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Family Life

Drama Janice está embarazada, y sus padres, con la excusa de que no está preparada para ser madre, la presionan para que aborte. Tal decisión no hará más que agravar sus problemas psíquicos hasta tal punto que acabará internada en un centro de salud mental. Allí se somete, en primer lugar, a una terapia de grupo, que será pronto suspendida por la burocracia hospitalaria, por lo que se le aplicará un tratamiento más tradicional, a base de ... [+]
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
10 de julio de 2009
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Janice vive todavía con sus padres dentro de una familia británica ultraconservadora, llena de reproches, manipulación y exigencias sin atisbos de respeto hacia la individualidad pero con exigencias de respeto a la tradición y a la figura (paterna o materna) más que a las personas por lo que son.

Loach expone de manera muy crítica la eterna confrontación entre nuevas y antiguas generaciones, en este caso ambientadas en el tradicionalismo familiar británico, en el que los ideales y las convicciones no impiden excepciones cuando es necesario, como en el retrato del razonamiento para concluir que Janice debe abortar pese a las creencias religiosas (genial que aparentemente basta no pronunciar la palabra aborto para que desaparezca el problema).

El relevo generacional se plasma doblemente a través de la protagonista, de manera concreta en el seno familiar y de manera más general en el tratamiento psiquiátrico que recibe. Inicialmente es tratada dentro de un programa experimental, donde se dialoga en la búsqueda de los problemas, diálogos que incluyen a los propios padres y que permiten a Loach exponer sus vulnerabilidades, sus fallos y lanzar la crítica a esa sociedad cerrada a todo avance o cambio. En ese momento, Janice es principalmente una víctima de su educación y de su entorno. Cuando el programa se cancela, la protagonista pasa a recibir un tratamiento convencional en el que pasa a ser otro bicho raro que se intenta sanar a base de descargas eléctricas y poco más.

Loach ya utiliza recursos muy habituales en toda su carrera como las entrevistas o conversaciones semidocumentales para dar toda la información al espectador, o los subidones de tensión como en la angustiante comida familiar con hijas y nietos, comidas a las que casualmente el yerno nunca puede asistir por estar trabajando. Aún así, la película por momentos se hace algo lenta, quizá por un ritmo un tanto irregular, lo que contribuye a una sensación de excesiva duración que no es tal en la realidad, pero la exposición es clara, directa y muy interesante.
Puercoespín
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7 de julio de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La esquizofrenia es una alteración psíquica que sufre el individuo y que afecta sus emociones, lenguaje, adaptabilidad, y entre otras cosas, la capacidad de relacionarse armónicamente con su entorno. La persona asume, entonces, un comportamiento de fáciles explosiones emocionales y fuerte retraimiento; se siente melancólica y susceptible, y toma una actitud de huida de sí misma y de los demás que, fácilmente, podría desembocar en el suicidio.

Con mucha frecuencia, la esquizofrenia se inicia en la adolescencia y tiene mucho que ver con la suerte de relaciones a las que se vea abocada la joven o el muchacho. Una familia donde una adolescente es descalificada, y además presionada para que se sume a unas normas y a unos preceptos con los que puede no estar de acuerdo, generará en ella inevitables actos de rebeldía, inadaptación, y posiblemente, agresividad que, luego, le merecerán improcedentes castigos, señalamientos y calificativos que la ubican en el rol de mala, mujerzuela y otros epítetos estigmatizadores. Entra entonces en casa el modelo culpabilizador, y el resto de la familia se asume a sí misma como víctima, mientras que la joven termina convencida de que su entorno es hostil y abominable, y seguramente se desubicará al encontrar siempre los mismos refuerzos y al no ser capaz, ella, de responder de otra manera ni poder encontrar otro espacio donde escapar y recibir ayuda.

Basado en el libro de, David Mercer (paciente de los psiquiátricos tiempo atrás), y en su guion adaptado antes para la televisión por el mismo director, Kenneth Loach (“In two minds”, 1967), <<VIDA EN FAMILIA>> es un contundente filme que podría ser calificado de alegato antipsiquiatría, pero, no lo es puesto que enseña la dignidad que también surge en la profesión. Lo que sí es, es un relevante estudio de la esquizofrenia donde se ponen sobre la mesa las razones de peso que la causan; las cosas que realmente podrían hacerse para conseguir que un(a) paciente vuelva a la vida normal… y las cosas que pasan en los centros médicos, y en los hogares, haciendo imposible que ésto suceda.

No estamos ante una historia pesimista sino ante un filme realista hasta la médula, que se atreverá incluso a dejarnos entrever los manejos en la salud donde pesan más los negocios que lo puramente humano. Ken Loach, cuenta su historia con asidero científico, con perspectivas de cambio... y con tristeza profunda cuando siente que los jóvenes, en su mayoría, son solo víctimas de la incompetencia y la inmoralidad de los adultos, tanto en sociedad como en su propio hogar.

