y directo, y la cinta huye de clichés y tópicos, no pretende crear un personaje ni dar inicio a una saga, sólo contarnos una historia, un caso policial interesante y divertido.
Aquí la protagonista ni es cinturón negro, ni experta en tiro, ni suelta frases ingeniosas ni es capaz de inmovilizar con dos hostias a hombres que le doblan en tamaño. Es sólo una mujer valiente, inteligente, con recursos y muy capaz de hacer bien su trabajo. Que la disfruten.

Película que hoy en día sería tratada como "apología del delito". La trama se enfrascaba en la manera de enseñar a crear una gran red de corrupciones. A través de comercios establecidos de diferentes rubros, que eran usados por el crímen organizado como fachadas, enseñado, mientras se desarrolla, el funcionamiento y el manejo de una asociación ilícita para delinquir.
Una película de notoria clase B gama baja, de muy poco presupuesto, deja entrever una intención de manejar situaciones al límite extremadamente ingenuas, sobre todo de los policías e investigadores. De todos modos ésta muy corta (68 minutos) y llevadera película, deja una enseñanza mafiosa: Cualquier comercio establecido puede ser utilizado como tapadera con sórdidos propósitos.

Peliculita corta, dificilísima de encontrar, que nos presenta a Marsha Hunt (una de las pocas actrices de la edad de oro de Hollywood que quedan vivas en 2020), como la detective del título, en lucha contra una banda de ladronzuelos bastante cutres (de la impresión de que los planes para pillarles salen más caros que lo que podrían robar, la verdad). Por desgracia para Marsha, el ser incluida en la lista negra truncó bastante su carrera, una lástima. En cuanto a la película, es una serie B muy B, con aspecto de telefilm, bastante ingenua y que aporta poco, aunque hecha con oficio. Puede ser interesante como curiosidad o para arqueólogos del cine, pero no es raro que haya sido olvidada.