La historia de, Janice Baildon (excelente, Sandy Ratcliff), nos llega al alma, y casi alcanzamos a sentirla como una suerte de víctima-heroína, cuando vemos la sumisa forma como soporta vejamen tras vejamen, y sus vanos, pero decididos intentos de traerle paz a su alma. Loach, se cuida de no caer en juegos sesgados y da a cada quien sus mejores argumentos para que no haya lugar a condenas fáciles o a estigmas de tipo alguno, y queda en el espectador, la posibilidad de decidir de qué lado cursan sus emociones y dónde siente que pesan las razones.

Recordaré dos frases del Dr. Donaldson, en su entrevista con el señor Baildon, porque creo que vale tomarlas en cuenta:

“Usted cree que, Janice, necesita más control, pero, entre las cosas que a ella más le molestan es sentirse controlada”.

“Usted dice que eso es lo normal, pero, ¿podría decir que es lo más sano?”

Con, <<VIDA EN FAMILIA>>, Ken Loach se pone ya a la altura de los grandes directores.
Luis Guillermo Cardona
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14 de septiembre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película conmovedora y al mismo tiempo, realista y desoladora, sobre una joven mujer que está confusa y las reacciones de su familia frente a su psicosis. Unas grandes interpretaciones por parte de unos actores prácticamente desconocidos ayudan a comprender la problemática que origina la falta de comprensión que tienen unos padres intolerantes, restrictivos, posesivos, tremendamente egoístas y al mismo tiempo autoritarios y puritanos, transmisores de los valores más tópicos de la sociedad burguesa tradicional, sobre una hija, Janice, desgarrada entre un padre ausente y una madre dominante, a la que ese mundo de orden rutinario le resulta insoportable, y que intenta evadirse de él para conquistar su independencia, pero por lo que se ve, esto para sus padres no está permitido.

Uno de los primeros films de Ken Loach, que utiliza su clásico estilo realista cercano al documental, con actores no profesionales, y ciertas técnicas de improvisación. A nivel de construcción, Loach elabora en una estructura con elipsis y flash-back, y se basa, como es habitual en él, en un sistema de rodaje ágil, heredero del free cinema inglés de los sesenta, y en el que prima la interpretación; un cine real y potente, quizás algo maniqueo, pero sin duda, necesario.
Juan Marey
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8 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El logro de Ken Loach en esta película de sus comienzos es particularmente meritorio, pues trata de una manera sencilla (que no simple), varios temas complejos. Loach argumenta y explica el deterioro mental de una joven que es controlada por la moral (ultraconservadora) de sus padres, y sentimos empatía con ella por la manera en que el director muestra escenas cotidianas. Comprobamos cómo el ansia de control sobre los hijos explica, en ocasiones, situaciones como la que aquí vemos: una hija incapacitada para distinguir entre el bien y el mal, incapacitada para tener un juicio propio y, por ende, incapacitada para ser un ser humano libre. Películas como "Una mujer bajo la influencia" o "La naranja mecánica" tienen en esta cinta un patrón en el que, consciente o inconscientemente, se inspiraron. Cada una, por unas razones distintas: "Una mujer bajo la influencia" también nos habla del progresivo deterioro mental de una mujer y, "La naranja mecánica", nos habla, entre otras cuestiones, de las consecuencias de la sociedad moderna industrializada que persigue una sociedad de "naranjas mecánicas", es decir, de peones como los que vemos en "Metropolis", persiguiendo por tanto, un modelo único de ser humano.

Loach, desde su propia óptica (el filtro de la precariedad laboral y la falta de oportunidades laborales), logra una obra maestra incontestable en la que todas las interpretaciones no solo son impecables sino que derrochan veracidad, credibilidad y verosimilitud con lo narrado.
gpiqueras
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13 de junio de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ken Loach aborda la brecha ideológica entre generaciones en los principios de los setenta, donde los núcleos familiares se componían de padres trabajadores, conservadores y pragmáticos que chocaban fuertemente con sus hijos hippies.

El conflicto entre estos dos grupos se da en distintos niveles:
- sexo matrimonial / liberación sexual
- trabajo de fábrica / el arte y la música
- utilización de fármacos / terapias alternativas
- responsabilidad / irresponsabilidad

Ken Loach contruye un discurso en el que no deja a ningún grupo exento de culpa. Destaca por su planteamiento realista, crudo y con una fotografía tan impecable como simbólica que completa una visión de la sociedad en la que la peor enfermedad mental es el conservadurismo.

Las actuaciones están correctas, exceptuando la de la protagonista, que me parece sublime. Cuando aparece Sandy Ratcliff en los límites de la pantalla, todo parece detenerse y acelerarse consecutivamente en su mirada, en su expresión, lo que hace que su interpretación sea increíblemente magnética y misteriosa, y que pueda llegarnos a trasmitir desde miedo hasta alegría con el simple brillar de sus ojos.

Bastante recomendable.
Raff3
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